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Un clavado en la piscina exterior de Lausana Bellerive, abierta desde mayo.(Keystone/Dominic Favre)
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Y ante los rayos del sol, una buena sombra para beber algo refrescante, como aquí en el semicantón de Appenzell Rodas Exteriores. (Keystone/Ennio Leanza)
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Una alternativa para refrescarse el 21 de mayo pasado, cuando el termómetro alcanzó casi los 30 grados en Ginebra. (Keystone/Martial Trezzini)
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Los rayos de sol lucen como una joya entre las ramas de un árbol en Reussilles, en el Jura bernés. (Keystone/ Martin Ruetschi)
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La estación invita a los asados al aire libre, sin faltar la tan gustada cervela, la salchicha típica helvética. (Keystone/Martin Ruetschi)
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Navegando contra corriente en el río Limmat, en el cantón de Solothurn. (Keystone/Christoph Ruckstuhl)
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El torneo mundial de voleibol de playa en Gstaad en el mes de julio. (Keystone/ Peter Schneider)
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Creado en 1914 en Engadina, el parque nacional Suizo engloba una superficie de 170 kilómetros cuadrados y forma parte de las reservas clasificadas por la UNESCO como una de las fuentes mundiales de protección de la biósfera.(Keystone/Gaetan Bally)
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También tiempo de lluvias. Esta mujer lleva un traje tradicional en un encuentro del club de lucha de Kilchberg, a orillas del lago de Zúrich. (Keystone/Alessandro Della Bella)
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Un grupo de caminantes se acercan al glaciar de Pontresina, en busca de un foco de frescura en sus hielos, en la Alta Engadina, en el cantón de los Grisones. (Keystone/Arno Balzarini)
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Inmersiones en una piscina zuriquesa. (Keystone/Alessandro Della Bella)
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A orillas de la piscina de Teufel, en el cantón de Appenzell, Rodas Exteriores.(Keystone/Ennio Leanza)
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Sin duda, un día de canícula. El registro de la temperatura de 34 gados centígrados el 22 de junio de 2009, en una piscina de San Gallen. (Keystone/Eddy Risch)
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Placeres compartidos. (Keystone/Regina Kuehne)
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La recompensa después de una caminata por las cumbres: vista fantástica del Schesaplana (2.964 metros), en el Prättigau, una región ubicada en el cantón de los Grisones. (Keystone/Arno Balzarini)
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En los prados, un momento de descanso de los participantes del Steet Parade, el desfile que cada año tiene lugar en Zúrich. (Keystone/Steffen Schmidt)
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Fin de una tormenta en el lago de Zúrich. (Keystone/Eddy Risch)
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Más rápido y más confortable: correr con pies desnudos en la célebre Bahnhofstrasse de Zúrich. (Keystone/Dorothea Mueller)
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Simetría y caos: las nueves anuncian la tormenta en un muelle de Rapperswil, a orillas del lago de Zúrich. (Keystone/Eddy Risch)
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Pausa de medio día en Schwarzbühel, mejor conocido como el Heidialp, sobre Bad Ragaz, en el cantón de los Grisones. (Keystone/Elisabetha Guenthardt)
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Como un grafiti en el cielo nocturno zuriqués. (Keystone/Alessandro Della Bella)
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Fiesta nacional del 1º de agosto en el los prados del Grütli, lugar donde los primeros confederados helvéticos se juraron unidad. (Keystone/Alessandro Della Bella)
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El Parque Nacional Suizo entre Alp Grimmels y el Fuorn. (Keystone/Gaetan Bally)
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Tras una jornada soleada, el momento de disfrutar del Festival Internacional de Cine de Locarno en la Piazza Grande, uno de los puntos culminantes de la agenda cultural estival. (Keystone/Martial Trezzini)
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Fuera ropa y a disfrutar de las cálidas temperaturas
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29 junio 2009 - 11:15
Las piscinas públicas, las terrazas de los restaurantes, los numerosos conciertos y festivales al aire libre: es el verano suizo, que este 2009 adelantó s aparición desde mayo.
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