Cuba sí, pero no a la pena de muerte: Suiza
Con una relación de más de un siglo, la Confederación Helvética mantiene su amistad hacia la isla pero no escatima críticas.
Las severas condenas contra disidentes cubanos este año generaron sendas protestas. Para Berna el rechazo a la pena de muerte es principio inamovible.
“Tenemos buenas relaciones con Cuba. Nunca ha habido ruptura. Ha habido ocasionalmente diferencias de opiniones puesto que tenemos visiones del mundo que son muy diferentes, pero eso no quiere decir que hayamos tenido problemas con Cuba desde el punto de vista de las relaciones entre Estados”.
Stefano Vescovi, responsable para América Central y el Caribe del Ministerio suizo de Exteriores (DFAE), analiza para swissinfo los vínculos diplomáticos entre los dos países.
Durante el año que corre los momentos ríspidos se produjeron tras las severas condenas impuestas por el régimen de La Habana a 75 disidentes y la aplicación en abril de la pena capital a tres secuestradores que pretendieron desviar una embarcación a Estados Unidos.
“Nosotros tenemos una visión, sobre todo en lo que concierne a los derechos humanos, que es verdaderamente muy alejada de la posición de Cuba y nos permitimos, como Estado, criticar directamente a las autoridades cubanas las fallas de su sistema”, explica nuestro interlocutor.
Las ejecuciones, recurso frecuente en EE UU
El embajador Jean-Claude Richard agrega que ante las críticas contra la pena de muerte, los cubanos aducen que Estados Unidos aplica con mayor frecuencia ese castigo.
“Aceptan de una cierta manera la crítica, pero están bien convencidos de que tienen razón o tienen justificación, es una diferencia que no vamos a poder superar rápidamente”.
En su lectura, las autoridades cubanas –como lo han manifestado- deploran el hecho de tener que recurrir a la pena máxima, pero temen que pueda generarse un éxodo masivo como el que se produjo en los años 80 cuando 125 mil cubanos salieron de la isla por el puerto occidental de Mariel.
Cuba conoce la pena máxima desde 1959 pero la había suspendido.
Un tema sensible
Las medidas adoptadas por el gobierno de Fidel Castro contra los opositores generaron protestas por parte de la Confederación. Una fue transmitida a través de la embajadora de Cuba en Berna, Teresita Vicente Sotolongo, y otra se hizo llegar mediante el embajador suizo en La Habana, Jean–Claude Richard.
“La reacción de Cuba fue que esa oposición había sido creada con la ayuda de países extranjeros, particularmente de Estados Unidos, y justificaron las acciones como una forma de proteger a la Revolución.
“Naturalmente nuestra concepción de los derechos políticos y civiles no es la misma, pero los cubanos defienden su posición y yo diría que son muy sensibles”, señala el embajador Richard.
El DFAE entregó además al ministro cubano de Salud, Damodar Peña Pentón, en ocasión de su visita a Suiza (ver Más sobre el Tema), un prontuario en el que daba cuenta de su decepción.
“Es muy severo, muy duro, y nosotros pensamos que era extremo, pero lo dijimos directamente a nuestros amigos cubanos. Lo decimos, somos abiertos con ellos, hablamos por el canal diplomático”, apunta Vescovi en referencia a los castigos decididos por el gobierno de La Habana.
Suiza, por la abolición de la pena de muerte
“Estábamos muy contentos de que Cuba hubiera introducido en el 2000 una moratoria y nos desilusionó mucho que diera marcha atrás”, subraya Vescovi para enfatizar “luchamos por la abolición de la pena de muerte en todos los Estados”.
Los castigos contra los opositores levantaron una ola de repudio a nivel internacional y dieron margen a una escalada verbal entre La Habana y la Unión Europea que culminó con el enfriamiento de sus relaciones.
“La posición de la Unión Europea deja mucho que desear: En Guantánamo se encuentran decenas de europeos cuyos derechos han sido violados, que han sido torturados física y psicológicamente, y yo no he visto que la Europa civilizada y culta boicotee a Estados Unidos o decida que no va a enviar delegaciones. ¿Por qué? ¿Porque se trata de la primera potencia?”
Rafael Dausá, director para América del Norte del Ministerio cubano de Exteriores, añade: “Para nosotros la Unión Europea pierde gran credibilidad”.
Reconocimiento de los Estados
En Suiza, tras las sentencias impuestas contra los disidentes, algunas voces sugirieron el desconocimiento del gobierno del Comandante.
Sin embargo, en la política exterior helvética está excluida una acción semejante. Stefano Vescovi explica:
“Suiza reconoce a los Estados. Con el reconocimiento de un Estado, Suiza no se pronuncia sobre la naturaleza de su forma de gobierno, lo que no impide trabajar por la democracia. Es decir, nosotros reconocemos al país y a Cuba la reconocemos desde el 18 de junio de 1902”.
Poco después de la fallida intentona de los disidentes –la tercera en dos semanas- el líder cubano denunció la maniobra como parte de «un plan concebido de antemano que consistía en provocar una ola de secuestros para generar una crisis migratoria que sería utilizada como pretexto para un bloqueo naval, lo que inevitablemente conduciría a una guerra».
“Respetamos las posiciones contra la pena de muerte y Cuba no la favorece, pero nosotros tenemos nuestra legislación y actuamos de acuerdo con ella”, asevera Rafael Dausá.
Para la Confederación Helvética, sin embargo, en materia de derechos humanos no hay vuelta de hoja:
“El derecho a la vida, por ejemplo, es intocable. Incluso si se trata de Suiza. Los derechos humanos son los derechos de la persona. Por eso están ahí, para proteger al individuo con respecto a la fuerza enorme del Estado y eso no tiene que ver con Cuba, es para todo el mundo”, concluye Vescovi.
swissinfo, Marcela Águila Rubín, La Habana
Entre 1865 y 1876 funciona en Cuba un consulado de Suiza.
1902 reconocimiento suizo de Cuba.
1918 apertura de la Embajada de Cuba en Berna con un enviado extraordinario y Ministro plenipotenciario.
1918 reapertura del Consulado de Suiza en Cuba.
1957 apertura de la Embajada suiza en La Habana.
En breve:
Las autoridades cubanas decretaron la pena de muerte a Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac.
Los condenados secuestraron el 2 de abril un transbordador, con decenas de pasajeros a bordo, para tratar de alcanzar aguas estadounidenses.
Se trató de la tercera intentona en apenas dos semanas.
Las ejecuciones pusieron fin a una moratoria de la pena capital decidida por las autoridades cubanas en abril del año 2000.
Otros 75 disidentes fueron condenados a largas penas de prisión.
En el verano de 1994 se produjo la “crisis de los balseros”: 30 mil cubanos se lanzaron al mar en precarias embarcaciones con el fin de llegar a La Florida.
En 1980, unas 125 mil personas salieron del puerto occidental de Mariel con el mismo objetivo.
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