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«Mamá no me deja tener mi planta en casa»

El consumo empieza en grupo. swissinfo.ch

Christian fuma marihuana desde los 14 años. Y aunque ha frenado su consumo, aún espera tener en casa su planta de cáñamo, cultivarla...y fumar “de vez en cuando”.

El consumo de Cannabis, ilegal en Suiza, se convierte en hábito entre los jóvenes.

Un aroma raro inunda el recibidor en la casa de la familia Weber. Sandra, ama de casa y madre de 3 hijos, se disculpa con premura: «Perdón por este olor, es mi hijo con su planta que tan mal huele».

Semanas más tarde, ya no se percibe el peculiar aroma en el pasillo. «Le dije que si quería vivir aún aquí, debía tirar su planta», aclara la joven madre de origen latinoamericano, que vive desde hace 16 años en una zona residencial en las afueras de Berna.

En el interior de la ordenada vivienda, Sandra recuerda que cuando Christian era más pequeño, ella y su esposo le hablaban con frecuencia sobre la dependencia que provoca tomar drogas. Ninguno de ellos es adicto a sustancia alguna. “Nos sorprendió mucho que aún así quisiera probar la marihuana».

Una sorpresa que reciben los padres de, al menos, el 30% de los menores de 15 años en Suiza, según una encuesta del Instituto de Prevención del Alcoholismo y otras Toxicomanías.

«Me gustó y seguí fumando»

Christian llega a casa después de una jornada más de su aprendizaje de carpintería en un poblado cercano. El chico de 16 años explica la forma en que inició su hábito de fumar marihuana:

«Primero empecé a fumar cigarros normales, y después otro amigo dijo que si fumábamos marihuana, las cosas serían diferentes. Me gustó y seguí fumando».

La policía lo ha soprendido 3 veces en posesión de marihuana, un delito en Suiza, segundo país europeo -después del Reino Unido-, en consumo de derivados de cannabis.

«La primera vez fue un aviso de la policía, la segunda vez les quitaron la hierba y sus pipas. Fue una llamada de atención más fuerte con la advertencia de que la próxima vez sería dirigido al Tribunal de Menores», recuerda su madre.

Como salir a tomar una soda

Christian percibe sutilmente la relación entre la marihuana y su vida social.

“Después de terminar el sexto año de primaria ya no tenía muchos amigos, y de repente tuve otra vez. Y no es que yo fumara nada más para tener amigos otra vez y creyera que si no lo hacía ya no me hubieran querido en mi grupo. Lo hice porque lo quería intentar”.

Unos 8 meses después de haber iniciado el hábito, sus padres observaron que «su consumo no estaba bajo control». Pidieron ayuda al centro de información sobre dependencias de su localidad.

«Allí nos dijeron que en nuestra sociedad el consumo de marihuana se ha convertido en algo tan normal como el hecho de salir a tomar una soda -indica Sandra-, y que lo único que se podía hacer en esta fase era enseñarle a controlar su consumo».

Mayor seguridad

«Cuando empecé a fumar, mis notas en la escuela mejoraron, y pienso que mis amigos también me ayudaron mucho.»

Del primer porro al consumo sin medida, poco recuerda. «Primero fuimos 6 en el grupo, después quisieron fumar con nosotros otros chicos, hasta que fuimos 7 niñas y 4 niños».

Y la cita en el Tribunal de Menores llegó para Christian. El joven evitó que su expediente fuera marcado con la infracción de posesión ilegal de cannabis, gracias a las pruebas negativas de orina que presentó en los 3 meses de la cura a la que fue sometido.

Un requisito del mundo de los adultos, visto por los ojos de un niño: “Y tu sabes que en los exámenes, cuando sale la palabra positivo es lo contrario, es malo: significa que fumaste; y cuando sale negativo, es bueno, pues dice que no fumaste.”

El aprendiz de carpintero también explica a swissinfo que debió asistir a dos charlas sobre el consumo de marihuana: «Nos dijeron que no divulgarían las cosas que les contáramos. Y nos enseñaron vídeos en los que actores representaban la situación de los que fuman marihuana. Perdían la novia, los amigos. A mí no me pasó eso.»

En casa está terminantemente prohibido fumarla. Christian acepta la medida, pero insiste: «Lo que me gustaría sería tener mi planta de cáñamo en casa, pero mi mamá ya no me deja. No me molesta tanto que me lo prohíba, pero a otros amigos míos sí les permiten tenerla».

swissinfo, Patricia Islas Züttel

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El cannabis se populariza en Suiza, convirtiéndose en la droga ilegal más común entre los jóvenes.

Los consumidores de cannabis de 15 años de edad se han cuadruplicado en los últimos 12 años, indica una encuesta del Instituto Suizo de Prevención del Alcoholismo y otras Toxicomanías.

Uno de cada dos menores de 18 años en Suiza ha probado el cannabis.

10% de los fumadores de marihuana son considerados como consumidores de riesgo.

Los principales peligros de su consumo son de orden psicosocial.

Contact, centro de apoyo para jóvenes en Berna, observa que algunos jóvenes que hoy en día acuden allí, comienzan a fumar hachís o marihuana con 12 años de edad.

(Los nombres de Christian y Sandra Weber son ficticios)

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