Evitar que el sida pase desde el vientre materno
Las ONG suizas lanzan la alarma: hay 2,3 millones de niños seropositivos en los países del Sur – y su número aumenta constantemente.
Según las ONG helvéticas, el contagio del sida de madre a hijo puede prevenirse con métodos bastante sencillos.
En Suiza apenas hay niños que contraen el VIH de su madre.
Desde que se sabe que mediante la adopción de las medidas pertinentes -como el tratamiento con fármacos, cesárea y la renuncia a la lactancia-, se pueden minimizar los casos de contagio. En los países industrializados prácticamente se ha logrado solucionar el problema de la transmisión del VIH de la madre al niño.
No es el caso en los países pobres. Según la ONU hay 2,3 millones de niños seropositivos en el mundo, en su mayoría viven en el África subsahariana, donde se registran los índices de sida más altos del mundo.
Prácticamente todos los niños han contraído el virus del sida de sus madres, y su número se multiplica a diario. Y es que aquellos que se contagiaron en los años 90, cuando la propagación del sida era imparable, hoy están en edad de procrear. Una de cada diez mujeres embarazadas en África tiene el VIH.
Inversión útil
Esta alarmante situación constituye un desafío también para las ONG suizas. «El contagio de la madre al niño se puede evitar y es crucial para frenar la propagación de la pandemia del sida», señala Helena Zweifel, de Aidsfocus, que agrupa a una treintena de ONG y acaba de celebrar en Berna una jornada dedicada a esta problemática.
El objetivo de la reunión fue intercambiar experiencias entre los diferentes actores y fijar metas comunes.
Nelly Pulver, responsable del programa de sida que financia la Cruz Roja Suiza en Suazilandia subraya: «Vale la pena invertir en la prevención del contagio madre-hijo. Con relación al tratamiento de los enfermos de sida, es más barata y no conlleva riesgos».
Lactancia
En los países que carecen de medicina de punta existen estrategias para tratar a las madres seropositivas. En África las cesáreas son demasiado arriesgadas, por lo que se opta por medicamentos antirretrovirales (ARV) durante y después del parto.
Pero tampoco es sensato renunciar completamente a la lactancia en un continente donde a menudo falta agua potable para preparar los biberones de los bebés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar a los recién nacidos durante seis meses y luego comenzar a ofrecer otros alimentos alimentos al pequeño.
Por muy sencillas que parezcan las medidas, su aplicación es difícil. El mayor problema es que en África muchas mujeres embarazadas no saben que son seropositivas y una gran mayoría de los enfermos de sida no tiene acceso a las terapias antirretrovirales.
Muchos obstáculos
Pero incluso cuando existe una infraestructura son muchos los obstáculos. Esto se observa, por ejemplo, a la hora de aplicar las normas de lactancia. El cambio a la leche en polvo después de seis meses de lactancia representa un problema para muchas africanas, y no sólo un problema económico.
Así lo ha observado la Cruz Roja Suiza (CRS) en Suazilandia. Para evitar una estigmatización, las pacientes de sida recibieron tratamiento en el centro de salud de la CRS en la máxima discreción. Pero es evidente que la mujer padece sida, cuando no da de mamar a su hijo.
Además de éste, sufre el estigma de ser una mala madre, porque es costumbre amamantar a los niños durante dos años.
Integrar al entorno
Pero tampoco las terapias antirretrovirales preventivas están exentas de riesgos. Si los medicamentos no se ingieren regularmente, hay peligro de que se desarrolle resistencia a ellos.
«Es importante integrar al entorno familiar, de lo contrario la prevención y los tratamientos propuestos no van a ser eficaces», afirma Claudia Kessler, del Instituto Suizo de Medicina Tropical.
El Instituto trabaja estrechamente con un hospital de distrito en Tanzania en la introducción de terapias antisida. Además, asesora a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) en su estrategia contra el sida.
En medio de esta triste situación también se vislumbra alguna luz de esperanza: aumenta el número de africanos que tiene acceso a medicamentos contra el sida y también comienzan a percibirse los efectos de la prevención. Después de años en que el índice del sida no cesaba de crecer, en Uganda, por ejemplo, ha bajado por primera vez el número de nuevos infectados.
Aún así, las carencias son enormes, sobre todo en las regiones rurales, como puntualiza Claudia Kessler. «Es fundamental prestar una atención especial a la problemática del contagio madre-hijos; pero igualmente importante es reforzar los sistemas de salud de esos países».
swissinfo y Katharina Schindler, InfoSud
Más de 2 millones de enfermos de sida recibieron tratamiento con terapias antirretrovirales en países en desarrollo en el año 2006. Esto corresponde a un aumento superior al 50% respecto al año precedente, según un reciente informe de ONUSIDA.
Sólo uno de cada cuatro enfermos de sida recibe medicación en África.
Precaria sigue siendo la situación de las mujeres embarazadas seropositivas: sólo el 11% de las africanas tuvieron acceso el año pasado a asesoramiento y terapias para evitar un contagio del VIH a su hijo.
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