El CICR está listo para su misión
Presente en Irak desde hace 23 años, el CICR está bien pertrechado para hacer frente a las consecuencias humanitarias de un eventual conflicto.
Su presidente, Jacob Kellenberger, lo confirma en una entrevista concedida a Anna Nelson y Fréderic Burnard.
La crisis iraquí conoce este fin de semana su momento más crucial. Los inspectores de la ONU presentan este viernes (07.03) ante el Consejo de Seguridad un nuevo informe sobre el proceso de desarme en Irak.
Un elemento clave en la batalla diplomática que opone los puntos de vista de Estados Unidos con los de Francia y sus aliados en el seno mismo del Consejo de Seguridad.
El dilema es conocido. O los inspectores de la ONU prosiguen con su labor en el terreno, o la operación militar anglo-estadounidense contra Bagdad es declarada oficialmente, con o sin una nueva resolución de Naciones Unidas.
Pero cualquiera sea el resultado de este pulso de fuerza, las organizaciones humanitarias ya está preparadas para lo peor, tal como lo está el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jacob Kellenberger.
swissinfo: ¿Cuál es el grado de preparación del CICR para encarar la guerra anunciada contra Irak?
Jakob Kellenberger: En octubre decidimos aumentar nuestras capacidades de respuesta humanitaria en Irak y en los países vecinos. En lo esencial, los preparativos ya estaban listos en enero.
Actualmente estamos preparados para asistir a unas 150.000 personas desplazadas en el interior de Irak. Asimismo podemos desplegar nuestros esfuerzos logísticos para acudir en ayuda de hasta medio millón de personas desamparadas. Ahí está lo impresionante de una sola organización.
No es que el CICR crea que el conflicto es inevitable. Sigo creyendo que es posible encontrar una solución pacífica.
swissinfo: ¿Se puede realmente prepararse para una guerra en esencia imprevisible?
J.K.: Dos cosas son efectivamente imprevisibles: la manera en la que esta guerra será conducida y sus consecuencias. Sería pretencioso de nuestra parte decir que hemos previsto el conjunto de secuelas de esta guerra.
No hemos trabajo sobre la base de especulaciones ni escenarios de guerra. Hemos planificado nuestras actividades en función de nuestras propias capacidades.
El CICR está bien situado para conocer la situación humanitaria álgida en la que se encuentra la población iraquí. La organización está presente allí desde hace 23 años.
Hemos puesto el acento en el material necesario para el buen funcionamiento de los hospitales, y nos preocupan los sistemas de abastecimiento de agua. Dos campos donde, sin duda, nos veremos ante grandes necesidades.
Creemos que una parte de la población abandonará sus ciudades, y algunos Irak. Pero otros quedarán en el país.
Al CICIR le corresponderá ocuparse de los desplazados internos y el ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) se encargará de los refugiados que huyen de su país.
Si la guerra estalla habrá también que registrar los prisioneros de guerra, visitarles, etc. En síntesis, hay una multitud de cosas por hacer.
swissinfo: ¿Piensa usted que esta guerra anunciada puede tener impacto en el resto de Medio Oriente?
J.K.: Creo que el conflicto podría tener consecuencias humanitarias para toda la región. Pero prefiero no especular sobre este asunto.
swissinfo: La ministra suiza de Asuntos Exteriores ha organizado recientemente una reunión humanitaria en Ginebra. ¿Cuáles son, en opinión suya, los resultados concretos?
J.K.: Esa reunión ha sido una ocasión útil para intercambiar informaciones, pero para el CICR no ha tenido dimensión operacional.
Además, la coordinación entre las diferentes agencias humanitarias ya había sido establecida antes.
swissinfo: Algunas ONG denuncian la voluntad de Estados Unidos de controlar las operaciones humanitarias ¿Teme el CICR por su independencia?
J.K.: En éste como en otros conflictos, el CICR no hará concesiones de su independencia, su imparcialidad y su neutralidad.
swissinfo: En el terreno, ¿no serán de todos modos tributarios de la buena voluntad del ejército estadounidense?
J.K.: Durante la ofensiva estadounidense a Afganistán demostramos que somos capaces de actuar según nuestros principios.
swissinfo: ¿Ha obtenido Usted de Washington y de Bagdad las garantías del caso para la seguridad de sus colaboradores en el terreno?
J.K.: Este asunto es prioritario para nosotros, pero nunca obtenemos garantías absolutas para la seguridad de nuestros colaboradores en el terreno.
En cambio, nos cercioramos de que nuestra presencia y nuestras actividades sean admitidas por todos los actores implicados en un conflicto.
En cuanto a Irak, esta labor ya ha sido hecha y somos aceptados por todos los actores que están potencialmente implicados.
swissinfo: Pero, según la intensidad de los combates, se verán tal vez obligados a replegar una parte de sus colaboradores.
J.K.: El CICR tiene el propósito de quedarse en Irak, como lo hizo en 1991. Pero los problemas de seguridad pueden, por supuesto, hacer que retiremos a nuestro personal.
swissinfo: El ejército estadounidense dio a entender que podría emplear armas nucleares tácticas. ¿Contradice tal uso el derecho internacional humanitario?
J.K.: El derecho humanitario prohíbe las armas químicas y biológicas, pero no hay una prohibición formal de las armas nucleares.
En cambio, el mismo derecho internacional humanitario proscribe las armas que causan sufrimientos y destrucciones inútiles y permanentes. El CICR ha estimado siempre que es muy difícil considerar de otro modo las armas nucleares.
swissinfo: ¿No es una laguna del derecho humanitario el no prohibir formalmente el uso de armas nucleares?
J.K.: Ya di mi comentario al respecto.
Entrevista swissinfo: Anna Nelson y Fréderic Burnad, Ginebra
(Traducción: Juan Espinoza)
El CICR tiene 35 delegados suizos y 365 nacionales en su plantilla en Irak.
Su presupuesto operativo para el 2003 en Irak suma casi 22 millones de francos.
ElCICR está listo para socorrer a 150.000 desplazados internos si estalla la guerra en Irak, pero podría ampliar su ayuda hasta a medio millón de personas.
El CICR está presente en Irak desde el conflicto Irán-Irak, de 1980.
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