Skicross, una lucha espalda contra espalda
Es una disciplina ‘freestyle’ joven y espectacular. En las próximas Olimpiadas de Invierno de Vancouver se van a otorgar las primeras medallas y los atletas suizos figuran entre los favoritos.
Están en la línea de salida. Los bastones bien clavados en la nieve, el corazón late con rapidez y la mirada puesta en el vacío. Esperan la señal para comenzar. Después, dos o tres potentes impulsos y los esquiadores se lanzan a la nieve en una pista que se parece mucho a una pista de motocross, que dejan atrás en poco menos de un minuto.
Es un espectáculo puro y con la adrenalina a mil por hora. Es el skicross. Una disciplina deportiva invernal relativamente nueva -nacida en los Estados Unidos en los años 90- es extremadamente técnica y espectacular.
“Es una lucha espalda contra espalda entre cuatro esquiadores o esquiadoras en un recorrido creado artificialmente con saltos y curvas parabólicas”, explica a swissinfo.ch, Ralph Pfäffli, responsable del equipo helvético de skicross.
“La competición ofrece primero una descenso individual de calificación. Sólo los primeros 32 esquiadores se clasifican. Después, éstos compiten en grupos de cuatro y sólo los dos primeros que llegan a la meta acceden a la siguiente fase”, cuenta Pfäffli.
Técnica y cabeza
Los esquiadores no deben solamente contar con una técnica óptima -casi todos han integrado los equipos inferiores de la selección suiza de esquí alpino- pero también deben poseer una gran capacidad táctica para poder destacar. De hecho, la carrera no es sólo contra el cronómetro, sino también frente a los adversarios. “No basta con ser rápido, es preciso también evitar todas las trampas. El contacto está permitido, aunque están prohibidos los empujones, agarrones y cambios de trayectoria repentinos. La unión entre la habilidad y la inteligencia táctica permite vencer”.
Parece una lucha fratricida, aunque estos gladiadores modernos combaten sin herirse y los accidentes son escasos. “El skicross no es más peligroso que otra disciplina deportiva competitiva”, indica el doctor, Daniele Mona, especialista en medicina deportiva.
“Hasta ahora no existen estudios estadísticos sobre el número de accidentes. La traumatología es similar a la del esquí alpino: las heridas afectan sobre todo a los ligamentos de la rodilla. Los esquiadores se lastiman también los brazos y la espalda. A veces sucede, de hecho, que en los nerviosos momentos iniciales de la bajada los atletas se resbalan y caen en mala posición. Sin embargo, los traumas craneales son poco frecuentes”.
Con los galones olímpicos
El skicross fue incluido recientemente entre las disciplinas de los Juegos de Invierno. En Vancouver se entregarán por primera vez las medallas en este deporte ‘freestyle’ y Suiza tiene todas las opciones a su favor para traerse a casa un buen botín.
“Las Olimpiadas son siempre una competición muy especial, con reglas propias y con resultados que dependen mucho de la forma física del día en el que se compite. De todas maneras, Suiza dispone de un equipo muy competitivo y por eso esperamos conseguir al menos una medalla”, dice Pfäffli con cautela.
La historia le da la razón. Así, los suizos cuando han competido por primera vez en una disciplina de las Olimpiadas si han podido llegar a menudo a lo más alto del podio.
Por ejemplo, como el éxito de 1994 en Lillehammer cuando Andreas ‘Sunny’ Schönbächler conquistó la medalla en salto acrobático con esquíes. En Nagano, cuatro años más tarde, el equipo nacional de curling se colgó en el cuello la medalla más codiciada, capitaneado por Patrick Hürlimann. En el transcurso de las mismas olimpiadas, también Gian Simmen conquistó el primer puesto en snowboard ‘halfpipe’.
En 2002 en Salt Lake City, otro suizo se subió a lo más alto del podio: Philipp Schoch se impuso en el snowboard paralelo. Tanja Frieden lo emuló cuatro años después en los Juegos de Turín al lograr el oro en snowboardcross.
Skicross, uno deporte pobre
“Sólo del skicross no se vive”, afirma Ralph Pfäffli. Los atletas no consiguen de hecho, salvo en contadas ocasiones, cubrir los gastos con los ingresos de los patrocinadores o con los premios de las competiciones. En primavera y verano, cuando sueñan ya la pistas cubiertas de nieve, los y las practicantes del skicross deben ponerse la ropa de secretaria o de mecánico para ahorrar el dinero suficiente que les permita realizar sus pasión en la estación fría.
El responsable del equipo suizo calcula que un skicrosser gana por temporada entre 10.000 y 15.000 francos. “Nosotros pagamos la preparación estival y otoñal a los atletas. En inverno, en cambio, los deportistas deben pagar de su propio bolsillo el dinero para cubrir los costes del viaje y del alojamiento”, explica Pfäffli.
“Por el momento, todavía el esquí alpino y el nórdico gozan del mayor apoyo financiero por parte de la Federación Suiza de Esquí (Swissski). Sin embargo, nuestro sector no se puede quejar respecto al presupuesto del que se dispone ya que va aumentado continuamente: hace siete años era sólo de 50.000 francos, hoy se ha cuadruplicado”.
Y los skicrossers han hecho de la necesidad virtud: “Durante los entrenamientos en casas de vacaciones que nos ofrecen a precios ventajosos , son los mismos atletas los que se ponen ante la estufa. Esta carrera de ahorro y la reducción de los costes de los entrenamientos y de la preparación de otoño tiene beneficios en el espíritu de grupo que sale reforzado”, concluye Pfäffli.
Luca Beti, swissinfo.ch
Los XXI Juegos Olímpicos de Invierno se realizarán en la ciudad de Vancouver, Canadá, entre el 12 y el 28 de febrero de 2010.
El programa olímpico ofrece competiciones en 15 deportes: biatlón, bobsleigh, combinada nórdica, curling, freestyle, hockey sobre hielo, patinaje artístico, patinaje de velocidad, saltos de esquí, esquí alpino, esquí de fondo, esquí acrobático, luge y snowboard.
La prueba de skicross está programada para el 21 de febrero en categoría femenina y el 23 de febrero para los hombres.
En 2006, en las Olimpiadas de Turín, los atletas suizos conquistaron 14 metales: 5 medallas de oro, 4 de plata y 5 de bronce.
El equipo suizo está compuesto por 26 atletas en las distintas categorías. Ocho hombres y tres mujeres -cuatro están ahora eliminadas- participan en la Copa del Mundo.
El equipo tiene tres entrenadores: Ralph Pfäffli es el responsable de la formación y empleado al 100%, los otros son dos técnicos asistentes a tiempo parcial. Los skicrossers también cuentan con una fisioterapeuta.
El joven de Berna Mike Schmid (25 años) es el líder de la clasificación de la Copa del Mundo de skicross y es uno de los aspirantes a medalla en las Olimpiadas de Vancouver.
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