El servicio de socorro como pasión
Cada uno de estos voluntarios dedica al año 250 horas de su tiempo libre al rescate. Son los 110 encargados del Servicio de Ambulancias de la Cruz Verde en Lugano. Reportaje fotográfico en una estructura única en Suiza.
Lugano, cuarto piso de un edificio: un hombre de setenta años yace tumbado de espaldas en el salón de su vivienda. Dos socorristas profesionales, dos voluntarios y un médico de la Cruz Verde de LuganoEnlace externo se ocupan febrilmente del hombre cuyo corazón ya no late.
El masaje cardíaco no es suficiente. Después de 25 minutos de esfuerzo, el médico se rinde y constata la muerte del paciente. El equipo de rescate se resigna y vuelve a su sede. Una batalla perdida contra la muerte, entre muchas otras ganadas a diario.
Unicum
La Cruz Verde de Lugano es una asociación privada sin ánimo de lucro, reconocida como de utilidad pública, apolítica y aconfesional. Ofrece servicios en tres campos de actividad diferentes: un servicio de ambulancia, un servicio médico dental para una atención de calidad a bajo coste y cursos de formación en primeros auxilios para particulares y empresas.
Fundada el 3 de marzo de 1910, la asociación celebra este año su 119º aniversario. Hasta 1989 se basaba exclusivamente en el voluntariado. Luego se convirtió en un servicio profesional, pero al mismo tiempo mantuvo un cuerpo de voluntarios: 110 integrantes, que se suman a los 95 asalariados.
Los voluntarios trabajan gratuitamente en la asistencia prehospitalaria durante su tiempo libre. Día y noche, días laborables y festivos. En Suiza, esta estructura solamente existe en el Tesino; ningún otro cantón ha integrado voluntarios a sus servicios de emergencia.
Mucho empeño
¿Qué motiva a los voluntarios a unirse a la Cruz Verde? Sus respuestas son muchas y a menudo con un denominador común: la necesidad de ayuda, la adrenalina de un trabajo en tareas de emergencia, las relaciones que se crean con los pacientes y sus familias, la imprevisibilidad de los días de actividad, el sentimiento de formar parte de un equipo o simplemente dar sentido a sus vidas.
En septiembre de 2017, unas noventa personas presentaron una solicitud espontánea a la Cruz Verde para formar parte de este cuerpo de benévolos. La asociación ha seleccionado a una quincena de ellos para su formación. Después de 300 horas de clases, el candidato se somete a un examen teórico escrito y se evalúa su desempeño durante un periodo de prueba. Una vez superado este umbral se convierte en uno de los tres pilares de un equipo de emergencia médica. El compromiso es significativo: cada uno debe garantizar un mínimo de 250 horas de trabajo al año, más 20 horas de formación continua.
En la tarea
Regreso a la base de la Cruz Verde en Lugano. El equipo tuvo tiempo de tomar café antes de que la alarma sonara de nuevo. En 90 segundos, dos rescatadores y un voluntario ya están en la carretera. Un hombre de 88 años perdió el conocimiento por un corto tiempo. Al llegar a la residencia del anciano, el equipo de primeros auxilios comprueba sus funciones vitales con un monitor. Luego le aplica una infusión intravenosa y le administra una solución salina.
Mientras tanto, el hombre recupera el conocimiento y habla con normalidad. Está completamente recuperado, a pesar de que su presión sanguínea es baja. Sin embargo, será llevado al hospital para un control más profundo. El paciente se levanta del sofá ayudado por la persona que lo ha socorrido y que le pregunta de nuevo cómo se siente. Con una mirada traviesa, responde: «Mejor, pero aún no lo suficiente para invitarte a bailar esta noche.
Texto y fotografías: Didier Ruef
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