El conflicto étnico ha provocado la crisis del Cáucaso
El estallido del conflicto en la región del Cáucaso ha arrojado luz sobre una zona y una población escasamente conocidas en Occidente.
El experto suizo en el Cáucaso, Eric Hoesli, explica a swissinfo el trasfondo de la guerra, en la que Georgia intentó tomar medidas drásticas contra la provincia secesionista de Osetia del Sur, y acabó provocando la intervención militar de Rusia.
Los combates han alcanzado este martes el territorio interior de Georgia, la fuerza aérea rusa ha bombardeado en repetidas ocasiones la ciudad de Gori, y las tropas georgianas se han retirado para defender la capital Tbilisi ante un inminente ataque de los rusos.
Los aliados occidentales de Georgia han hecho esfuerzos para llegar a una tregua. Francia ha sometido un plan de paz al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en forma de un proyecto de resolución. Mientras tanto, el presidente de EE UU, George W. Bush, ha condenado lo que él llamó la «invasión» de Rusia.
Osetia del Sur, una región autónoma poblada por la etnia de los osetas, se independizó de facto de Georgia en 1990.
swissinfo: ¿Por qué deben los osetas recibir ayuda de Rusia? ¿Qué tipo de relación existe entre ambos pueblos?
Eric Hoesli: Los osetas fueron tradicionalmente fieles aliados de los rusos. Rusia es su gran vecina en el norte y su principal mercado. Durante mucho tiempo estuvieron vinculados a Rusia en el ámbito económico, intelectual y político.
swissinfo: ¿Y con Georgia?
E. H.: También mantenían históricamente lazos estrechos con Georgia. Los osetas controlaban los puertos más importantes del Cáucaso y se extendieron posteriormente al flanco sur de la cordillera. Tienen una larga tradición en la coexistencia con los georgianos.
Después del colapso de la Unión Soviética, las minorías [osetas y abjasios] se vieron enfrentados con georgianos que querían afirmar su identidad y demostrar que Georgia era una nación unida con una sola lengua.
En la época en la que Georgia adquirió su independencia estatal, el país fue gobernado por líderes nacionalistas de línea dura que disolvieron simplemente el estatus autónomo del que gozaban las minorías en tiempos de la URSS y querían transformarlas en jurisdicciones administrativas ordinarias de Georgia.
Así entraron en conflicto dos tipos de nacionalismos. Por un lado, el nacionalismo perfectamente entendible de los georgianos tras la liberación de la tutela soviética, y por otro lado, los nacionalismos de las minorías que tenía poco que ver con Georgia.
Bajo el sistema de la autonomía siempre habían podido reivindicar la protección de Moscú, pero de repente se vieron privadas de esa protección.
swissinfo: ¿No ha intentado Georgia recientemente dar más autonomía a sus provincias y mejorar la situación de la población?
E. H.: Es verdad que en los últimos años Georgia ha recorrido un largo camino para conceder más autonomía [a Abjasia y Osetia del Sur], pero yo creo que hubo dos factores que han impedido que se lograran más progresos en esa dirección.
En primer lugar, Rusia dio ayuda inmediata y a largo plazo. Los rusos han construido por ejemplo, un gaseoducto a través de las montañas para proveer de gas a los osetas. Han realizado inversiones mayores, aunque también es cierto que han intentado utilizar el conflicto para alcanzar sus propios objetivos y ganar el apoyo de los osetas. Han tenido éxito con muchos pueblos de la región.
El segundo problema es que la política de minorías de los georgianos, a pesar de que han hecho muchas promesas, aún deja mucho que desear.
swissinfo: ¿Está utilizando el presidente de Georgia Mijaíl Saakashvili esta situación para aumentar su popularidad?
E. H.: Creo que ha sopesado varias consideraciones. En primer lugar, en el caso que las cosas salieran mal y los rusos intervinieran —cosa que ocurrió ahora—, esto sería una prueba de que Georgia no puede defenderse a sí misma contra la presión rusa, y que la OTAN es el único organismo al que podría pedir ayuda.
Corre el riesgo de hacer un autogol por supuesto, porque con su actual actuación, el Gobierno de Georgia está dando prueba que no es un socio fiable ya que ha tomado un riesgo enorme al provocar la intervención de Rusia.
El estatus quo es una desventaja para Georgia. Osetia del Sur dispone de un gobierno de facto independiente desde hace quince años.
swissinfo: ¿Qué interés tiene Occidente en esta región?
E. H.: Hay varias cosas en juego. En primer lugar, hace frontera con Rusia y Turquía y está muy cerca de Irán. Para EE UU, su proximidad con Rusia e Irán convierte a Georgia en un país importante.
Georgia es además el pasillo de este a oeste al lado de Rusia, y los productos energéticos pueden ser transportados sin tener que pasar por la frontera rusa. La Unión Europea ha intentado, en repetidas ocasiones, transformar este corredor en una red vial y férrea.
También existe el aspecto de los valores comunes, ya que Georgia aspira desde su independencia a la integración no solamente económica, sino también cultural y política del país. Quiere ser socio de la Unión Europea y adherirse a la OTAN.
Creo que el principal objetivo de Rusia en este conflicto con Georgia es impedir que este país caucásico se incorpore a la OTAN. Para los georgianos existen dos mayores desafíos: el primero es conseguir su integridad territorial, y el segundo es el de ver si esto puede ser realizado paralelamente a la incorporación en la alianza transatlántica, sin el apoyo de Rusia.
swissinfo: ¿Qué papel puede desempeñar Suiza en este conflicto?
E. H.: Suiza ha sido bastante activa en Georgia desde que adquirió su independencia. Hay mucha gente que trabaja para la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) en esa región.
Tenemos, además, mucho en común con los georgianos: somos ambos pueblos de montaña, sin muchos recursos naturales, y tenemos ambos estados multinacionales. Todo esto contribuye a crear lazos con los georgianos.
Suiza no tiene sin embargo un amplio margen de maniobras. Y su reconocimiento precipitado de la independencia de Kósovo [de Serbia] significa que no se encuentra en una posición privilegiada.
Entrevista swissinfo: Julia Slater
(Traducción del inglés: Antonio Suárez Varela)
Descendientes del pueblo nómada de los escitas, los osetas no tienen relación étnica con los georgianos. Viven en ambas franjas de la gran cordillera del Cáucaso y controlan los puertos importantes. Por ello, Osetia está dividido. Osetia del Norte forma parte de la Federación Rusa, y Osetia del Sur pertenece a Georgia.
Osetia del Sur goza de una autonomía de hecho desde que Georgia adquirió la independencia tras el colapso de la URSS. En época soviética, las minorías caucásicas gozaban de cierta autonomía lingüística y cultural.
Cuando Georgia se independizó en 1991, su presidente nacionalista intentó cercenar la autonomía de los osetas, abjasios y adzarios.
Como Osetia del Sur, Abjasia dispone de un autogobierno independiente que controla la mayoría del territorio de la provincia. No obstante, Georgia logró reimponer su autoridad en Adzaria en 1994, tras expulsar a su gobierno autoritario.
El conflicto comenzó en Osetia del Sur cuando Georgia intentó recobrar el control sobre la provincia secesionista, provocando una fuerte reacción militar de Rusia en apoyo a los rebeldes.
Varios bombardeos han provocado el desplazamiento de miles de personas en ambos lados de la frontera. Aún se desconoce la cifra exacta de las muertes.
Se envía ayuda a la región y las siete mayores potencias mundiales instaron el lunes (11.08) a Rusia a aceptar un inmediato alto el fuego y a establecier negociaciones con Georgia.
También apoyaron la mediación de los ministro de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, y de Finlandia, Alexander Stubb. Esos países presiden la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, respectivamente.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, visitó Rusia y Georgia este martes en busca de un acuerdo de paz. Un alto diplomático estadounidense también se encuentra en Tbilisi y colabora con oficiales de Georgia y de la UE.
El Consejo de Seguridad de la ONU efectuó su quinta reunión sobre Georgia en busca de un compromiso sobre los términos de un llamado unánime al armisticio.
Hoesli nació en 1957 en el cantón de Vaud. Estudió Derecho en la Universidad de Lausana e hizo estudios de posgrado en Desarrollo en Ginebra. Trabajó para diversos diarios suizos de lengua francesa.
Actualmente es director regional del grupo Edipresse.
Hoesli visitó Rusia en varias ocasiones y cubrió la guerra en Chechenia.
Publicó un estudio geopolítico sobre el Cáucaso en 2006 con el título ‘À la conquête du Caucase’ (A la conquista del Cáucaso).
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