El espectro de la guerra planeó en Davos
La 33 edición del Foro Económico Mundial, que finalizó este martes en Davos, estuvo dominada por la probable guerra contra Irak y sus consecuencias económicas.
El evento se desarrolló bajo excepcionales medidas de seguridad.
Los más de 2.000 participantes en el Foro no pudieron ocultar su profunda inquietud acerca de la recesión mundial y del impacto que una guerra en Irak tendría sobre la economía y las finanzas.
Por otro lado se puede afirmar que la 33° edición sirvió para cerrar la página sobre los recientes desastres financieros, como lo fueron los de Enron, en Estados Unidos y de Swisssair, en Suiza. De hecho, Klaus Schwab, fundador del WEF optó por centrar los debates en torno al tema de la confianza y no en esos descalabros.
Ambiente pesimista
Mark Piet, profesor de derecho penal en la Universidad de Basilea, que realizó un balance del evento para swissinfo, señaló que a pesar de ello, las cuestiones sobre lavado de dinero, corrupción y fraude estuvieron de todas maneras en el centro de los debates. «Porque eran temas de actualidad», dijo.
El Foro de Davos sirvió en el pasado para presentar a los ganadores de la economía. En aquellos tiempos, los dirigentes de Enron o de WorldCom dominaban el escenario y se ufanaban de sus éxitos.
La hora de la revancha
Pero las grandes estrellas en este año fueron dirigentes como Peter Brabeck, presidente de Nestlé, que año tras año ha venido incrementando los beneficios de su empresa, demostrando contar con administradores competentes y probos.
Consciente de su éxito, Peter Brabeck aprovechó la ocasión para criticar la mentalidad de corto plazo que causó la pérdida de numerosas compañías durante la década de los años 90. «Son necesarios años y años para crear la confianza, y esos esfuerzos no pueden destruirse en unos segundos», enfatizó el presidente de Nestlé.
Denunció asimismo la obsesión muy norteamericana de publicar los resultados todos los trimestres, lo que trajo como consecuencia la búsqueda inmediata de beneficios en lugar de privilegiar el crecimiento durable.
En Davos, algunos participantes cuestionaron también el postulado que el valor de las acciones en la Bolsa represente el valor real de una sociedad. El presidente de Nestlé abogó porque se tomen en cuenta otros criterios, como las ventajas que una empresa puede ofrecer a sus clientes y a sus empleados. Las emprendió igualmente contra los analistas financieros que «pretenden incluso dictar a las empresas lo que debieran ser sus beneficios».
Lindas palabras, pocos hechos
A pesar de la riqueza de los debates, algunos participantes se preguntaron, al dejar Davos, si la economía buscaba verdaderamente poner en práctica esas bellas palabras. Según Mark Piet, muchos dirigentes empresariales mostraron, empero, su disposición para abordar los problemas de gobernabilidad.
Pero por encima de los debates puntuales, en el Foro de Davos planeó todo el tiempo el tema de la guerra en Irak y sus probables consecuencias sobre la economía mundial.
El mismo presidente de la Confederación, Pascal Couchepin, advirtió en su discurso inaugural a los Estados Unidos de que Suiza no apoyará una intervención militar unilateral en Irak, y alertó sobre los efectos negativos para el despegue económico.
Idénticos argumentos desarrollaron otros altos dirigentes como Lula da Silva de Brasil, o Mahathir Ben Mamad, primer ministro de Malasia, que dio una lección a los Estados Unidos, al señalar que «aterrorizar a los terroristas no haría otra cosa que atizar a los terroristas».
Colin Powell, el secretario de Estado norteamericano, que abogó a favor de la intervención militar en Irak, no logró convencer a la mayoría de los participantes, menos aún al propio presidente de la Confederación.
Pero la 33 edición del WEF será recordada por el impresionante dispositivo de seguridad organizado por la Confederación. Cientos de soldados y policías armados hasta los dientes garantizaron la integridad física de los participantes. La magnitud del dispositivo trajo a la realidad los tiempos de amenazas de una nueva guerra que pesa sobre el mundo.
swissinfo,Jacob Greber
(Traducción: Alberto Dufey)
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