Prepararse para la libertad
Ergoterapia. Es decir, trabajo adecuado, es la nueva técnica empleada por la penitenciaría de Witzwil para preparar la reintegración laboral de los reclusos al término de sus penas.
En comparación europea, los sistemas de reclusión suizos tienen buena imagen, aunque hay aún detalles por mejorar, opina un catedrático de la Universidad de Berna.
Una pequeña ventana, un tocadiscos compacto barato, una cama, una silla y un pupitre sobre el que hay un fresco ramo de flores.
Es la celda de Abdullah M.; quien desde hace medio año paga su pena de cárcel en el centro de reclusión de Witzwil, ubicado en la planicie helvética.
Su dormitorio no tiene parecido alguno a las celdas que normalmente se muestran en las películas de Hollywood. Abdullah trabaja en la cocina de la prisión.
Su tiempo aquí debe ser su último contacto con la justicia penal. «Quiero ser una mejor persona», indica a swissinfo.
Preparativos para un futuro en libertad
Witzwil no es una cárcel de máxima seguridad. «Los delitos por los que aquí se encuentran son en un 30% casos de violencia y un 40% de tráfico de estupefacientes; el resto por delitos de fraude, falsificación, etc», explica Hans Rudolf Schwarz, director del centro penitenciario desde hace casi cuatro meses.
Los reclusos no muestran deseos de escapar. Y no puede ser de otro modo, porque no sólo se trata de un establecimiento penitenciario abierto sino también del mayor negocio agrícola de Suiza. Las calles abiertas dirigen a más de 600 hectáreas de sembradíos.
«Algunos de nuestros reclusos comienzan su periodo de prisión en regimen cerrado. Cuando dejan de ser un peligro público y dejan de ser vistos como posibles autores de fugas pueden ingresar aquí, a la parte abierta», explica Schwarz.
Palabra mágica
Los ocupantes de la prisión de Witzwil son tratados con técnicas de aprendizaje laboral. Su denominación es ergoterapia o ‘Arbeitsagogik’, (de las raíces germana ‘Arbeit’: trabajo y del griego ‘gogía’: conducir) cuya meta es preparar al reo para que sepa vivir en libertad cuando termine su condena.
Aunque el concepto nació en el ámbito terapeútico, el director del recinto precisa que «siendo una penitenciaria de puerta abierta, no hacemos terapia alguna».
No obstante es necesario un análisis muy diferenciado y exacto de las carencias. En nuestro departamento de ingresos se establece el estado de salud físico y psíquico de la persona y su nivel de formación para diagnosticar entonces sus capacidades profesionales, añade Schwarz.
De acuerdo al examen hecho en el momento de la admisión se ofrece a los reclusos el puesto de trabajo correspondiente a sus deficiencias.
Compaginar las necesidades de los reos con las de la producción es el arte del encargado de la coordinación. «Nuestros productos deben ser aptos para el mercado. Ya no recibimos apoyo del cantón porque actuamos bajo los lineamientos del método del aprendizaje laboral de ergoterapia», explica Schwarz.
«No hacemos figuritas de nacimientos navideños ni juguetes (como hacen otras instituciones encargadas de dar ocupación a desempleados, incapacitados físicamente o tóxicodependientes) que se entregan gratuitamente para su venta», compara.
Además, la persona responsable del acompañamiento de los participantes sabe en todo momento porqué, dónde y qué tema abordar con ellos. «La conexión entre trabajo, tutoría, tiempo libre, formación y terapia es palpable a diario.»
Un recorrido por el glaciar como servicio social
Una muestra de la creciente apertura del centro penitenciario es la marcha organizada por la cárcel y la Asociación Suiza de Personas con Discapacidades, PROCAP.
Dieciséis internos en la prisión de Witzwil cargan, empujan y tiran cinco sillas de ruedas ocupadas por igual número de personas discapacitadas. La competencia asciende una pendiente montañosa.
El singular recorrido de este año se llevará a cabo en zonas glaciares. Para ello, las sillas de ruedas deben ser adaptadas y equipadas de tal manera que en lugar de rodar se deslicen con tablas de nieve.
Suiza en el promedio europeo
A juicio del profesor Andrea Baechtold, experto en sistemas penitenciarios de la Universidad de Berna, «Suiza tiene una infraestructura superior a la media» en comparación con las de otros países europeos.
Las condiciones de trabajo para los reos en Suiza son muy avanzadas. En la Confederación Helvética el 100% de los reclusos tienen acceso a ofertas de empleo. En Alemania y Austria, sólo el 60%, anota el experto.
En lo que respecta al régimen de puerta abierta, posibilidad de vacaciones y otras formas de reclusión como la de detención con trabajo externo, Suiza, dice Baechtold, se encuentra entre los primeros.
Por otro lado, si en la Unión Europea los reos con buen comportamiento pueden ser puestos en libertad tras haber cumplido la mitad de su condena, en Suiza es posible sólo luego de haber pasado dos tercios de la pena tras las rejas.
Otra diferencia que se desprende de la estructura política de Suiza es que no está suficientemente reglamentado el sistema de reclusión. «No existe –con excepción de algunos párrafos en el Código Penal- ninguna legislación que lo regule», critica Baechtold.
Incluso no todos los cantones cuentan con una ley al respecto. «La regulación sobre la situación jurídica de los reos, en comparación europea, está por debajo del promedio.»
En todo caso, existe una base mínima, considera el especialista: «El actual sistema de reclusión garantiza que la gente no salga peor de cuando entró a la cárcel.»
swissinfo, Etienne Strebel, Witzwil
Puede albergar a 189 personas que cumplen una pena de cárcel.
La cuota de reos extranjeros es del 50%.
128 empleados se dedican al acompañamiento de los reclusos, trabajando en los sectores de seguridad, asesoría, abastecimiento, oficios y labores agrícolas.
Dentro del centro penitenciario de puerta abierta existe un sector cerrado y una cárcel para personas que serán expulsadas del país.
Estas tierras del centro penitenciario ubicados en la planicie suiza, entre la región de los tres lagos -de Murten, Neuchâtel y Biel- comprenden 824 hectáreas, de las cuales 621 se ocupan con sembradíos.
Alrededor de 150 caballos (50 de ellos, propios) son criados allí.
Además de las vacas y su producción láctea, se tienen unos 1100 cerdos, en criaderos exteriores.
Debido a su dimensión, situación geográfica y administración pública, este negocio ocupa un papel pionero en la explotación agrícola, especialmente por su cuidado ecológico.
En Witzwil se produce bajo los lineamientos de la producción integral, natural y saludable.
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