Naturalización ‘a prueba’ para luchar contra la violencia
La Oficina Federal de Migración (OFM) evalúa la idea propuesta por el ministro de Justicia, Christoph Blocher, de una naturalización a prueba.
Tras las recientes agresiones sexuales cometidas por jóvenes de origen extranjero urge adoptar medidas, sostiene Eduard Gnesa, responsable de la OFM.
El encendido debate que desencadenó la violación de una adolescente de 13 años en el barrio Seebach de Zúrich preocupa también a la Oficina Federal de Migración (OFM). Como contramedida se está evaluando la eventualidad de introducir una especie de naturalización ‘a prueba’.
En el caso de Zúrich y en otros similares estaban involucrados jóvenes «extranjeros o recientemente nacionalizados en Suiza, que no respetan ningún tipo de autoridad y están mal integrados», afirma el director de la OFM, Eduard Gnesa, en una entrevista que publica, en su edición del 17 de diciembre, el dominical ‘SonntagsZeitung’.
La escuela debe tratar de remediarlo pero, además, la OFM evalúa la propuesta de la naturalización ‘a prueba’ lanzada por el ministro de Justicia, Christoph Blocher.
Se trata de establecer cuán grave debe ser el delito cometido durante el periodo de prueba para impedir la concesión de la nacionalidad.
Apátridas
Gnesa juzga con escepticismo los planteamientos de Christoph Blocher, según los cuales la nacionalidad se retiraría a las personas naturalizadas que sean culpables de delitos penales. Todas las personas que no poseen la doble nacionalidad, se encontrarían en la condición de apátridas, afirma Gnesa. «Y no queremos esto», puntualiza.
Según el director de la OFM, en el futuro, antes de otorgar la nacionalidad habría que llevar a cabo investigaciones suplementarias: hoy los hijos acceden a la naturalización automáticamente si sus progenitores han obtenido el pasaporte helvético.
Evaluar cada situación
Los cantones y las comunas deberían, pues, analizar cada caso individual y no limitarse a la familia en general. En la valoración de los menores se podría solicitar la intervención de las autoridades escolares.
Gnesa indica que también sus servicios se concentran en este aspecto, en especial la naturalización facilitada para los jóvenes y los cónyuges extranjeros, que figura entre las competencias de la OFM.
El director de la OFM ve con buenos ojos la posibilidad de que los cantones emitan permisos de estancia o residencia solamente a personas que han seguido con éxito los cursos para aprender una de las lenguas nacionales.
Con tales medidas Gnesa quiere obtener que los mismos inmigrantes hagan un esfuerzo adicional para fomentar su integración.
Están integrados, dijo, aquellos extranjeros que respetan la Constitución, por ejemplo los artículos relativos a la igualdad entre hombres y mujeres, que conocen una lengua nacional y que están insertados en el mundo laboral.
swissinfo y agencias
La naturalización es un tema recurrente en la política suiza. En los últimos años el asunto se enfocó, sobre todo, desde el punto de vista de la legitimidad de las naturalizaciones avaladas en votación popular.
Una iniciativa sobre el tema será sometida a la aprobación del Parlamento y será objeto de una votación popular.
En los últimos meses Suiza se vio conmocionada por varios casos de violaciones colectivas de menores – en el cantón de los Grisones, Basilea y Zúrich, donde 13 jóvenes abusaron sexualmente de una adolescente.
A menos de un año de las elecciones federales, los partidos hacen hincapié en el tema de la integración y proponen varias soluciones. La última proviene de los socialistas: un contrato de integración con los extranjeros.
Quien quiera obtener la nacionalidad suiza debe haber vivido en este país durante al menos los últimos doce años.
La Confederación concede el permiso para la naturalización a quienes están bien integrados y conoce el ordenamiento jurídico helvético.
El procedimiento de nacionalización es competencia de los cantones y de las comunas. Existen, por consiguiente, importantes diferencias de una comuna a otra.
En 2004, los suizos rechazaron en las urnas la naturalización facilitada para la segunda y tercera generación de extranjeros.
En 2005, en Suiza se registraron 39.753 naturalizaciones, una cifra récord. Los extranjeros constituyen el 20% de la población helvética.
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