Fin cercano del hacedor de suizos
El pueblo de Castaneda tiene el récord suizo de naturalizaciones: Con tan sólo 240 habitantes, otorgó la nacionalidad a 620 extranjeros en el año 2004.
El cantón de los Grisones quiere poner fin a este negocio de las naturalizaciones en esa comuna.
Castaneda es el nombre del municipio más prolífico de toda Suiza en materia de naturalizaciones, característica que le ha valido una dudosa reputación.
Se ubica en una soleada terraza a la entrada del valle de Calancatal, en las montañas del Cantón de los Grisones, al sudeste helvético, cercano a la franja fronteriza italiana. Para llegar al poblado hay que ascender 5 kilómetros por la carretera que le une a Misox, otro pueblito grisonés.
En Castaneda viven 240 habitantes. Sin embargo, cientos de extranjeros han obtenido de esa comuna la naturalización, entre ellos, italianos, alemanes, checos, turcos y personas procedentes de los Balcanes. Si bien es cierto que todas estas personas viven dentro del cantón de los Grisones, jamás en su vida han estado en la comuna que les otorgó la nacionalidad suiza.
La razón: Castaneda tiene una forma muy liberal de conceder el pasaporte suizo. Y lo más singular es que los solicitantes no deben vivir en el poblado. Tampoco existe un proceso de consulta antes de dirigir los expedientes a las autoridades cantonales. La mayoría de las solicitudes se resuelve a través del correo.
Para la comuna es suficiente que se cumplan las condiciones materiales establecidas para obtener la naturalización. De acuerdo a la legislación actual, los postulantes a la nacionalidad deben haber vivido seis años en el cantón de los Grisones, tres de ellos en los últimos 5 años.
Récord en años recientes
Entre los años 1981 y 2000, 515 personas obtuvieron la nacionalidad suiza en Castaneda. Una cifra modesta si se compara con las cifras de los años recientes. En 2004, la comuna de Castaneda atendió dos tercios de todas las naturalizaciones del cantón de los Grisones; es decir, 620 de un total de 991. En el año 2003 fueron 591 de 1.080.
Esta práctica ha alimentado en buena medida las arcas del pueblito. Las autoridades locales han cobrado por el proceso de las naturalizaciones más de 400.000 francos entre 1981 y 1993. Debido a que desde 1993 ha quedado estipulado que las comunas sólo retienen 10% del total de las tasas, Castaneda obtuvo 450.000 francos en ese año.
Así las cosas, la caja de Castaneda recibió en los años 2003 y 2004 unos 700.000 francos, según informaciones cantonales. Por cada naturalización se pueden cobrar derechos de hasta 3.000 francos.
Sin comentarios de las autoridades implicadas
El responsable de las naturalizaciones en Castaneda es Filippo Remondini, el presidente de las familias de patricios que históricamente han tenido la decisión al respecto en la comuna.
Remodini no quiso responder a la pregunta de cómo puede ser posible que tantos forasteros hayan sido elegidos: “No queremos hablar más con periodistas”, contestó al teléfono, argumentando no querer arruinar su salud.
Al principio, también las autoridades políticas de Castaneda –que no tienen influencia alguna en el proceso de naturalizaciones allí- se mostraron reservadas. Finalmente, el ‘Sindaco’ Atillio Savioni declaró a swissinfo: “De entrada la palabra ‘patricio’ me disgusta.”
Atillio Savioni señala que desde hace años sugiere al presidente del patriciado, Filippo Remondini, más moderación en el proceso de la naturalización y que se debe establecer que los solicitantes vivan al menos en Misox. Sin éxito.
Lo cierto es que los ingresos de las naturalizaciones también llegan a manos de las autoridades comunales; sin embargo, Savioni minimizó su importancia: “El municipio no depende de esas entradas”.
Críticas de autoridades superiores
En el pueblo se oyen otras opiniones. En el restaurante local, una mujer asegura que detrás del gran número de naturalizaciones está el negocio. Ella considera que la política hasta ahora emprendida es, por principio, falsa, pues la connotación ‘patricio’ debe reflejar una profunda relación con el lugar. Y esta relación no ha existido de ningún modo en el proceso de las naturalizaciones allí.
Las autoridades cantonales de los Grisones también muestran su disgusto. “Es cuestionable que las cajas comunales sean llenadas con esa práctica”, indica Mathias Fässler, secretario del Departamento cantonal de Justicia y Policía.
Por ello se quiere poner fin al asunto mediante una revisión total de la ley de naturalización cantonal. La moción de enmienda fue presentada en enero pasado.
Concretamente se busca establecer que en el cantón de los Grisones sólo puedan recibir el pasaporte suizo aquellas personas que viven en la comuna que les da la naturalización. De esa manera disminuirá sin duda el alud de solictudes de nacionalización presentadas en Castaneda.
En la capital cantonal, Chur, se calcula que la nueva legislación podría entrar en vigor el 1° de enero del 2006.
swissinfo, Gerhard Lob, Castaneda
Traducido del alemán por Patricia Islas
Castaneda es un poblado en el cantón de los Grisones, al sudeste suizo.
Habitantes de Castaneda: 240
Cálculo del número de naturalizados por las autoridades patricias de Castaneda: 6.000
En 2004: 620 naturalizaciones de 991 en todo el cantón.
Costos máximos para el solicitante por la naturalización: 3.000 francos.
La ciudadanía suiza se obtiene por descendencia, adopción o trámite de naturalización.
El trámite de naturalización es en tres niveles: primero es necesaria la autorización de la Confederación; luego se presenta la solicitud de ciudadanía al municipio y al cantón.
En el pasaporte se lee ciertamente “Confederación Suiza”, pero es expedido por las autoridades cantonales, dado que son éstas las que disponen de los documentos del municipio de empadronamiento.
Junto al municipio de empadronamiento existen en Suiza el “país natal” y el “lugar de ciudadanía”, o sea el municipio del que cada familia es originaria y al que pertenecerá su descendencia. Muchas personas en Suiza nunca llegan a ver su comuna de origen.
Las fechas de nacimiento, muerte, matrimonio y divorcio son inscritas en el municipio de residencia, pero también en el registro familiar del municipio de origen. En el municipio de residencia se deposita el denominado “certificado de ciudadanía”.
La obtención del derecho ciudadano implica un proceso complejo que, además, suele costar mucho. Los municipios tienen la libertad de fijar los montos. La Confederación no puede hacerlo.
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