¿Está Suiza en riesgo de recesión?
La crisis actual es de origen financiero, pero su contagio a la economía real -conformada por las empresas, las familias y el empleo-, depende en gran medida del factor psicológico.
Si la gente se convence de que la recesión es inevitable, así será. Suiza, en principio, por fortaleza y expectativas, saldrá mejor librada que sus vecinos.
Recesión, depresión, desaceleración, estancamiento… Son términos que ametrallan nuestros oídos de unas semanas a la fecha.
Todos tenemos dos cosas claras: la crisis de los créditos hipotecarios estadounidenses de mala calidad (subprime) fue el punto de partida de los desequilibrios que hoy observamos. Y a causa de la globalización, hoy, tanto beneficios como riesgos se esparcen por el mundo entero.
Sobre el futuro de Suiza, en particular, los especialistas no terminan de ponerse de acuerdo.
La Secretaría de Estado de Economía (Seco), el instituto KOF y el banco Credit Suisse, por ejemplo, afirman que la economía se desacelerará, pero no entrará en recesión. El Instituto de Investigación Económica Coyuntural de la Universidad de Lausana (CREA), en cambio, difiere de este juicio y apuesta por el pesimismo.
¿En qué consiste la recesión? Más aún, ¿cómo se traduce en la vida cotidiana? Son dos de las preguntas que flotan en el ambiente.
De Keynes a Krugman
Los temas macroeconómicos suenan a abstracción y complejidad, hasta que conseguimos trasladarlos a nuestra realidad cotidiana.
En su libro ‘Vendiendo Prosperidad’, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, explica con una anécdota simple cómo se origina una recesión.
Palabras más, palabras menos, un grupo de amigos abogados y sus parejas deciden crear una «red de cuidado de niños» para poder salir a pasear ocasionalmente.
Crean y reparten cupones, cada uno equivale a «una hora de cuidado de los hijos». Así, si una pareja sale a distraerse 3 horas, requerirá 3 cupones para ‘pagarlos’ a alguna pareja amiga para que guarde a sus niños. Y esta última, tras recibirlos, puede reutilizarlos en el futuro con otra pareja para que se quede al cuidado de sus pequeños.
El mecanismo es justo, en teoría, porque permite que todo el mundo salga el mismo número de horas que esté dispuesto a cuidar niños ajenos.
Pero tras algunos meses, comienzan los conflictos. Muchas parejas descubren que tienen menos cupones guardados de los que querían y su reacción inicial es dejar de salir, para acumular cupones.
El problema es que los otros hacen lo mismo, motivados por el mismo interés. Resultado: cada vez hay menos niños por cuidar, menos cupones en circulación y menos parejas que salen a distraerse.
El grupo entra en ‘recesión’ por un problema monetario. Y tras múltiples intentos por resolverlo, la única solución es incrementar -durante un periodo puntual- el número de cupones en circulación aunque no exista cuidado de niños de por medio. El mercado se reactiva y regresa al equilibrio.
La economía helvética
Keynes y Krugman defienden los mismos principios esenciales: una recesión sobreviene cuando gobierno, empresas, familias e individuos se convencen de que deben dejar de gastar y de invertir, y guardan sus cupones en casa.
Si el fenómeno se repite por millares, la inversión y el consumo privados caen, lo que deriva en el cierre de empresas y en despidos.
De los expertos, el instituto CREA de la Universidad de Lausana es el menos optimista y lo explica justamente en un juego de expectativas.
En Suiza y Europa, en general, se ha instalado un clima de desconfianza que será difícil romper, y la economía lo resentirá en ámbitos como la construcción (nadie quiere comprar casa), el consumo (la gente ahorra en vez de gastar) y las exportaciones (los vecinos reducen su demanda de productos helvéticos).
Para CREA, la economía suiza podría incluso regresar a tasas de crecimiento tan bajas como las que observó a principios de los años 90. El instituto anticipa que el desempleo podría afectar hasta al 4% de la población económicamente activa (PEA), muy por encima del 2,6% actual.
Más optimistas
La Secretaría de Estado de Economía (Seco), el centro de investigación BAK Basel Economics y el banco Credit Suisse son más optimistas.
Esta semana (29.10), Doris Leuthard, ministra de Economía, afirmó durante un evento en la cadena de tiendas Aldi, que la economía suiza crecerá sólo un 1% en 2009 y no el 1,3% inicialmente previsto, aunque destacó que el sector exportador mantendrá su solidez.
La titular declaró que el gobierno enfocará baterías en la negociación de un tratado de libre comercio en materia agrícola con la Unión Europea (UE), porque esto abrirá oportunidades para la maquinaria agrícola y los productos lácteos transformados de origen suizo.
Por su parte, BAK, en sus pronósticos económicos más recientes, destaca que el principal canal de transmisión de la crisis financiera a la economía real es, sobre todo, psicológico. Para BAK el sector exportador suizo se mantiene como pilar del desarrollo.
Y de acuerdo con un análisis del Credit Suisse publicado en Internet, Suiza perderá ritmo en 2009, pero no caerá en recesión.
El crecimiento será del 1% o inferior, pero el segundo banco helvético se dice convencido de que la percepción de la gente es peor que la realidad que existe.
Así que poner todo en su justa dimensión será la mejor medicina para que la economía mundial guarde el equilibrio.
swissinfo, Andrea Ornelas
La teoría económica no termina de ponerse de acuerdo sobre lo que es una recesión. Una definición aceptada por muchos países es la de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EEUU: «El decrecimiento continuado de la actividad económica durante dos o más trimestres consecutivos».
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, defiende y aplica la teoría de John Maynard Keynes. Entre otros postulados, la teoría keynesiana intenta otorgar herramientas a los gobiernos e instituciones financieras para sobrellevar lo mejor posible los periodos de crisis y recesión en una economía.
La economía suiza depende también de la evolución de los países de la Unión Europea, su principal socio comercial. Sus relaciones más importantes se tejen con:
ALEMANIA: El crecimiento económico no se verá comprometido en 2008, pero enfrenta riesgo de recesión en 2009, coinciden el Instituto de Investigación Economía de Halle, el Ifo de Múnich y el Renania-Westfalia de Essen. El PIB avanzará sólo un 0,2% en 2009, muy por debajo del 1,4% que pronosticaban hace medio año.
«Las expectativas de las empresas se deterioran al mismo nivel observado en recesiones alemanas previas», pero durante los próximos seis meses no sentirán el impacto de la desaceleración porque ya tienen una larga lista de pedidos por atender.
FRANCIA: El país roza la recesión técnica. En el segundo trimestre de 2008, la economía retrocedió un 0,3% y durante el tercer trimestre cayó 0,1%, según el Banco Central de Francia, una situación que no se observaba desde 1993.
La baja de poder adquisitivo es la principal responsable de tal trayectoria económica, así como la dificultad para acceder a créditos bancarios.
GRAN BRETAÑA: La economía pierde ritmo y roza la recesión técnica, pero sin haber caído en ella. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la economía retrocedió un 0,5% durante el tercer trimestre. Los analistas esperaban un 0,2%. Es la primera vez que el PIB se contrae desde el segundo trimestre de 1992.
Este año se han sumado 164.000 personas a las filas del desempleo y se prevé que la economía se contraiga un 0,9% en 2009.
ESPAÑA: Según el Fondo Monetario Internacional, España será uno de los países cuyas expectativas más se deterioren en los próximos meses.
La economía española decrecerá un 0,2% en 2009, a lo que se suma un fuerte repunte de la inflación (por encima del 4,5% en 2008 y más del 2,6% en 2009).
Tras un ‘boom’ espectacular sostenido durante varios años, el mercado inmobiliario frenará de golpe en los próximos meses.
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