¿Los actos de la extrema derecha son banales?
En Suiza se reproducen manifestaciones, encuentros e, incluso, acciones violentas por parte de los jóvenes de la extrema derecha, sin que la policía intervenga.
La pregunta en el aire es si las autoridades y los medios de comunicación asumen realmente su responsabilidad ante estos hechos.
Primero de agosto de 2005: Unos 800 miembros de la extrema derecha marchan hacia la histórica pradera del Rütli y abuchean al presidente Samuel Schmid durante su discurso en el Día Nacional de Suiza.
Ese mismo día, llamados por el Partido Nacional de los Suizos Orientados (PNOS), realizan una manifestación en el poblado cercano de Brunnen, sin ser molestados. Lo curioso fue que no solicitaron ninguna autorización a la policía para realizar esta actividad en un país donde es estrictamente necesario.
17 de septiembre de 2005: En Brig, en el cantón del Valais, 400 neonazis realizan una marcha y asisten a un concierto – tampoco autorizado – en el que recuerdan al británico Ian Stuart, fundador de la organización extremista ‘Blood & honour’ (‘Sangre y honor’). Se burlan de los judíos y veneran a Hitler. La policía no mueve un dedo.
Finales de septiembre: Jóvenes de estos grupos radicales reparten discos compactos con contenido de derecha extrema a los estudiantes de cuatro escuelas en Aargau durante el tiempo de la recreación.
Para algunos, sólo una astracanada, para otros, un peligro
La aparición de los extremistas de derecha el 1 de agosto provocó especialmente una gran discusión: ¿La democracia está en peligro o se trata tan sólo de una rebelión de púberes?
Para el diputado Christoph Mörgeli, líder de opinión de la Unión Democrática de Centro (UDC) o en su nombre en alemán, Partido Popular Suizo, la presencia en el histórico Rütli de los jóvenes que recuerdan el saludo a Hitler es «una farsa disparatada nazi».
Su colega de partido, el ministro de Justicia y miembro del Ejecutivo colegiado suizo, Christoph Blocher, considera que la marcha en el Rütli fue menos peligrosa que las acciones en su contra de los extremistas de izquierda en su discurso de la Fiesta Nacional, realizado en Winterthur.
Además, Blocher acusa al diario amarillista ‘Blick’ de ser el responsable de la manifestación en la pradera histórica (Allí surgió la alianza entre los primeros miembros de lo que posteriormente se convirtió en la Confederación Helvética).
La minimalización de las apariciones de la derecha extrema es criticada por el profesor de Derecho Penal, Marcel A. Niggli. «Hay ciertos grupos de la población, pero también en la política de este país, que creen que el racismo no provoca problemas subsecuentes. Otros grupos, gracias a Dios aún la mayoría, creen que el racismo es un problema que pone en peligro a la democracia», indica el profesor de Friburgo a swissinfo.
Por una posición clara
Al respecto, las normas penales antirracistas han obtenido un cierto éxito. «Se ven en el número de condenas y, sobre todo, en el hecho de que los contrarios a la norma penal, provenientes del sector político de derecha, pelean intensamente desde hace diez años contra ella. Señal de que algo debe molestarles.»
Mientras una parte de la sociedad y de la política se muestren tolerantes o no sean claros en su posición en relación con la extrema derecha, ésta seguirá creciendo, sentencia Niggli.
Aplicar la ley antirracista
«Afilen el cuchillo en la vereda y déjenlo resbalar en la piel judía. La sangre debe fluir con abundancia. Caguemos en la libertad de la república judía», canta una banda en un concierto neonazi en Brig. «Si esto pueden hacen los neonazis ante los ojos de la policía, es una muestra de que parte de la Justicia no está lista para aplicar la ley antirracista», advierte Niggli.
Las autoridades de policía argumentaron que no pudieron imponer la ley por tratarse de un acto privado. Algo que para Niggli no tiene validez. Ante 400 neonazis no se puede hablar de un encuentro privado.
Entre tanto, lo policía del Valais prosigue las diligencias contra los organizadores y los grupos musicales aparecidos en el concierto neonazi por violar la norma penal antirracista y realizar el acto sin autorización.
Para impedir que se lleven a cabo actos como éste, el jefe de la policía del Valais, Bernhard Geiger, sugiere la creación de un grupo policial intercantonal, que puede actuar en situaciones de emergencia.
El servicio de prevención
El servicio nacional de análisis y prevención del Ministerio de Justicia y Policía tiene por misión la de identificar, evitar y perseguir los actos de extremismo violento. Y debe informar sobre sus averiguaciones a las autoridades federales y cantonales para que puedan proceder a tiempo.
Esto funciona en la mayoría de los casos de las actividades de la izquierda extrema, aminorándose su efectividad en los de la derecha extrema. Este servicio debía saber que cada 17 de agosto se realiza en Suiza un gran encuentro de la escena neonazi para conmemorar al fundador de «Blood & Honour», Ian Stuart.
También debía haber sabido del concierto de Brig semanas antes, a través de sus indagaciones en las páginas internet de la derecha extrema.
Pero transfirió muy tarde la información a la policía del Valais y ésta se quejó de la demora.
El especialista en Derecho Penal, Marcel A. Niggli, indica que los informes sobre seguridad interna otorgan mayor peso a los peligros de la extrema izquierda, en comparación con los de la extrema derecha.
Controvertido políticamente
El experto también considera que ante esta situación se suma el inconveniente de que en Suiza la policía y la prosecución penal son de carácter cantonal. «Dependiendo de cada cantón, las autoridades competentes se interesan de muy distinta forma a seguir los actos de derecha o izquierda».
Por otra parte, la ley antirracista resulta controvertida a nivel político. «A esto se suma que la UDC va en contra de la norma penal». La policía tiene la tendencia de comportarse de manera reservada en las pesquisas debido a que se trata de un tema controvertido políticamente.
swissinfo, Jean-Michel Berthoud
Traducido por Patricia Islas Züttel
26.04.2003: Cabezas-rapadas golpean brutalmente en Thurgau a dos jóvenes. Uno de ellos resulto gravemente herido en la zona cerebral y quedó incapacitado física y mentalmente para toda su vida.
En septiembre de 2005, los responsables fueron condenados a penas que van de 4 a 5 años y medio tras las rejas.
01.08.2005: La marcha de la derecha extrema a la paradera del Rütli. Abucheo en contra del presidente Samuel Schmid.
18.09.2005: El diario ‘SonntagsZeitung’ informa que un extremista de derecha de Lucerna hace carrera en el ejército helvético.
17.09.2005: En Brig, en el cantón del Valais se reunen 400 neonazis.
Finales de septiembre: Repartición de CD con contenido de la derecha extrema en diversas escuelas de Aargau.
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