Migración: Suiza practica ya pruebas de ADN
Mientras Francia prevé el empleo de pruebas de ADN para la reagrupación familiar, en Suiza esta práctica ya existe. Introducida en 2004 bajo forma administrativa, escapó hasta ahora a un examen parlamentario.
Impactado, el diputado socialista Carlo Sommaruga ha expresado su inquietud mediante una moción que podría reactualizar el asunto.
El proyecto adoptado por los diputados franceses autoriza las pruebas de ADN para probar una filiación si la persona es originaria de un país dónde «el estado civil presenta carencias».
La medida está limitada hasta el 31 de diciembre de 2010 y reposa sobre una base voluntaria. Pero el texto, también aprobado -con algunas enmiendas- en el Senado galo, es criticado por la izquierda, diversos científicos y ONG tales como Amnistía Internacional y la Liga Internacional contra el Racismo.
«Por la ventana de la bodega»
El debate salpica a Suiza que descubre que estas pruebas ya son practicadas en su territorio. Según una directiva de la Oficina Federal de las Migraciones (ODM) de 2004, es posible «eliminar, por medio de una prueba de ADN efectuada bajo la vigilancia de las autoridades, las dudas que no pueden ser resueltas de otra manera» sobre el origen de una persona.
Sigue una lista de 33 países, entre las que están 22 africanos, cuyos registros del Estado Civil dejan que desear. En caso de duda, las representaciones suizas pueden dirigirse a los cantones, competentes en materia de reagrupación familiar.
Cerca de la mitad de las solicitudes de reagrupación familiar (30.000 por año) procede de Europa. Para las otras es imposible censar el número de pruebas de ADN requeridas. En un periódico de la Suiza de expresión alemana, Basilea-campo anunció un caso en 2003 y Argovia tres o cuatro por año desde hace unos diez.
Carlo Sommaruga, diputado socialista, manifiesta su perplejidad. «Estoy impactado porque no imaginaba que en Suiza se procedía de este modo, sin debate parlamentario. ¡Es como si entráramos a una casa por la ventana de la bodega, es inadmisible!»
Una zona gris
En la ODM, Jonas Montani replica que la base legal existe. La nueva ley sobre los extranjeros, que entrará en vigor el 1 de enero, alude a las pruebas de ADN. Y la nueva ley federal sobre el análisis genético humano, aplicado en abril de 2007, así como su ordenamiento, reglamentan la aplicación civil y administrativa del establecimiento de esos perfiles.
La Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados (OSAR) no está convencida. «El parlamento no midió el alcance del asunto cuando examinó esos proyectos y no hubo ningún debate sobre esa violación de la esfera privada», declara Yann Golay.
Para el jurista, estamos «en una zona gris»: esta práctica es conocida desde hace años, pero no tenemos informaciones claras de los cantones ni estadísticas nacionales.
Una ‘ayuda’ de doble filo
La ODM pone énfasis en el aspecto voluntario de la prueba. «Es una ayuda para los candidatos que no se encuentran en situación de probar su estado civil. Además, la ley sobre los extranjeros de 1931 estipula un deber de colaboración», precisa Jonas Montani.
«Esto es muy relativo puesto que en caso de negativa, la persona se expone a un rechazo de visado», observa Daniel Menna, portavoz del encargado federal para la protección de datos.
Hecha esta reserva, Daniel Menna recuerda que es una cuestión política: «el parlamento votó y no podemos ponerlo en tela de juicio. La base legal existe y respeta la protección de los datos».
Alexandre Mauron, miembro de la Comisión Nacional de Ética, se dice más o menos satisfecho del contexto legal. «En Francia, un juez ordena las pruebas de ADN. En Suiza, más liberal, es menos claro», dice a swissinfo.
Una situación molesta
Alexandre Mauron va más lejos. «Las personas no deberían ser obligadas a efectuar pruebas de un lazo biológico, que no siempre existe (un padre de cada diez o veinte no es el verdadero…), mientras que nuestro derecho reposa en el hecho de que la filiación es sobre todo un lazo social».
El profesor ginebrino de ética biomédica reconoce: «Veo bien el problema pero, en el contexto ideológico actual, esta práctica va en el sentido de la opinión pública y lo lamento».
Y tiene un costo. Francia prevé el reembolso de la prueba si se concede la reagrupación familiar, pero Suiza no. «Según nuestras informaciones, indica Yann Golay, esta prueba cuesta unos 1.500 francos».
El asunto podría retomar actualidad. El parlamentario Carlo Sommaruga ha presentado una moción sobre el asunto.
swissinfo, Isabelle Eichenberger
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
La realización de pruebas de ADN con vistas a eliminar incertidumbres sobre los documentos de identidad es autorizada sólo con acuerdo escrito de los candidatos.
La representación en el extranjero señala al candidato a la reagrupación familiar que es libre, en virtud de su obligación de colaborar (art. 3, al. 2, LSEE), de eliminar, por medio de una prueba de ADN efectuada bajo la vigilancia de las autoridades, las dudas que no pueden ser resueltas de otra manera en cuanto a la autenticidad de las actas presentadas.
En caso de negativa, las autoridades pueden rechazar la petición de entrada invocando los vacíos observados en los documentos.
En 2006, 30.701 suizos y extranjeros fueron beneficiados con la reagrupación familiar. Es el 2º motivo (36,6 %) de inmigración.
Una solicitud puede ser depositada a favor de los esposos y los hijos de menos de 18 años.
Para obtener la concesión de la reagrupación familiar, hay que disponer de una vivienda conveniente, de un seguro de enfermedad para toda la familia y de ingresos suficientes para su mantenimiento.
Para las personas en posesión de un permiso de residencia (permiso B), hay que tener un empleo estable.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.