Obreros indocumentados, un reto sindical

Los trabajadores indocumentados, recurso de mano de obra barata. swissinfo.ch

Uno de los contingentes laborales extranjeros que ha engrosado indirectamente las filas de los sindicatos suizos es el de las personas indocumentadas.

Según estadísticas no oficiales, unas 300.000 personas residen en Suiza sin la autorización requerida.

Henry Cardona, presidente del comité ginebrino que los agrupa, sostiene a swissinfo que «todas las personas que han emigrado a Suiza poseen documentos de identidad, los pasaportes; y, por eso, simplemente por eso, sí tenemos papeles».

Pero la forma –o el nombre— no importa al hablar de sindicalismo. De lo que se discute, en el fondo, es si el gobierno helvético les va a proporcionar documentos de estancia o permisos de trabajo para poder ejercer un oficio en toda legalidad.

Pero, aunque pareza paradójico, ya no es el respeto a la ley lo que hace la diferencia.

«Creo que ya no se habla de la necesidad de estas personas para la economía de Suiza. Todos los hogares, todas las empresas, todos los negocios que emplean a los indocumentados pagan una mano de obra barata, en muchos casos sin pensar en el seguro de jubilación y hasta evadiendo impuestos», precisa Cardona.

Originario de Colombia, nuestro entrevistado ha pasado 15 años en Suiza sin permiso de residencia y es uno de los pocos ‘sin papeles’ que se atreve a dar la cara.

Igualdad de condiciones

El de trabajador es, precisamente, el estatuto que les proporciona el mundo real, aunque no la ley. Sin embargo, el funcionamiento de la economia, en muchos casos, no tiene nada que ver con lo que estipula la ley.

Según Aristide Pedraza, la población indocumentada «es un contingente laboral empleado por los patrones, que lo pone en igualdad de condiciones frente a la población establecida en toda legalidad. Es decir, los empleadores le dicen al empleado: Mira, tengo este trabajo para ti y en estas condiciones. Si no lo aceptas, contrato a un indocumentado que tomará tu lugar gustosamente».

De allí surge el riesgo, en el mundo real, de que las condiciones de precariedad que poseen los indocumentados sean un instrumento para golpear las condiciones de trabajo de los emigrantes legales.

Tal extremo es rechazado por los medios económicos concernidos invocando las convenciones colectivas que rigen las relaciones obrero patronales, documentos que establecen, entre otros aspectos, el sistema salarial.

Uso extra legal de ‘sin papeles’

Por eso, los sindicatos suizos se manifiestan en favor de la regularización colectiva de los ‘sin papeles’. «No sólo por razones humanitarias, de respeto al ser humano», dice Vania Alleva, de la Union Sindical Suiza, «sino también para eliminar esa gran fuerza laboral que es usada extra legalmente para desmantelar las conquistas sindicales».

Por el otro lado, los indocumentados, quienes insisten en rechazar el mote de ‘sin papeles’, proclaman su deseo de tener un trabajo reconocido por la ley. «Yo le llamo un trabajo digno», expresa Cardona. Y de allí que hayan bautizado a su agrupacion ‘Colectivo de Trabajadoras y Trabajadores sin estatuto legal’ mediante el cual quieren reclamar que tienen papeles y que son trabajadores.

«Queremos salir de la prisión de la ilegalidad, queremos la libertad del trabajo reconocido por el estado de derecho», sostiene el colombiano. Agrega que ninguna ley o decreto va a acabar, ‘per se’, con los flujos migratorios del sur hacia el norte.

swissinfo, Luis Vázquez

Datos clave

Unas 300.000 personas viven en Suiza sin el permiso de residencia.

Estos trabajadores ‘sin papeles’ son ocupados por algunos sectores de la economía, perjudicando así la estabilidad salarial de los empleados legales.