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Extranjería: la población suiza tiene la palabra

Christoph Blocher, ministro de Justicia, está satisfecho con el endurecimiento de la política en materia de extranjeros. Keystone

La ciudadanía helvética se pronuncia este domingo sobre la política que habrá de seguir su país en materia de asilo y de extranjería.

Consideradas por unos como la panacea contra los abusos y, por sus detractores, como inhumanas, las leyes pertinentes generaron uno de los más intensos debates de los últimos tiempos en Suiza.

«Hay una explosión de debates. Nadie puede decir que no está involucrado. Quiere decir que ha habido un debate que ha calado en la entraña misma de la conciencia política suiza.

«Entonces, ya eso es un logro para el referéndum, independientemente de que el resultado posiblemente sea contra la anulación de las leyes», afirma Sergio Ferrari, periodista especializado en la cooperación al desarrollo y en la temática de los países del Sur.

Las leyes, en materia de asilo político y extranjería, endurecen la posición del país al respecto. Aprobadas por el Parlamento el año pasado, serán sometidas a voto popular el 24 de septiembre.

Su escrutinio se produce en momentos en que la opinión internacional, y por supuesto la suiza, están conmovidas por las imágenes de las miles de personas que, en condiciones por demás penosas, buscan llegar a las costas españolas en busca de una mejor vida. Un fenómeno que suscita diversas reacciones.

«Ya hay muchos extranjeros»

«No queremos que en Suiza suceda lo mismo», ha señalado en reiteradas ocasiones el ministro de Justicia, Christoph Blocher, principal promotor de la legislación que nos ocupa.

En su opinión «ya hay muchos extranjeros en el país: 20% (estadísticas que han sido cuestionadas) y no podemos recibir a todo el mundo». Para él, las leyes -destinadas a los ciudadanos de países ajenos a la Unión Europea y a la Asociación Europea de Libre Cambio-, son una señal para desalentar a nuevos inmigrantes.

En esas masivas oleadas migratorias Sergio Ferrari lee algo diferente.

«Vemos cotidianamente el aumento de un drama humano que pone en tela de juicio la decencia de la civilización misma: El de miles de personas que, por ejemplo, intentan llegar a las costas españolas», asienta.

«En la lucha entre los pobres o empobrecidos del Sur, en este caso del África, por la supervivencia, por tratar de conseguir un espacio vital donde puedan tener pan, trabajo y dignidad, Europa en su conjunto levanta muros para proteger una fortaleza continental y Suiza, en ese marco, erige ahora otro muro más fuerte y más alto con esas leyes que van a votación», agrega.

Hoy ciudadano suizo, el historiador, periodista y escritor de origen argentino llegó a la Confederación Helvética en diciembre de 1978, en calidad de refugiado político.

Procedencia: el infierno

Con Sergio venía Claudio, su hermano, y el recuerdo amargo de los tres últimos años de su vida consumidos como prisionero político, en Coronda (Santa Fe), la cárcel de máxima seguridad desde la cual abordaron el avión que los condujo a Zúrich.

Merced a la generosidad de Suiza y a la determinación de diversas ONG, entre las cuales Amnistía Internacional, los Ferrari escapaban a un destino que pudo ser fatal. Las estadísticas dan cuenta del riesgo:

La dictadura militar encabezada por el General Jorge Rafael Videla (1976-1981), una de las más represivas de la que tenga memoria el cono sur del continente americano, costó la friolera de 30.000 desaparecidos, 15.000 personas privadas de su libertad y cientos de miles más obligadas al exilio…

La historia de los Ferrari se repite en miles y miles de otras personas que, en el curso de muchos años, han llegado a este país no sólo para iniciar una vida nueva, sino para poder conservar la vida.

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Referéndum

Este contenido fue publicado en El referéndum (facultativo) es un instrumento mediante el que los ciudadanos pueden solicitar que una ley aprobada por el Parlamento sea sometida a votación popular. Los promotores del referéndum tienen que recoger 50.000 firmas a favor en el plazo de 100 días para que se celebre el escrutinio. Las enmiendas constitucionales aprobadas por el Parlamento…

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La obligada travesía

«Nadie se convierte en refugiado por su gusto», subrayó la ministra suiza de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, al inaugurar la pasada Jornada Anual de la Ayuda Humanitaria, que este año abordó el tema ‘Migración involuntaria y voluntaria: Los desafíos de la cooperación internacional’.

En su discurso, intitulado ‘Suiza del lado de los Refugiados’, la responsable de la diplomacia helvética lamentó que su país careciera de una «verdadera ley sobre la migración» y advirtió que «una ley nacional no puede impedir a los hombres y a las mujeres buscar una vida mejor en nuestro país para huir del hambre, la violencia y la ausencia de proyecto de vida».

Micheline Calmy-Rey exhortó a la reflexión sobre «los medios susceptibles de aprovechar mejor los aspectos positivos de la migración y de limitar los efectos negativos».

La suya es una de las muchas voces que se han alzado en torno al debate sobre las leyes que este domingo votará la ciudadanía suiza, mediante referéndum, en torno a los extranjeros que llegan al país, sea como solicitantes de asilo, sea como inmigrantes, en el amplio espectro que eso representa.

Un debate de conciencia nacional

Las autoridades suizas explican el endurecimiento de la política en materia de asilo y extranjería, a través de sendas leyes, aduciendo que la legislación actual es insuficiente.

Christoph Blocher, ministro de Justicia, ha señalado en reiteradas ocasiones que la integración de la población extranjera tiene lagunas y que las tasas de desempleo y delincuencia entre sus integrantes son elevadas, amén de que muchos de los solicitantes de asilo, no requieren ese beneficio. Insiste en que las nuevas disposiciones pondrán coto a los abusos.

Empero, son muchos los sectores que disienten: las iglesias, la izquierda, las organizaciones humanitarias, el mundo intelectual, representantes de la iniciativa privada, porque, como hace notar Sergio Ferrari, «el debate en torno a estas leyes, no es entre izquierda y derecha. No es entre ricos y pobres. Es un debate sobre todo de civilización. Es un debate sobre todo de decencia. Y, sobre todo, de conciencia nacional».

Leyes costosas e ineficaces

«Esas nuevas leyes son contrarias a la dignidad y a los derechos humanos, una vergüenza para el país, además de que también son ineficaces y costosas», escribió el jefe de redacción del prestigioso semanario de habla francesa ‘L’Hebdo’.

Para la ex ministra suiza del Interior, Ruth Dreifuss, una de las principales promotoras del referéndum contra las leyes, esas disposiciones se caracterizan por un espíritu de cerrazón y de desconfianza hacia los extranjeros. Y, amén de que van en contra de los valores democráticos suizos, pueden convertirse en «fábricas de sin papeles» y poner en riego la integridad de personas perseguidas.

«Este proceso de reforzamiento de las leyes contra los demandantes de asilo me pone significativamente triste porque en cierta manera cuestiona aquella larga tradición de país humanitario, de asilo, de refugio político que Suiza siempre ha ejercido, que ha demostrado y que la ha llevado a ser una nación significativamente reconocida en el ámbito del panorama internacional», enfatiza Ferrari.

Cabe recordar que el 16 de diciembre del 2005, el Parlamento helvético adoptó ya la ley de extranjeros y también la sexta revisión de la ley sobre el asilo. Medidas que fueron cuestionadas con la convocatoria a un escrutinio popular sobre las mismas para el domingo próximo.

«Si no hubiera habido un referéndum popular, una respuesta ciudadana, estas leyes estarían hoy en vigencia y, si se analiza el contenido, se puede entrever un endurecimiento de la política migratoria en general, que ya se viene aplicando en Suiza desde hace algunos años», concluye Ferrari.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

(En más sobre el tema, II parte: «En juego, la visión suiza de la humanidad»)

Sergio Ferrari nació en 1953 en Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina.
Preso político de la dictadura de Jorge Videla, llegó a Suiza en 1978 como refugiado político.
Cursó estudios de Historia y Antropología en la Universidad de Friburgo.
Periodista de swissinfo, de diversos medios suizos e internacionales de comunicación, labora también con diversas ONG, incluida ‘E-Changer’, en Suiza y en América Latina.
Entre los libros que ha publicado se encuentran:
‘Sembrando Utopía’ (Editorial Nicarao, 1992).
‘El Sandinismo: 10 años de la revolución’ (Editorial ANN, 1989).
‘Nicaragua 1996: L’aventure internationaliste de Maurice, Yvan, Joël et Berndt… ‘ (Cetim, 1986), colectivo de cuatro autores.
‘Del otro lado de la Mirilla’ (Editorial El Periscopio, 2003), obra colectiva de los ex-presos políticos de la Cárcel de Coronda-Santa Fe-Argentina.
‘¿Qué Mañana? /Segunda parte/ Recopilación, selección, edición y prólogo del libro (post morten) del sacerdote argentino Miguel Ramondetti, fundadador y primer secretario general del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo.

No se aceptará la solicitud de asilo en caso de que falten las identificaciones necesarias:

Los documentos de identidad o de viaje deben ser entregados para comprobar la identidad del solicitante. Los verdaderos refugiados recibirán asilo, pese a no contar con sus documentos.

Suspensión de la ayuda social:

Los solicitantes de asilo rechazados sólo podrán recibir ayuda de emergencia.

Medidas de presión:

Serán dispuestas para asegurar la salida de las personas a las que les fue denegada la solicitud o el asilo tras la evaluación de su expediente. Entre las medidas se incluye la orden de arresto, aprobada por el Parlamento Federal.

Acogida provisional:

A aquellas personas que puedan permanecer en Suiza temporalmente se les facilitará el acceso al mercado laboral y se les reconocerá el derecho a la reunificación familiar tras tres años de estancia en Suiza.

Regulación para casos difíciles:

Se ampliarán las posibilidades para un arreglo en los denominados casos complicados en los que el solicitante de asilo haya sido rechazado.

No se aceptará la solicitud de asilo en caso de que falten las identificaciones necesarias: Para comprobar la identidad del solicitante se requieren documentos oficiales, los permisos de conducir, por ejemplo, ya no serán aceptados.

Suspensión de la ayuda social: Los solicitantes de asilo rechazados sólo podrán recibir ayuda de emergencia.

Medidas de presión: Para lograr la repatriación de las personas a las que se les niegue el asilo. Las medidas incluyen arrestos administrativos hasta de 24 meses para los adultos y hasta de 12 meses para jóvenes de 15 a 18 años.

Acogida provisional: A aquellas personas que puedan permanecer en Suiza temporalmente se les facilitará el acceso al mercado laboral y se les reconocerá el derecho a la reunificación familiar luego de tres años de estancia en Suiza.

Regulación para casos difíciles: Se ampliarán las posibilidades para un arreglo en los denominados casos complicados en los que el solicitante de asilo haya sido rechazado.

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