Cumbre en Ginebra sobre armas biológicas
Los casos de ántrax podrían forzar a Estados Unidos a matizar su posición en las nuevas negociaciones.
Cuatro meses después de la negativa de Estados Unidos de aprobar un protocolo vinculante, este lunes se inaugura en Ginebra la conferencia de los estados parte de la Convención sobre armas biológicas. Los temores de una guerra biológica podrían forzar a Washington a matizar su posición.
El contexto de política de seguridad se ha visto profundamente modificado desde el pasado mes de julio, cuando Estados Unidos rechazó aprobar un protocolo destinado a reforzar la Convención de 1972 sobre armas biológicas. Su posición suscitó entonces un amplio desacuerdo internacional.
Viraje
Los casos mortales de contaminación por el bacilo de la enfermedad de carbunco, registrados en Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, han llevado al presidente George Bush a relanzar a comienzos de este mes la cuestión de la prohibición y el control de ese tipo de armas a escala internacional.
«La plaga de las armas biológicas no ha sido erradicada. Más bien el contrario, la amenaza crece», declaraba en un comunicado. El presidente estadounidense agregaba que su país iba a presentar una serie de nuevas propuestas para reforzar la Convención, suscrita por 143 estados.
EE UU tiene la pelota
«Esperamos que Estados Unidos hayan tenido tiempo de reflexionar», explicó el embajador Christian Faessler, responsable de desarme en la Misión suiza ante la ONU, quien se dice «muy impaciente» al constatar la real voluntad estadounidense de reforzar la Convención.
Pero el diplomático suizo se apresuró a refrenar toda euforia. «Hasta ahora no hemos visto nada concreto por parte de Washington.» La cuestión de las inspecciones obligatorias de las fábricas sospechosas en el mundo parece seguir siendo un tabú para EE UU.
Vuelta al punto de partida
«Para nosotros el objetivo sigue siendo la puesta en marcha de un instrumento jurídico vinculante», señaló el embajador. «Tras el fracaso del verano pasado, volvemos al punto de partida. Y la conferencia debería dar un nuevo impulso político.»
El protocolo rechazado en julio por Estados Unidos prevé también la creación en Ginebra o La Haya, de la sede de la organización internacional encargada del control de las armas biológicas. Aunque la propuesta todavía no está totalmente enterrada, «es prematuro volver sobre el tema», según Christian Faessler.
La Conferencia de los estados parte de la Convención se prolongará durante tres semanas. Estados Unidos no es el único país en mostrarse reticente frente a una aplicación más eficaz de la Convención. China, Irán, Pakistán o Cuba no aprecian demasiado a quienes se inmiscuyen en sus asuntos.
swissinfo y agencias
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