Los suizos se movilizan contra la pena de muerte
Amnistía Internacional y las iglesias helvéticas piden la abolición de la pena capital en Japón, Arabia Saudí y Estados Unidos.
La lucha contra la pena de muerte es el lema del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra este martes.
«La pena de muerte no es una solución»: es el lema de la campaña con la que se conmemora este martes el Día Internacional de los Derechos Humanos. «No debe servir a las víctimas o al Estado para vengarse de los culpables», declara a swissinfo Daniel García, presidente de la sección suiza de Amnistía Internacional.
«Sólo Dios tiene derecho de decidir sobre la vida y la muerte de una persona», coincide Muriel Beck, delegada para los derechos humanos de la Federación de las Iglesias Evangélicas Suizas. «Por este motivo nos movilizamos contra la pena de muerte.»
El ‘caso’ americano
En Estados Unidos, son frecuentes las condenas a muerte, pero también los errores: muy a menudo los condenados son inocentes y en muchos casos víctimas de la discriminación racial.
La mayor parte de los detenidos que se encuentran en el corredor de la muerte son negros y pertenecen a segmentos sociales inferiores.
¿Cómo se explica que un país como Estados Unidos, cuna de los principios democráticos y potencia mundial, se obstine en mantener la pena capital? «Estados Unidos no tiene la misma concepción del derecho que los europeos», señala Muriel Beck. «Su presunto compromiso en favor de los derechos humanos, es más una cuestión de fachada, de imagen, que una preocupación real.»
De hecho, la sociedad estadounidense separa categóricamente lo que es justo de lo que no es justo. «En los procedimientos penales, las autoridades americanas dan más prioridad a la penalización que a la reinserción de los delincuentes. En Europa ocurre lo contrario», afirma Muriel Beck.
Japón y Arabia Saudí
Otro país moderno e industrializado que aplica la pena de muerte es Japón, donde los condenados suelen ser ahorcados, a menudo sin que sus familiares o los asistentes religiosos hayan sido advertidos.
Muy poco se sabe de esas prácticas. Las ejecuciones se producen a la sombra de la opinión pública y se archivan como ‘secretos de Estado’.
Arabia Saudí figura entre los países con el número más elevado de personas ejecutadas: en promedio se registran dos casos por semana. La pena de muerte amenaza a quienes «se distancian del Islam». Asimismo se acusa de ‘brujería’ a los traficantes de droga.
Según Amnistía Internacional, los procesos se celebran a puerta cerrada y duran pocos minutos. La práctica común es ejecutar a las mujeres con un arma, mientras que los hombres son decapitados delante de todos.
En 1999, Arabia Saudí destinó más de mil millones de dólares a varias sociedades de relaciones públicas con el fin de que ayudaran al régimen a ocultar las violaciones graves de los derechos humanos.
Una cárcel en vida
«La pena de muerte es inhumana y contraria a los derechos fundamentales», puntualiza Daniel García. «El derecho penal está para proteger a la población y esto se puede hacer sin la pena capital, con la cadena perpetua, por ejemplo.»
Las iglesias suizas y varias organizaciones defensoras de los derechos humanos han decidido enviar una petición a las autoridades de estos tres países solicitando una moratoria inmediata a las ejecuciones, con vista a la abolición total de la pena de muerte.
En Suiza están previstas manifestaciones de sensibilización y discusiones. En las iglesias de todo el país, se realizarán llamamientos a la abolición de la pena de muerte durante los oficios religiosos.
Elena Altenburger, swissinfo
87 países aplicaban en el 2000 la pena de muerte
72 países la han abolido
5 países no respetan la prohibición de condenar a muerte a menores: Arabia Saudí, Estados Unidos, Irán, Nigeria y Yemen
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