El crimen sustituye a la guerra
El asesinato de civiles, jueces, fiscales, defensores de los derechos humanos y cientos de mujeres muestra el clima de violencia e impunidad imperante en Guatemala.
Desde Suiza siguen los esfuerzos de organizaciones a favor del respeto de los derechos humanos en ese país centroamericano.
Hace medio siglo ocurrió el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, hijo de un inmigrante suizo, quien intentó dirigir a Guatemala por el camino democrático y emprender una reforma agraria.
Ésta afectaba a los intereses de Estados Unidos, por lo que Washington disfrazó la situación con el vestido de la propaganda y la desinformación para colocar a Arbenz como un enemigo de esos tiempos: un comunista a derrocar.
Fue así que en 1954 Guatemala abandonó el camino del consenso, la reforma agraria fue abrogada y surgió el caldo de cultivo para la conformación de grupos guerrilleros, paramilitares, a una serie de dictaduras y masacres.
La guerra civil se cobró más de 200.000 víctimas mortales en cuatro décadas. En 1996 se firmó la paz en el papel, bajo la presión de la mirada internacional.
Aunque se afirma que el 90% de las muertes fue responsabilidad de las fuerzas del Estado, hasta ahora realmente nadie ha pagado por ello ante la justicia. En tanto, el círculo de la violencia sigue en ese país centroamericano.
Activos desde Suiza
Desde aquí, diversos grupos de la sociedad civil no bajan la guardia y siguen de cerca los esfuerzos en la lucha contra la impunidad y el respeto de los derechos humanos en Guatemala.
En la capital helvética, recientemente se realizó una mesa de paz, organizada por la Red de Solidaridad de Berna y de Zúrich con Guatemala, la Acción Cristiana para la Abolición de la Tortura (ACAT) y la sección suiza de Amnistía Internacional (AI).
Además, el 25 de mayo se llevará a cabo un seminario sobre El proceso de paz y la superación del pasado y en octubre tendrá lugar un viaje a Guatemala para todos aquellos interesados en el futuro de ese país, encabezado por la Ayuda Protestante suiza.
Alma Noser, encargada de Guatemala en AI sección suiza, dijo a swissinfo que la situación allí no mejora. Preocupada, mencionó el clima de violencia y el asesinato de al menos ocho personas cada día en la capital guatemalteca y cuestionó la voluntad política de las autoridades guatemaltecas para elevar el alo de impunidad.
«La guerra ha sido sustituida por el crimen», sostuvo, al tiempo de repetir la denuncia de las muertes de cerca de 500 mujeres desde 2004 en ese país.
Entre muertes frescas y del pasado
«Esclarecer las muertes violentas registradas en el departamento de Guatemala se ha vuelto una misión imposible para la Fiscalía de Delitos contra la Vida. De los 2.397 expedientes recibidos en los siete meses de funcionamiento, ha acusado en 40 y conseguido condena en seis», indica la edición Internet del diario guatemalteco Prensa Libre del 18 de mayo pasado.
Mientras la lista de los «nuevos muertos» crece, se siguen buscando a los desaparecidos durante el conflicto, continúan las exhumaciones y se espera que el gobierno, ahora el de Óscar Berger, reconozca el genocidio ocurrido en tiempos del conflicto civil y establezca bases reales para un verdadero «nunca más». El camino de los guatemaltecos aún es largo, pero vale la pena recorrerlo.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
Balance de 40 años de conflicto civil:
200.000 muertos
200.000 refugiados
un millón de desplazados internos
y 40.000 desaparecidos
83% de los afectados por el conflicto son indígenas.
Alrededor del 60% de los más de 11 millones de habitantes guatemaltecos son indígenas.
Aún están poco representados en los órganos estatales:
De los 158 escaños parlamentarios, sólo 16 están ocupados por miembros de raíces indígenas.
En 2003, la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), auspiciada por la ONU, consideró que constituían genocidio las masacres perpetradas por el ejército cuando Ríos Montt estaba al frente del gobierno guatemalteco.
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