La policia procederá a separar a esposos violentos
Desde el 1º de abril la violencia doméstica será perseguida de oficio en Suiza.
Hasta ahora, lo que sucedía en los hogares era considerado del ámbito privado.
Algunos cantones preparan incluso leyes de expulsión para los cónyuges violentos.
El proceso de Bernard Cantat, el cantante de rock francés, acaba de concluir en Vilnius. La atención mediática fue enorme aún cuando los hechos que la atrajeron son de una trágica banalidad.
El cantante fue condenado a ocho años de prisión por haber propinado una golpiza a su compañera, Marie Trintignant, que le causó la muerte. Los hechos tuvieron lugar el verano pasado en la capital lituana.
El drama reactivó en Francia y en otros países, el debate sobre la violencia doméstica. Permitió, sin duda, desvelar un poco más el tabú que rodea todos los hechos y actos que tienen lugar en el seno de una pareja.
Cuarenta muertes por año
A partir del famoso caso, volvieron a la luz pública investigaciones ya conocidas sobre el tema y se dieron a conocer algunas otras. Entre las estadísticas dadas a conocer, por ejemplo, aquella de que en Francia seis mujeres mueren cada mes como consecuencia de las palizas de sus maridos.
En Suiza, se estima que las querellas conyugales cuestan la vida a 40 mujeres cada año.
En el cantón de Zúrich, que recién publicó sus estadísticas al respecto, 9 de cada 14 muertes registradas en el 2003 obedecieron a la violencia en el hogar.
Principal causa de mortalidad
Las estadísticas de la ONU dan cuenta de que la violencia es la principal causa de muerte en el mundo entre las mujeres de 15 a 44 años.
Las diferencias sociales no tienen nada qué ver. Las mujeres son golpeadas en todos los medios. Ya sea entre las clases económica o académicamente favorecidas, como entre las que no.
La única diferencia: en un departamento los vecinos advierten más rápidamente lo que sucede que cuando la pareja habita en una casa.
Suiza decidió actuar: desde el 1º de abril la violencia será considerada como un delito perseguido de oficio.
Actualmente, excepto en algunos cantones pioneros como San Gall, para dar seguimiento a los casos correspondiente, las víctimas deben presentar una demanda contra su agresor, recuerda Claudia Meyer de la Organización de Masas para Mujeres Maltratadas.
Sin embargo, es muy frecuente que las mujeres no se atrevan a acudir a la policía debido a que tienen miedo o porque dependen de su marido. Muchas veces, aquellas que se atreven a hacerlo, se retractan más tarde.
Ir más lejos
Muchos cantones contemplan además, la posibilidad de modificar los reglamentos de policía a fin de poder expulsar a los hombres violentos del domicilio de la pareja.
Actualmente, es frecuente que la mujer huya y se vea obligada a encontrar un nuevo techo, por ejemplo, en las casas para mujeres maltratadas.
Pero esas instituciones afrontan problemas financieros y no siempre tienen lugares disponibles. Las víctimas que acuden –con sus hijos cuando los tienen- deben partir al cabo de algunas noches y a veces no tienen más opción que regresar a su hogar.
Diez días prorrogables
La expulsión permitiría por lo menos a la víctima el beneficio de quedarse en su casa. La medida duraría diez días pero podría prolongarse.
Los cantones de San Gall y Appenzell Rodas-Exteriores ya introdujeron esa posibilidad. Los resultados son impresionantes.
Durante los diez primeros meses, la policía de San Gall tuvo que intervenir 400 veces por casos de violencia en el hogar. En la mitad de los mismos, los agresores fueron expulsados o encarcelados de manera preventiva.
Para Claudia Meyer, el reforzamiento previsto del Código Civil es “una etapa en la lucha contra la violencia doméstica”.
Otras necesidades
Pero las necesidades son mayores. De acuerdo con la especialista, será necesario desarrollar y coordinar los centros de apoyo y de consejo, la ayuda médica, la acogida en las instituciones correspondientes y la ayuda financiera.
“Las necesidades no van a disminuir. En las casas para mujeres maltratadas las víctimas encuentran una mayor protección de la que tienen en sus propios departamentos, aun cuando el esposo haya sido expulsado”.
“Para las mujeres traumatizadas y sus hijos, concluye Claudia Meyer, vivir en un lugar neutral incrementa las posibilidades de encontrar un poco de calma…”
swissinfo, Katrin Holenstein
Traducción, Marcela Águila Rubín
En Suiza, una de cada cinco mujeres es golpeada, al menos une vez en su vida, por su compañero.
Cerca de una de cada dos mujeres sufre algún tipo de violencia psicológica.
Cada año cerca de 40 mujeres mueren en Suiza como resultado de la violencia conyugal.
En el cantón de Zúrich, 9 de cada 14 muertes registradas en el 2003 obedecieron a ese fenómeno, además de cinco intentos de homicidio.
Desde el 1º de abril la violencia doméstica será considerada como un delito perseguido de oficio.
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