Suiza frente al nuevo rol de la ONU

Jenö Staehelin (izq) con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Keystone Archive

A menos de seis meses del ingreso de Suiza a las Naciones Unidas, el organismo mundial afronta una de sus mayores crisis: Irak.

Para el embajador de Suiza ante la ONU, Jenö Staehelin, esa situación ha significado una montaña rusa de conversaciones diplomáticas.

Staehelin asegura que los últimos meses han sido de mucho trabajo para él y para las 25 personas de su equipo, tras el ingreso de la Confederación a la ONU durante la Asamblea General del pasado mes de septiembre.

«La gente está preocupada», dijo Staehelin a swissinfo. «Están de acuerdo con las solicitudes de desarme a Saddam Hussein, pero al mismo tiempo, favorecen una solución pacífica».

Nuestras tareas incluyen las reuniones informativas del Gobierno suizo y del Ministerio de Exteriores sobre cualquier decisión o situación con respecto a Irak.

«Suiza favorece un acercamiento multilateral en la solución de la crisis», dijo y subrayó la preocupación de Suiza por salvaguardar los derechos humanos en Irak en caso de guerra.

«Hemos enfatizado la necesidad de respetar los principios humanitarios y el derecho humanitario internacional en caso de conflicto», explicó.

Buena voluntad

Staehelin, quien encabezó la misión observadora suiza antes de convertirse en embajador oficial ante la ONU, dijo que, hasta ahora, las experiencias suizas en el seno de la ONU han sido «positivas».

«El día en que Suiza fue admitida en la ONU, para nosotros fue sorpresiva la buena voluntad que sentimos por nuestra decisión – basada en el voto popular – de convertirnos en miembro», destacó.

«La ONU no es sólo el Consejo de Seguridad y la Asamblea General», explicó Staehelin. «Hay muchas más actividades en las áreas de desarme, medio ambiente, asuntos humanitarios, protección a la niñez, prevención de guerra … donde intentamos mantenernos (activos)».

Para Staehelin, Suiza fue recibida tan positivamente en la ONU, entre otras causas, porque forma parte de un pequeño grupo de naciones sin «agenda oculta».

Consejo de Seguridad

Aunque Suiza se convirtió en un miembro pleno de la ONU en menos de seis meses, el país podría aspirar, a mediano plazo, a un asiento en el Consejo de Seguridad.

«Pienso que esto no debe ser excluido, aunque ciertamente no es un objetivo a corto plazo», comentó Staehelin.

«Primero queremos convertirnos en miembros de la Comisión de Derechos Humanos y… en algún momento, en miembros del Consejo Económico y Social».

Stahelin explicó que la membresía del Consejo de Seguridad no sólo era difícil dada la larga lista de aspirantes, sino que también representaba algunos peligros.

» El debate que seguimos sobre Irak muestra en qué medida los miembros del Consejo de Seguridad están expuestos a ciertas presiones», subrayó Staehelin.

«Si en Suiza debe tomarse una decisión, no será mañana. Además de que esa decisión deberá tomar en cuenta las opiniones de los miembros del Parlamento y el gabinete».

Contribución

Staehelin manifestó su esperanza de que, «de manera modesta», Suiza pueda ayudar a solucionar los problemas que afronta el mundo.

Por ejemplo, Suiza jugó un papel crucial con el protocolo opcional a la Convención Contra la Tortura adoptado por la Asamblea General. Además de que ha negociado compromisos en las diferentes comisiones de la Asamblea General de la ONU, indicó.

«Y, desde luego, (también) defendemos a Suiza cuando tenemos intereses específicos».

Una de las prioridades es Ginebra y su papel como oficina central europea de la ONU. Para ello, un informe del gobierno de finales febrero apoya la promoción del carácter internacional de Ginebra.

Dirección de UNICEF

El embajador Staehelin también fue designado al frente de la mesa directiva del Fondo para la Niñez de la ONU, UNICEF, en enero.

Explicó que ese nombramiento obedecía, en cierta medida, al continuo apoyo financiero suizo a la organización y, cómo lo subrayó, al hecho de que «he estado cerca durante mucho tiempo».

Staehelin admite que no son pocos los desafíos de la organización y que quizá el más alarmante es el del Sida.

«Cada año nacen 720,000 niños con el virus del Sida porque sus madres han sido infectadas. Tenemos que hacer algo», dijo.

«También hay enormes problemas de explotación sexual de niños, y de niños reclutados como soldados en conflictos armados … Hay una larga lista de cosas por hacer», añadió.

Inquirido sobre si no era difícil asumir la dirección de la representación suiza ante la ONU y la de UNICEF, Staehelin respondió a swissinfo: «Tengo gente maravillosa en la misión que me ayuda a hacer frente a este trabajo adicional».

swissinfo, Robert Brookes, Nueva York
(Traducción Marcela Águila)

Datos clave

Suiza se convirtió en el más reciente Estado en unirse a la ONU -el Vaticano aún se mantiene al margen-, en septiembre del 2002 y por decisión de su ciudadanía.

Para Suiza es una preocupación fundamental el respeto al Derecho Humanitario Internacional.