La ética en la guerra, un dique a la barbarie

Aspecto del Foro Suiza-Colombia. Marilú Pacheco

La Comisión Nacional de Conciliación lanzó un vehemente llamado para que las partes en el conflicto colombiano respeten el DIH.

Se pronunció asimismo porque las víctimas “no sean nuevamente descuidadas y agredidas con la impunidad estatal”.

“La construcción de la paz obliga a una transformación ética profunda que anteponga el primario derecho de vivir, de todos y de cada uno de los colombianos, frente a cualquier interés o cualquier cosa”, subrayó el padre Antonio Echeverri González.

Activo participante en las negociaciones para la paz en Colombia, el prelado tomó parte en el Foro Suiza-Colombia realizado esta semana (23.11) en la capital helvética, donde advirtió que el respeto al Derecho internacional Humanitario traza la frontera entre la civilización y la barbarie.

“El acatamiento de las leyes humanitarias en el conflicto armado colombiano puede ser un muro contenedor de su degradación y puede constituir un marco de entendimiento entre el gobierno nacional y los grupos armados ilegales, sustentado en preceptos éticos capaces de abrir las puertas a una reconciliación definitiva”, dijo.

Un sufrimiento desapercibido

En una segunda intervención, consagrada ésta a la situación de los derechos humanos, el representante de la Iglesia Católica advirtió que en Colombia “se pone mucho cuidado a los verdugos pero pasa desapercibido el sufrimiento de las víctimas”. Se refirió a la necesidad de éstas de reclamar sus derechos.

“La víctima, dijo tiene el derecho de recuperar la propia humanidad a través del perdón al victimario y de la relación nueva construida después de la catástrofe. Tiene derecho a dejar de ser víctima…”

El ciclo recurrente violencia-impunidad

Por su parte, el director de la División Américas de la organización internacional en pro de los derechos humanos, ‘Human Rigths Watch’, José Miguel Vivanco, se refirió al círculo vicioso que por décadas ha prevalecido en Colombia de la violencia y la impunidad, amén de un ejercicio al margen del estado de derecho.

Añadió que el país “merece y necesita” el apoyo internacional pero que esa ayuda debe ser condicionada a la adopción de mejorías en los derechos humanos y se manifestó en contra “del cheque en blanco” que aporta Estados Unidos con su ayuda militar a Colombia sin evaluar el respeto a esas garantías individuales.

Con relación a las estadísticas oficiales sobre un pretendido mejoramiento de la situación en Colombia, el representante de ‘Human Rigths Watch’ manifestó su duda sobre las tendencias que reflejan esas cifras y sobre las cifras mismas, merced a las diferencias conceptuales.

El fenómeno de la corrupción

Entre los reclamos que recogió el foro Suiza-Colombia estuvo también el de la lucha efectiva contra la corrupción “la más grave de las violaciones a los derechos económicos y sociales”, como la calificó el padre Echeverri, y el de la reanudación del diálogo de paz.

“Crece la exigencia social para que se ponga fin a la confrontación armada, para que se abran espacios que permitan superar la larga incomunicación entre el gobierno nacional y los grupos insurgentes”, destacó el sacerdote.

¡Reanuden el diálogo!

En ese tenor la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) se declaró “en pie de paz” y convocó a una cruzada nacional. El presidente de la agrupación, Carlor Rodríguez explicó que la estrategia incluye un congreso nacional por la paz, amén de foros de discusión, jornadas semanales y amplias movilizaciones a escala nacional. Todo ello:

“Como un esfuerzo de rectificación del camino que llevamos hacia el abismo”, concluyó.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

Contexto

En Colombia:
De enero a septiembre del 2003 murió un promedio diario de una mujer por violencia socioeconómica y una mujer por homicidio político.
Cada 15 días, más de una mujer fue víctima de desapariciones forzadas y cada mes, una fémina murió en homicidios de personas socialmente marginadas (prostitutas, indígenas).
Cada cinco días una mujer perdió la vida en combate o en fuego cruzado.