Suiza mantiene un tono firme con Israel
El embajador suizo en Israel brilló por su ausencia el lunes último durante la inauguración de una calle Paul-Grüninger, en Jerusalén oriental, en territorio ocupado por el estado hebreo.
Ya el domingo pasado Berna había condenado con firmeza “la ejecución” del jefe de Hamas, Abdelazis Rantissi, por las fuerzas de seguridad israelíes.
En una carta, enviada el 18/03/04, el alcalde israelí de Jerusalén, Uri Lupolianski, invitaba al embajador suizo Ernst Iten a realzar con su presencia una ceremonia para “rendir homenaje a una personalidad suiza que con plena conciencia se había mostrado dispuesta a sacrificios personales para ayudar a salvar a numerosos judíos perseguidos”.
En efecto, Paul-Grüninger, comandante de policía de Sankt Gallen, había salvado a cientos de refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar del cierre de las fronteras y en contra de las directivas de la Confederación, Grüninger los había acogido.
La inauguración de una calle con su nombre ha tenido lugar en el marco de la ‘Jornada de la Shoa’, que recuerda el genocidio judío perpetrado por los nazis.
Autoridad no reconocida
El embajador suizo rehusó sin embargo esta invitación. En su respuesta, del 31/03/04, Ernst Iten explicaba así su rechazo al alcalde de Jerusalén: “No me es posible estar presente en una ceremonia que tendrá lugar fuera del territorio internacionalmente reconocido de Israel”.
El nuevo barrio donde se encuentra la calle Paul-Grüninger ha sido construido a la vez en el Jerusalén Oriental, anexado por Israel en 1967, y en el campo circundante, ocupado por el Estado hebreo. Ahora bien, en estos territorios la autoridad de Israel nunca ha sido reconocida por la comunidad internacional.
“Nos satisface que se honre a Paul-Grüninger y que se reconozcan sus méritos de esta manera, pero ante la ausencia de un estatuto definitivo para Jerusalén, la presencia del embajador de Suiza en esta inauguración de la placa de la calle, en Givat Zeev, era imposible”, ha subrayado el embajador en una entrevista concedida a la agencia suiza de noticias ATS.
Hasta último momento el alcalde de Jerusalén trató, sin éxito, de que el embajador suizo modificará su decisión.
Los medios de información israelíes han criticado severamente la postura del embajador suizo. Entre otras cosas, han aprovechado la ocasión para recordar el rol ambiguo desempeñado por Suiza durante la Shoa. También han criticado la intervención de la diplomacia suiza en el conflicto de Oriente Medio a través de la Iniciativa de Ginebra.
No a las ejecuciones ilegales
Este acontecimiento tiene lugar después de la condena por Suiza de la liquidación, por parte del ejército israelí, del nuevo jefe de Hamas, Abdel Aziz al-Rantissi, cuya ejecución, entre otras cosas, se ha registrado casi un mes después de aquella del anterior responsable del movimiento palestino, Jeque Yassine.
Según el Ministerio suizo de Asuntos Exteriores (DFAE), esta ejecución ha sido ilegal y sólo el respeto del derecho internacional humanitario (DIH) puede frenar “el ciclo fatal de la violencia”.
El derecho internacional humanitario prohibe tanto las ‘ejecuciones extrajudiciales’ israelíes, como los ‘actos terroristas’ del movimiento Hamas, precisa el DFAE en un comunicado. Berna invita además a las partes a restablecer “el diálogo y la negociación”, única vía, hacia una “solución equitativa y durable del conflicto”.
“Hemos condenado este acto basados en el estándar jurídico claro y definido del derecho humanitario internacional representado por los Convenios de Ginebra”, precisa Paul Fivaz, responsable de la división política encargada de la región de Oriente Medio.
“La base del derecho humanitario internacional está adaptada a la realidad y a la necesidad de seguridad de Israel y por esta razón desearíamos que la aplique. También por este motivo tomamos posición públicamente”, añade Paul Fivaz.
Apoyo de algunos judíos de Suiza
La condena oficial suiza no ha gustado en Israel. “Lamentamos vivamente la reacción de Suiza y hubiéramos esperado más comprensión por parte de un país que había declarado al movimiento Hamas como una organización terrorista”, indicó el portavoz del gobierno israelí, Avi Pasner.
“Se trata de una guerra, de la supervivencia de un Estado contra enemigos encarnizados y no se conduce una guerra con medios legales, sino con medios militares”, agregó el portavoz israelí.
La acción del ejército israelí también ha sido apoyada por algunos judíos de Suiza. Al tomar posición, el presidente de honor de la comunidad israelí de Zúrich, Sigi Feigel – conocido además por sus posiciones moderadas- ha justificado la operación.
“El movimiento Hamas invita diariamente a la destrucción de Israel, algo que constituye una grave violación del derecho internacional”, escribe. Añade que en los territorios autónomos palestinos no existe autoridad jurídica alguna para ‘prohibir o castigar’ tales afirmaciones.
Cuando Israel aplica su derecho a la autodefensa al eliminar a los instigadores de los atentados “el mundo le da lecciones”, lamenta Sigi Feigel. Pero, según él, “nunca nadie se muestra tan crítico con los palestinos”.
Buenas relaciones pese a todo
Estos dos asuntos ocurren después de varias fricciones entre los dos países. Puede citarse el caso de los fondos judíos no reclamados en los bancos suizos, el papel de la diplomacia suiza en la elaboración de la Iniciativa de Ginebra e incluso la condena por parte de Suiza de la construcción de un muro de separación entre Israel y los territorios ocupados.
Sin embargo, las relaciones entre los dos países han sido consideradas como “buenas” por la portavoz del DFAE, Carine Carrey.
Swissinfo y agencias
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