Eutanasia: empresa suiza polemiza en Alemania
La sucursal de Dignitas en Alemania desata con más fuerza que antes el debate público sobre la legalización de la eutanasia y la implantación de un sistema de cuidados médicos paliativos.
Dignitas presta ayuda a personas enfermas en fase terminal. La ley suiza contempla la eutanasia pasiva.
La última discusión pública sobre el tema en Alemania se generó en 2002, tras la legalización en Holanda de la eutanasia bajo estrictas condiciones.
Mientras la clase política alemana sigue siendo mayoritariamente hostil a la legalización de la eutanasia por los recuerdos que despierta de la era del nazismo, el 74% de la población apoya la legitimación de la eutanasia con medicamentos que «ayuden» a morir sin dolor, según un sondeo publicado este jueves 27 de octubre por el semanario Stern.
Opiniones divergentes
Conforme al sondeo, casi tres cuartas partes de la población alemana están a favor de permitir que las personas desahuciadas tengan una «muerte con dignidad».
La primera sucursal de Dignitas en Alemania fue inaugurada el pasado 26 de septiembre en Hannover (norte de Alemania) y su apertura desencadenó polémica y enérgicas protestas en círculos políticos, religiosos y médicos de Alemania.
«El sufrimiento humano (dolor, soledad e incertidumbre) no debemos enfrentarlo matando, sino con dedicación humana y cuidados. Debemos mitigar el dolor y no deshacernos de los que sufren», afirmaron en una declaración conjunta el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, cardenal Karl Lehmann, y el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica Alemana, Manfred Koks.
«Si aceptamos que se mate a un ser humano como ‘solución’ a las difíciles situaciones derivadas de enfermedades o muerte, sería ésta una declaración de bancarrota de la humanidad. Permitiríamos así que prevalezcan la muerte y la desesperanza», agregaron los dignatarios eclesiásticos.
La empresa suiza
Dignitas, fundada en Zúrich en 1998 y que tiene por divisa «Vivir dignamente, morir dignamente», informó que es creciente la cifra de alemanes que se trasladan a Suiza para poner fin a sus días con la administración de pentobarbital sódico, un barbitúrico fuerte que permite al paciente dormir profundamente y morir sin sentir dolor.
Ludwig Amadeus Minelli, secretario general de Dignitas aspira a que «nadie más tenga que abandonar su lugar de residencia en Alemania para poner fin a su vida con dignidad, a través de una muerte elegida libremente».
«Sobre un total de aproximadamente 650 casos de eutanasia pasiva en 2004, 380 fueron practicados en pacientes alemanes», dijo recientemente a la prensa el portavoz de Dignitas en Alemania, el abogado Dieter Graefe.
La eutanasia aún no deja de ser tabú
En Suiza no está permitida la eutanasia activa (homicidio a petición de la víctima), pero deja abierta la posibilidad de asistencia al suicidio. Es una de las legislaciones más liberales de Europa, porque quien ayuda a una persona empeñada en suicidarse para poner fin a la fase terminal de una enfermedad, dándole por ejemplo medicamentos, no es punible si no median motivos egoístas. A pesar de ello, la eutanasia sigue siendo «tabú».
En Alemania lo es más porque recuerda los experimentos y el genocidio perpetrado por médicos alemanes bajo el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler (1933-1945) en los campos de concentración, exterminando a judíos, gitanos, homosexuales, minusválidos y dementes.
Al parecer, «esta vez, el debate en Alemania puede ser más ruidoso que hace tres años», declaró Eugen Brysch, responsable de la fundación Deutsche Hospiz, perteneciente a la organización humanitaria Orden de Malta, que se opone a la eutanasia activa y que se ocupa de dar alivio a personas moribundas.
Enorme vacío
«En Alemania hay un enorme vacío en materia de alivio del dolor a personas en fase terminal, y ahora con la aparición de empresas que ayudan a la gente a suicidarse habrá que redoblar los esfuerzos para cubrir ese gran déficit», admitió la ministra saliente de Protección al Consumidor, Renate Künast, del partido Verde alemán.
Deutsche Hospiz, por su parte, reclamó la integración de un programa de 250 millones de euros (310 millones de dólares), anunciado por la ministra socialdemócrata de Salud, Ulla Schmidt, para desarrollar y mejorar los cuidados médicos paliativos de las personas desahuciadas.
Planes
El proyecto, que prevé crear 330 equipos médicos encargados de dispensar cuidados paliativos en hospitales, casas de salud y a domicilio procura impedir que la gente recurra a empresas como Dignitas.
En realidad, «enfrentamos este problema desde hace muchos años sin hallar una respuesta adecuada», afirmó Michael Zenz, presidente de la Sociedad Alemana de Estudios sobre el Dolor.
Eugen Brysch, de la fundación Deutsche Hospiz, subrayó que «el 2% de las personas moribundas reciben hoy cuidados paliativos, frente al 1,8% en 2002».
La ministra de Salud, Ulla Schmidt, quien permanecerá en el cargo en el futuro gobierno de la canciller Angela Merkel, declaró su propósito de hacer más accesibles esos cuidados médicos al 10% de las personas en fase terminal, aunque Brysch aspiraría a que alcanzara al 35% de los pacientes de un total de 850.000 personas que están casi al fin de su vida.
Persecución penal
Deutsche Hospiz exigió además que en el acuerdo para la formación del gobierno de coalición de Alemania figure una mejora de los cuidados médicos a las personas dementes, haciendo referencia en este contexto a la persecución penal de los casos de «muerte por encargo».
Como consecuencia del envejecimiento de la población, se espera que la cifra de enfermedades mentales se «duplique en los próximos 10 años, afectando a dos millones de personas», advirtió Brysch.
Apoyándose en otro estudio realizado por la empresa de encuestas demoscópicas Emnid, la fundación Deutsche Hospiz subrayó que una vez informados sobre las soluciones alternativas de acompañamiento terapéutico y psicológico, no más del 35% de los alemanes está dispuesto a aprobar una ayuda activa para morir.
Prohibir a Dignitas en Alemania
Los políticos están divididos sobre el tema. La ministra democristiana de Justicia del Estado federado de Baja Sajonia (norte), Elisabeth Heister-Neumann, se propone prohibir las actividades de la sucursal alemana de Dignitas en Hannover, a lo que se oponen otros políticos del Partido Liberal (FDP) y del Partido Socialdemócrata (SPD).
La discusión sobre la legalización de la eutanasia en Alemania vuelve a tomar actualidad pública.
swissinfo, Juan Carlos Tellechea, Berlín
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