En Suiza prosigue la movilización contra la guerra
Entre 30.000 y 50.000 personas del país se dieron cita este sábado en Berna para manifestar su abierta oposición a la guerra en Irak y a la política de Estados Unidos.
La policía empleó gas lacrimógeno, proyectiles de goma y agua a presión para controlar a un grupo de agitadores encapuchados.
El único hecho discordante fue protagonizado alrededor de las 16 horas por unos 200 jóvenes exaltados que tras haber intentado llegar a la residencia diplomática de Estados Unidos, terminaron lanzando botellas y piedras contra las fuerzas del orden en la Plaza Federal.
La acción del denominado «Bloque negro» no restó, empero, la dimensión pacifista de la marcha que congregó a decenas de miles de personas provenientes de diversas ciudades del país.
Todos los oradores en la manifestación organizada por la Coalición nacional contra la guerra reclamaron al unísono que se detengan las acciones militares en Irak.
Mar de leyendas elocuentes
Presididos por el famoso emblema multicolor con la leyenda ‘paz’, muchos otros mostraban la procedencia sindical, política o social de las agrupaciones participantes en la marcha nacional.
Leyendas ingeniosas o ácidas como «No soy tejano», «La dictadura es contagiosa», «Mónica ocúpate de Bush», «La vieja Europa se avergüenza», «Nada de sangre por petróleo», y otros, resaltaban el mensaje de la protesta animada permanentemente por estribillos y cánticos que fusionaban la proclama de John Lennon en ‘Imagine’ con otras del acerbo latinoamericano y árabe.
«Veo que hay muchos jóvenes que manifiestan contra la guerra y dicen tanto a Sadam como a Bush que están en contra de la opresión», señaló a swissinfo el teólogo y periodista, Théo Buss.
El también secretario de la ONG helvética, Pan para el Prójimo, traza un paralelo entre las marchas de hoy con las de los años 70 contra la guerra en Vietnam, al tiempo de apelar a la constancia porque: «No es en 2 o 4 semanas que vamos a lograr los resultados. Por eso espero que los jóvenes tengan esa constancia que tuvimos en los años 70
Por otra parte, Buss reprocha el recurso a la religión para objetivos ajenos a su naturaleza y propone imponer boicot a los productos estadounidenses, además de propiciar ayunos o huelgas.
Opiniones latinoamericanas y españolas
Una exilada chilena comparó, salvando distancias, lo que está pasando la población iraquí con lo vivido por ella durante el bombardeo al palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, en 1973.
«Hasta el momento yo nunca había visto tanta juventud salir a la calle, sin permiso de nadie, subirse al tren y no pagar. Yo creo que son los últimos aletazos de Estados Unidos, porque tiene al mundo entero en contra», sentenció.
En el mismo grupo, una muchacha colombiana de 18 años, incidió en la necesidad de manifestarse para reclamar la paz y mantener la esperanza de que ésta llegue también a su país, sacudido por la violencia desde hace más de cuatro décadas.
«Hablemos español, francés, alemán o cualquier idioma, todos, todos tenemos que apoyar la paz, lucharla y buscarla», enfatizó.
Unos pasos más adelante, tres residentes españoles en Suiza, enfatizaron su rechazo a la «injusticia que se está haciendo contra la humanidad» y coincidieron en rechazar la posición del gobierno de Madrid en este conflicto.
La Plaza Federal de Berna y las habitualmente apacibles calles medievales de Berna quedan con el eco de unas 30.000 personas que se dieron cita para exigir la suspensión inmediata de las acciones bélicas en Irak y el respeto a la legalidad internacional.
Quienes vinieron de Basilea, Ginebra, Lausana o Zúrich, abordaron los diez trenes extraordinarios de retorno con la convicción de haber participado en una buena causa.
Sin embargo, ¿qué se puede conseguir con estas acciones populares? La respuesta de un trabajador español en la marcha es elocuente: «A lo mejor no mucho, pero sería menos sin hacerlas».
swissinfo/Juan Espinoza
El jueves (21.03), miles de escolares y colegiales salieron a las calles a protestar contra el estallido de la guerra.
El preanuncio del conflicto ya movilizó, el pasado 15 de febrero, a unas 40.000 personas en Berna.
Mediante una petición, 35.000 suizos solicitaron al Gobierno que se oponga a una intervención militar contra Irak sin el aval de la ONU.
En Zúrich, unos 1000 miembros de asociaciones kurdas en Suiza manifestaron a favor de una Kurdistán independiente. En Winthertur lo hicieron 700 personas contra la guerra en Irak, y una marcha similar, de unas 2000 personas, tuvo lugar en Lugano.
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