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Suiza podría hacer más contra sevicias en Irak

Una prisionera desgrana su rosario en la prisión de Abu Ghraib. Keystone

Las torturas infligidas por los estadounidenses a prisioneros en Irak desatan la crítica. Parlamentarios de Estados Unidos se han declarado desmoralizados y en Suiza el gobierno ha manifestado su 'asco'.

Sin embargo, algunos juristas y ONG consideran que Suiza podría hacer algo más.

Este último miércoles algunos senadores de Estados Unidos han manifestado su repulsa después de haber autorizado la visión de fotos y vídeos, inéditos, sobre las sevicias y humillaciones infligidas a prisioneros iraquíes por soldados estadounidenses.

Se han asociado así al concierto de voces que acusan a los Estados Unidos de no respetar las Convenciones de Ginebra y el derecho internacional. Es el caso de Micheline Calmy-Rey, ministra suiza de asuntos exteriores que, durante el pasado fin de semana, manifestó su ‘cólera’.

La jefe de la diplomacia suiza ha ido más lejos. Estudia actualmente el llamado que le ha formulado la Federación Internacional de los Derechos Humanos, FIDH, el 29 de abril último.

En esta petición pública, la FIDH, pide a Suiza convocar a los Estados signatarios de las Convenciones de Ginebra a raíz de las violaciones constatadas en Irak.

Crímenes de guerra

Del mismo modo que la FIDH, algunos juristas y organizaciones no gubernamentales consideran que la Confederación suiza, depositaria de las Convenciones de Ginebra, podría hacer más en este caso relacionado con ‘los crímenes de guerra’.

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR, sólo un tribunal puede pronunciar un veredicto de crímenes de guerra contra los responsables de las sevicias infligidas a los iraquíes detenidos por las tropas estadounidenses y británicas.

“Si se cree en el informe del CICR publicado por el ‘Wall Street Journal’, estamos ante un caso de crímenes de guerra”, asegura Luigi Condorelli, profesor de derecho internacional público.

“Las humillaciones y los actos de tortura revelados por la organización humanitaria constituyen una violación grave de la 3ª y 4ª Convención de Ginebra”, añade.

Según este experto, establecido desde hace mucho tiempo en Ginebra, estos acuerdos internacionales que determinan el derecho en tiempos de guerra , obligan a los Estados signatarios a perseguir judicialmente a los acusados de tales abusos y a indemnizar a sus víctimas.

Al prometer un castigo de los culpables y un resarcimiento a los torturados, Washington y Londres no han hecho otra cosa sino cumplir sus compromisos internacionales.

Formación deficiente

«Los Estados Unidos y Gran Bretaña ya han cometido una primera violación de las Convenciones de Ginebra», afirma el presidente de TRIAL, ONG suiza fundada en 2002, cuyo objetivo es luchar contra los crímenes de guerra.

Philipp Grant precisa: «no han informado sobre estas Convenciones a las tropas encargadas de custodiar a los prisioneros iraquíes».

El general norteamericano, Antonio Tabuga, comparte este punto de vista. Autor de un devastador informe sobre los actos de la 800ª brigada de policía militar que controla los centros de detención en Irak, este general ha denunciado, el martes último, “la incompetencia del encuadramiento, la falta de disciplina y de formación –de cualquier tipo- y la falta de supervisión”, en esta brigada.

El comité del Senado estadounidense que investiga estos abusos trata ahora de seguir la cadena de mando para determinar las responsabilidades y la eventual culpabilidad de los altos jefes del ejército, del Pentágono o del ministerio de defensa de Estados Unidos.

Según Philip Grant, cualquiera de los responsables que hubiera estado informado de estas denuncias de tortura y que no hubiera hecho algo para impedirlas, puede ser castigado.

El jurista agrega que si la justicia no sigue su curso en Estados Unidos y Gran Bretaña, los Estados signatarios de las Convenciones de Ginebra tienen la obligación de intimar judicialmente a los responsables de estas violaciones.

Lo confirma Roberto Balzaretti, vicedirector de la división de derecho internacional público en el ministerio suizo de asuntos exteriores (DFAE).
“Por ahora, para Suiza es prematuro lanzar nuevas acciones”, precisa.

“La justicia suiza está obligada a inculpar a estas personas si llegaran a atravesar las fronteras helvéticas”, insiste Philip Grant. “No obstante –explica- la Confederación debería poner pronto en marcha una disposición que limite esta competencia judicial. Para inculpar a una persona acusada de crímenes de guerra, será necesario demostrar una estrecha relación entre Suiza y el acusado”.

Otros procedimientos

Dicho esto, Suiza puede poner en acción otros procedimientos contra los crímenes de guerra perpetrados en Irak. “Suiza puede presentar una demanda de Estado ante el Comité de la ONU contra la tortura”, señala Alain Bovard, miembro de la sección suiza de Amnistía Internacional.

Entre otras cosas, en una carta enviada el 4 de mayo último, Amnistía ha propuesto esta opción a Micheline Calmy-Rey, ministra suiza de asuntos exteriores.

En esta comunicación la ONG propone también que el gobierno suizo suspenda las exportaciones de armas hacia Estados Unidos y Gran Bretaña.

Según Alain Bovard, estos dos países no respetan más las condiciones fijadas por una ordenanza federal sobre el material de guerra, en particular, el respeto del derecho internacional público.

Organismo durmiente

Por su parte, Luigi Condorelli, recuerda que existe una comisión de investigación independiente que podría ser activada en este caso.

Fruto de la voluntad de los Estados signatarios de las Convenciones de Ginebra y de sus protocolos adicionales, éste órgano es reconocido por 60 Estados e integrado por 15 miembros permanentes (especialistas y diplomáticos reconocidos). El ministerio suizo de exteriores se ocupa de su secretariado, en Berna. Pero, desde su creación en 1991, la Comisión nunca ha sido utilizada.

Swissinfo, Fréderic Burnand, Ginebra.
(Traducción, Jaime Ortega)

Lugi Condorelli, profesor de derecho internacional público (Crímenes de guerra según el derecho internacional)

Roberto Balzaretti (Posibilidades de Suiza, derecho en materia de exportación de armas).

Extractos del informe del CICR.

Entre lo malos tratos más frecuentes infligidos durante los interrogatorios figuran:

encapuchar a la persona para impedir que vea, desorientarla e impedirle respirar.

golpear con objetos duros, incluidas pistolas o fusiles.

aplastar la cabeza sobre el suelo con las botas.

amenazar de ejecución inmediata, de transferencia inmediata a Guantánamo o de represalias a la familia.

privar de sueño, alimento o agua.

xponer, encapuchado, a ruidos, música muy fuerte o al sol durante muchas horas.

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