Curso a policías en la lucha contra la trata de blancas
Por primera vez en Suiza se llevó a cabo un curso nacional concebido para capacitar mejor a los policías en la lucha contra el tráfico de humanos. Asistieron 25 agentes.
El objetivo es aumentar la eficacia en la persecución de los malhechores y establecer un trato adecuado con sus víctimas, generalmente mujeres jóvenes del Este y del Sur.
«Si las víctimas no declaran, no podemos detener a los delincuentes», constata Guido Balmer, portavoz de la Oficina Federal de Policía (fedpol).
A esta dependencia gubernamental pertenece la Coordinación contra el Tráfico de Seres Humanos y el Tráfico de Emigrantes que, en colaboración con la Policía de la ciudad de Zúrich, organizó el curso desarrollado la semana pasada.
A él asistieron miembros de los cuerpos de policá de varios cantones y ciudades suizas con el propósito de elevar la eficacia en el proceso de entrevistas con las víctimas de la trata de blancas. Para ese fin tomaron casos reales y situaciones de ejercicio simuladas.
«El objetivo principal es obtener una relación de confianza entre las mujeres concernidas y los policías. Sin esta confianza de las víctimas en los órganos estatales es imposible que estén dispuestas a testimoniar contra los traficantes», indica Balmer.
Para que las mujeres acepten dar su testimonio deben conocer sus derechos: explicar los lineamientos de permanencia en el país durante el proceso, su derecho a protección y apoyo en Suiza, así como una posible ayuda para el regreso a sus países de origen. Estos son, de acuerdo a Balmer, varios puntos básicos que se han abordado en el curso.
Sensibilización de la policía
Los participantes en el curso dictado en los alrededores de Lucerna conocían básicamente esta problemática, asegura Balmer. No obstante, el interés es grande, tanto que en otoño se realizará otro curso del Instituto Suizo de Policía para responder al interés de varios policías.
También se planea otro para la primavera de 2008, antes de que se realice la Eurocopa de Fútbol en Suiza y Austria.
A los cursos también asisten policías extranjeros. «Una colaboración muy importante», subraya Balmer. Las informaciones que provienen de los países de origen de las víctimas de la trata de blancas son importantes cuando se aborda el tema del retorno o en caso de que la persona concernida o su familia peligren en su país.
Cada vez más casos
«A las mujeres les cuesta mucho dar el paso de denunciar a los delincuentes y afrontar el proceso», dice susanne Bachmann del Centro de Información para Mujeres de África, Asia, América Látina y Europa del Este, FIZ, con sede en Zúrich.
Esta institución ha establecido para las víctimas de la trata de blancas una consejería privada y especializada (FIZ-Makasi).
En 2006, FIZ-Makasi acompañó a 133 mujeres víctimas de este delito. En 2005 fueron 116. Muchas de ellas proceden del Caribe, del este y sur europeo, del Báltico, Brasil y Tailandia.
La mayoría de ellas son explotadas en el comercio sexual, algunas de ellas como bailarinas en cabarets y otras como trabajadoras domésticas.
Mientras las mujeres terminan siendo acusadas de infringir las normas penales, la mayoría de los delincuentes -que las traen a Suiza con falsas promesas y les prometen muchas ganancias en el sector sexual- siguen impunes.
Mejoras en las tareas de colaboración
El camino para evitar estos atropellos mejora lentamente. «La colaboración entre todos los actores implicados –policía, policía de extranjeros, autoridades judiciales y la ayuda a las víctimas- ha mejorado, lo que ha dado lugar a más denuncias», indica Bachmann, del FIZ.
El hecho de que la policía haya ampliado los campos de persecución a los responsables en el tráfico de humanos y haya mejorado su trato con las víctimas, pese a la carencia de un permiso laboral o de estancia en el país, es de «nuestro pleno interés».
Entre estos avances está el plazo de un mes establecido para que las víctimas (33 mujeres en 2006) reflexionen si declaran ante los tribunales contra las personas que las trajeron y/o explotaron en Suiza. Durante ese periodo no son enviadas a su país de origen.
Las situaciones de algunas de estas mujeres han sido incluso clasificadas como «casos duros» y se les ha otorgado un permiso de estancia en el país, considerando que corrían peligro si retornaban a su tierra.
Sin cifras claras
El número de víctimas de estos tipos de explotación en Suiza se desconocen. La Oficina Federal de Policía y un informe de un grupo de trabajo interdisciplinario calculan que en 2002 hubo unas 3.000 víctimas.
Desde entonces no se han mencionado nuevos cálculos. Una estadística indica al respecto que en 2005 se impusieron once condenas contra el tráfico de seres humanos. Entre los años 2000 y 2004 hubo en promedio cinco sentencias anuales.
swissinfo y Viera Malach, InfoSud
(Traducido del alemán por Patricia Islas)
El fenómeno de la trata de seres humanos y la prostitución forzada implica varios aspectos legales: el artículo contra el tráfico de humanos en el Código Penal, la ley sobre ayuda a las víctimas y el derecho de extranjería.
El gobierno suizo firmó las Convenciones contra la trata de seres humanos, que entró en vigor a finales de 2006.
De acuerdo a la OSCE, la trata de seres humanos en Europa genera beneficios anuales de 32.000 millones de dólares.
Estos delitos generan más dinero que el comercio ilegal de armas y de drogas.
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