Las madres de Ciudad Juárez reclaman justicia

Las muertes de Ciudad Juárez, una pesadilla que no acaba. Keystone

A más de 10 años y con cerca de 400 chicas asesinadas, los crímenes de esa ciudad del norte de México permanecen impunes.

Marisela Ortiz de la organización Nuestras hijas de regreso a casa, se entrevistó con representantes suizos de distintos sectores.

“Llevo a Ciudad Juárez mucha solidaridad, mucha esperanza. Llevo a mis compañeras una historia de este mes en Suiza de cosechar voluntades. El respeto, la consideración, y la difusión de nuestras acciones, el haber podido explicar los hechos, las omisiones, las negligencias”, resume la profesora Ortiz Rivera.

“Ha sido muy significativo y la respuesta de mucha, mucha esperanza”, acota al término de su estancia en la Confederación. swissinfo conversó con la mentora y con algunos de sus interlocutores. Urs Sekinger, uno de ellos, comenta de su entrevista:

“Fue un encuentro muy emotivo porque a través de la persona de Marisela se siente muy corporal o de corazón la situación que tiene que vivir esa mujer pero también tantas mujeres en Ciudad Juárez. Se siente su angustia, su preocupación, pero también su voluntad y su decisión de luchar para que haya justicia”.

Maestra de dos de las jóvenes asesinadas, Marisela Ortiz participó en el nacimiento de la organización Nuestras hijas de regreso a casa. Su lucha por el esclarecimiento de los asesinatos y la aplicación de la justicia le han valido toda suerte de penurias y hasta amenazas de muerte. Empero, su voz de denuncia no cede ante el amago.

Construcción del miedo

“En Juárez se construye el miedo, se construye el silencio y esto fortalecido por las autoridades para garantizar… Cuando nosotros iniciamos nuestro movimiento (2001) ya eran ocho años de asesinatos, ya habían asesinado casi a 200 mujeres y no salía la información del entorno”. Ahora, casi cuatro años después, sigue la pesadilla.

En la madrugada del pasado 3 de diciembre fue descubierto en Ciudad Juárez el cadáver de otra joven. ¿Qué número?, se cree que alrededor del 400 pero nadie sabe a ciencia cierta. Las estadísticas se pierden en una densa nube de pesquisas malogradas, de responsabilidades incumplidas y de negligencia sospechosa. En esa maraña de complicidades que rodea este aciago capítulo de la memoria local.

“¿Cómo se puede entender que haya alrededor de 300 o 400 mujeres asesinadas. Hay más mujeres todavía desaparecidas y no hay ninguna aclaración de los hechos. Hay rumores o ideas de lo que ha podido pasar con estas mujeres pero finalmente no se sabe por qué”, subraya Urs Sekinger, de Solifonds. (En Más sobre el tema ¿Quién mató a todas esas chicas?).

Para el representante de la ONG helvética, Marisela Ortiz ha demostrado que por parte de las autoridades locales, de las fuerzas policiales y judiciales, ha habido negligencia “porque no puede ser que haya tantas, tantas mujeres asesinadas y no haya ningún signo, ninguna interpretación o aclaración de los hechos”.

Descomposición social

Ciudad Juárez. En ese rincón del estado de Chihuahua, donde se unen las geografías de México y de Estados Unidos, la descomposición social sentó sus reales a lomos de la maquila y de toda suerte de tráficos ilícitos incluidos, por supuesto, los de drogas y de seres humanos.

“Este problema está demasiado vinculado con los mercados mafiosos e ilegales del narcotráfico”, apunta Anne-Marie Sancar y advierte que los asesinos actúan en un marco de ritualización “para sentirse menos crueles”, en una suerte de rito iniciático.

Para la responsable de la Unidad de Género del Departamento de Gobernabilidad de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), el fenómeno de Juárez no escapa al proceso de desvalorización de la mujer que se genera en las maquiladoras. (En Más sobre el Tema: La ritualización para sofocar el ‘mea culpa’).

La presencia de ese tipo de fábricas de capital extranjero “sin ningún respeto para las leyes locales”, a decir de Marisela Ortiz, y que, en palabras de Urs Sekinger, generan una economía “que nosotros criticamos fuertemente”, es considerada como un factor clave para la creación de un contexto propicio a la explotación y el crimen.

Pobres, débiles…

Tildy Hanhart, de la red de organizaciones para la paz en Chiapas, Propaz, participó también en los encuentros con la profesora Ortiz. Para ella, en la situación de Ciudad Juárez influyen la alta presencia de emigrantes que buscan pasar a Estados Unidos y que se quedan en la población mexicana en medio de condiciones muy desfavorables, y la maquila.

“Hay muchas mujeres pobres que están buscando trabajo, mujeres que no han estudiado una profesión y tienen que aceptar un trabajo cualquiera, que son muy débiles, que no pueden defenderse bien y fácilmente son víctimas. Por eso, como en el sur (de México) y en Guatemala, hay muchos casos de mujeres asesinadas”.

En efecto, como lo señala Tildy Hanhart, como lo dijo Marisela Ortiz y como lo han informado diversos medios de prensa, la situación en la población fronteriza mexicana comienza a reproducirse en Chihuahua, en León, Chiapas, Guatemala…

La profesora evoca la advertencia de algunos escritores, en el sentido de que el proceso de globalización que caracteriza al mundo de hoy pueda hacer de Ciudad Juárez «el laboratorio del futuro».

swissinfo, Marcela Águila Rubín

Datos clave

Datos del Informe de Amnistía Internacional (AI 08.2003)

Desde 1993 el asesinato de más de 370 mujeres, de las cuales al menos 137 presentan violencia sexual, refleja la violencia que sufren las mujeres en el estado de Chihuahua.

A estas cifras hay que añadir alrededor de 70 jóvenes aún desaparecidas, según las autoridades, y más de 400 según ONG.

Contexto

(AI 08.2003)

Mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, son raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a una feroz violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes abandonados.

En algunos casos, sus restos son hallados por transeúntes al cabo de unos días o años después.

En otras ocasiones las mujeres nunca son encontradas y sus familiares tienen que vivir con la angustia permanente de desconocer su destino o paradero.

Todo parece indicar que estas jóvenes son seleccionadas por sus victimarios por ser mujeres sin ningún poder en la sociedad.

Suelen ser trabajadoras de las industrias maquiladoras que dominan la economía de Ciudad Juárez; camareras, empleadas en la economía informal o estudiantes.

Muchas viven en circunstancias precarias, a veces con hijos que mantener.