Rugby: Suiza se prepara para Campeonato Mundial
De cara al Campeonato Mundial de Rugby 2007, Suiza se prepara para engrosar las filas de uno de los deportes más favorables a la integración.
Carlos Verdes, director técnico nacional, habla a swissinfo de la situación actual y las perspectivas de ese deporte en la Confederación Helvética.
«En Suiza tenemos la infraestructura necesaria para desarrollar el deporte como se debe. Hay 20 clubes repartidos en toda la zona geográfica del territorio helvético, en particular en la zona francófona y particularmente en Ginebra, que reúne cuatro clubes, además de otras instituciones formadoras de jugadores» (En más sobre el tema: Un deporte, una terapia, una escuela de vida).
Sin embargo, el rugby en Suiza se mantiene a nivel ‘amateur’.
Y ello obedece, entre otros fenómenos, a «esquemas un poco arcaicos» que hacen que, por ejemplo, las canchas estén cerradas de noviembre a marzo para preservar el césped, una medida que «para nuestra actividad, es un freno muy importante», lamenta Carlos Verdes.
«Sin embargo, las posibilidades de las selecciones que representan al rugby suizo en el extranjero son magníficas. Los resultados obtenidos hasta el día de hoy son muy alentadores. Todos los ‘handicaps’ son como una especie de catalizador para seguir trabajando aún con más ganas», enfatiza.
Para muestra, un botón:
La selección de menos de 18 años se encuentra, por segundo año consecutivo, en la final del grupo del Campeonato de Europa, donde participa regularmente.
Además, para este año tiene como objetivo pasar del grupo C al B, mientras que la selección de menos 20 busca pasar del B al A, y el equipo ‘Senior’, mantenerse en su grupo, C y, de ser posible, pasar al superior, constituido por naciones con un número de jugadores sensiblemente superior al de Suiza.
«O sea que con un número reducido de jugadores con licencia y la disponibilidad de las infraestructuras solamente una parte del año, los resultados son muy alentadores. Lo que demuestra, además, que si se dispusiera de todo eso con cierta regularidad se podría trabajar aún en mejores condiciones».
Un poco de historia
Los más remotos antecedentes del rugby se encuentran en los diversos juegos de pelota que practicó la humanidad en todas las épocas y en todos los lugares. Empero, a decir de la leyenda más difundida sobre su origen, el deporte habría nacido en 1823 durante un encuentro de fútbol en la escuela de la población inglesa de Rugby.
Con el fin de jugar una broma a sus compañeros o imbuido de un afán innovador, William Webb Ellis, estudiante en Teología, habría tomado el balón entre sus manos y cargado contra los adversarios. Esa insólita «jugada» habría dado lugar a lo que se convirtió primero en rugby-fútbol y luego en rugby a secas.
En la actualidad ese deporte está muy difundido en el mundo. Por supuesto, en las ex colonias británicas de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica; en algunos archipiélagos del Océano Pacífico; en casi toda Europa, sobre todo en Francia, Italia y Rumania; más recientemente en Rusia y Georgia, y, desde hace buen tiempo, en Sudamérica, en particular en Argentina, además de Uruguay y Chile.
En la Confederación Helvética, la práctica del deporte no es de larga data. La Federación Suiza de Rugby tiene 30 años, mientras que la primera asociación de ese género en el mundo, la inglesa, se constituyó en 1871. Pero, sin ir tan lejos, en países como Uruguay hay una tradición de 100 años en la práctica del rugby.
Décadas de distancia
«¡Tenemos que recuperar un tiempo enorme: por lo menos 70 años! O sea que hay que poner en práctica todos los medios. Para nosotros es un gran ‘hadicap’ el cierre de las canchas durante la temporada de invierno. En otros países, como los nórdicos, se sigue trabajando afuera aunque haya nieve», enfatiza el director técnico.
Ante esa falta de instalaciones, los deportistas han hecho acopio de originalidad. Por ejemplo, los chicos de menos de 17, «al mejor estilo latino, tuvieron que improvisar lugares y jugar con todo y con la nieve. Pero al final todos quedaron contentos, comprobando que se puede hacer algo».
«Y es importante insistir en este aspecto, porque cuanto más hablemos de ello quizá llevemos a los responsables a reflexionar y a hacer algún cambio en ese tipo de medidas que fueron adoptadas ya hace tiempo».
Un deporte ‘amateur’
En su calidad de deporte ‘amateur’, el rugby suizo cuenta sólo con asistencia limitada. En el marco de los clubes, con apoyo humano benévolo; en lo económico, de algunas comunas o de alguna ciudad que pueda tener un interés particular en desarrollar esa actividad como deporte, o de algún mecenas, pero no de manera generalizada.
En el ámbito oficial existe una estructura que se encarga de proporcionar una formación de educadores; sin embargo, a decir de nuestro entrevistado, lo más importante es tener escuelas de rugby que se encarguen de poner en practica todo lo que aprenden esos educadores y que luego pasen a la cancha para poder hacer entrenamientos.
«Es decir, que tengan una función en sí, porque formarse y ser entrenador sin tener un equipo para entrenar, no se justifica».
La vitrina del Mundial
– ¿Pero el rugby se conoce poco en Suiza…?
«Se conoce poco porque funcionamos un poco en círculo privado, como diciendo: ‘tenemos nuestros propios valores, que es muy lindo, pero que no los damos a conocer’. ¡Tenemos que pasar a la fase en la que la difusión de nuestro deporte tiene que ser prioritaria!».
Carlos Verdes explica que en Suiza hay actualmente 1.600 jugadores de rugby con licencia cuando, según las autoridades internacionales del ramo, el número óptimo debería ser de 7.400 (con base en el total poblacional) «pero si podemos alcanzar 3.500 en dos años, sería magnifico».
Y para engrosar las filas del rugby, federación, escuelas, clubes… en suma, todos los actores de ese deporte, se preparan para recibir una eventual demanda masiva de nuevos jugadores tras el Campeonato Mundial del 2007, a celebrarse el mes de septiembre en Francia e Inglaterra.
«Los campeonatos son una vitrina que se presenta al mundo cada cuatro años. Entonces, hay que poner en marcha una infraestructura que sea pequeña, que pueda funcionar en cada club, para atender los requerimientos de gente que va a descubrir el deporte, que va a decir ‘yo puedo jugar al rugby’ y va a contactar tal o cual club.
swissinfo, Marcela Águila Rubín
1823: Nacimiento del rugby en la población del mismo nombre, en Inglaterra.
1843: Fundación del primer club de rugby, el ‘Guy’s Hospital’, en Inglaterra.
1846: Elaboración de las primeras reglas escritas del rugby.
1871: Constitución de la Rugby Football Union, inglesa y primera federación de rugby del mundo.
1871: Primer partido internacional de rugby disputado entre Inglaterra y Escocia en Edimburgo.
1877: Reducción del número de jugadores, de 20 a 15.
Datos básicos del rugby:
La pelota: de forma oval, largo hasta 300mm, circunferencia (punta a punta) hasta 790mm, circunferencia (ancho) hasta 620mm.
El campo de juego: 120 metros de largo por 68 de ancho. Una portería en forma de ‘H’ en cada lado, de 8 metros de alto por 5.6 de ancho.
Anotaciones: 5 puntos por un ‘try’ (cuando el balón es llevado hasta la línea de meta), 2 puntos por una conversión (luego del ‘try’, debe hacerse pasar la pelota con una patada por encima del travesaño de la portería), 3 puntos por un penal (ejecutado igual que la conversión) o un ‘drop’ (patada con una técnica especial desde el campo).
Duración de un partido: 80 minutos divididos en dos tiempos por una pausa de 5 minutos.
Campeón mundial actual: Inglaterra
La Selección Nacional Mayor está compuesta por entre 30 y 40 jugadores.
Entre ellos se hace una selección final, para compromisos internacionales, del orden de 25 jugadores.
El equipo que se presenta en cada evento está constituido por 22 jugadores, 15 de cancha y 7 reemplazantes.
La selección suiza tiene un carácter internacional: el entrenador es francés y cuenta con el apoyo de un ciudadano británico.
Entre los jugadores hay argentinos, irlandeses, sudafricanos, ingleses, franceses. Muchos de ellos son de origen suizo en tercera generación.
Para integrar la selección nacional se requiere contar con el pasaporte suizo o haber vivido en Suiza durante tres años, sin importar qué tipo de permiso se posea.
Su primer compromiso de este año es contra la selección de Dinamarca en Basilea, el 30 de marzo.
Suiza no participa en el Campeonato del Mundo 2007 porque no cumple con el ‘ranking’ de calificación exigido.
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