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Zapatistas intentan construir un México desde abajo

Philipp Gerber (izqda), de Peace Watch Switzerland, y Beat Dietschy, de Pan para el Prójimo. swissinfo.ch

'Las juntas de buen gobierno' pueden considerarse un avance concreto hacia el logro de una sociedad más justa en Chiapas, México.

Este experimento zapatista de democracia participativa es seguido de cerca por organizaciones de cooperación suizas.

Sin embargo, la Ayuda Protestante Suiza (EPER/HEKS), Caritas, Pan para el Prójimo, entre otras instituciones helvéticas, están involucradas con ese estado mexicano no sólo para observar el desarrollo de los modelos de democracia participativa que se llevan adelante en Chiapas.

También apoyan el proceso de pacificación en la región a través del proyecto ‘ProPaz’ o, como en el caso de Peace Watch Switzerland, vigilan el respeto de los derechos humanos en Chiapas y Oaxaca, dos estados sureños donde los conflictos siguen latentes.

Gobernabilidad, pacificación, derechos humanos en Chiapas fueron los temas abordados en la cuarta de la serie de conferencias organizadas por la Asociación Latinoamérica Suiza (ALAS) en Foro Político de la Confederación (Käfigturm) en Berna.

Ante un público mayormente suizo, Beat Dietschy, director de Información y Formación de Pan para el Prójimo y ex colaborador del filósofo Ernst Bloch -creador del concepto de la ‘utopía concreta’-, habló justamente de la ‘Utopía y práctica en las montañas de Chiapas’.

Tras hacer un resumen cronológico de lo ocurrido en Chiapas desde 1994, cuando se produjo el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Dietschy se refirió al trasfondo de los sucesos en esa región.

«La biodiversidad en la Selva Lacandona, cerca de la frontera con Guatemala, es una de las más ricas, pero allí hay proyectos a favor de la naturaleza financiados por multinacionales. ¿Qué intereses se esconden detrás de esos proyectos?», se preguntó Dietschy.

Construir el futuro a partir del pasado

Como en otras partes de América Latina, en Chiapas se intenta construir el futuro a partir del pasado («somos el resultado de una lucha de 500 años») y las reformas zapatistas no son sólo una revolución romántica, dijo Dietschy, explicando ese pasado también con dibujos del cronista peruano Guamán Poma de Ayala.

«El movimiento zapatista quiere un buen gobierno, autonomía política y económica, mas no separatismo. Ha creado las juntas que funcionan bajo la ‘estrategia del caracol’, es decir, se mueven hacia adentro para mantener las leyes del EZLN, coordinar el intercambio con la sociedad civil, alcanzar una justa distribución de los bienes», agregó.

Este es un proceso de toma de decisiones colectivo, precisó Dietschy, mientras mostraba un cartel que decía: ‘Usted está en un territorio zapatista donde el pueblo manda y el gobierno obedece’. Construir otro Chiapas es un proceso largo, unas veces funciona, otras no, pero es la pieza de una utopía concreta, sostuvo Dietschy.

Democracia directa y democracia participativa

Preguntado por swissinfo sobre otros indicios concretos que harían viable la utopía Zapatista, Dietschy respondió: Se percibe una voluntad de avanzar lentamente, de aumentar la capacidad de la propia gente, de autogobernarse.

«No quieren realizar utopías abstractas, sino avances concretos, como lo hacen los indígenas en otras partes de América Latina cuando tratan de resolver sus necesidades básicas. Avanzan sin aumentar las dependencias, sin correr demasiados riesgos, fortaleciéndose en el camino».

Interrogado sobre una interacción entre el modelo de democracia directa suiza y la democracia participativa que conciben los indígenas en Chiapas, Dietschy respondió: Hay ciertas coincidencias.

«Gonzalo Ituarte (director de la Orden de Dominicos en México y colaborador de Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas), nos comentó que es interesante que precisamente Suiza quiera jugar un papel de mediación en la resolución de conflictos».

Tenemos un cierto sistema de equilibrio entre regiones, culturas, lenguas, que funciona más o menos, que emplea mecanismos de no exclusión. Visto desde afuera, el interés es grande, pero el modelo apropiado para México debe crearse allá».

Presencia internacional, un medio de disuasión

Philipp Gerber, coordinador para México y Guatemala de Peace Watch Switzerland (PWS), señaló que «el interés mediático por Chiapas ha disminuido, sin embargo gracias a la presencia internacional, a los observadores de los derechos humanos, la violencia ha disminuido».

Solamente la presencia internacional, las cámaras fotográficas, son una medida de disuasión, bajan la presión y hacen posible que la gente misma pueda articular sus demandas con menos miedo de ser perseguida después, precisó Gerber, moderador de la conferencia.

PWS está en Chiapas desde 1997 «porque hay comunidades amenazadas por paramilitares y el ejército. La población indígena que en 1995 huyó a las montañas ante la ofensiva militar ha vuelto a sus comunidades bajo la promesa de que haya observadores en la región».

Esta ONG envía a Chiapas entre 25 y 35 suizos y suizas al año, personas jóvenes o jubiladas voluntarias. En Oaxaca tiene ahora a una primera persona y actualmente analizan cómo empezar a trabajar en esta región con grandes problemas y poca presencia internacional.

Todavía se tortura en México

«En las próximas horas (del 28 y 29 de septiembre) se teme una incursión militar en Oaxaca, por la huelga de 48 horas de comerciantes y se rumorea que el ejército va a restaurar ‘el Estado de Derecho’. Por otro lado, el gobierno dice que van a seguir dialogando, pero negociaciones formales no hay ahora», señaló Gerber.

Por ello apela al gobierno suizo a que contribuya a buscar una solución pacífica y negociada en Oaxaca. «Allí todavía se violan los derechos humanos de forma brutal. Hasta el Defensor del Pueblo de Derechos Humanos del Gobierno de Vicente Fox afirma que éste es un problema grave».

En muchos rincones del México profundo todavía existen caciques, estructuras de poder verticales, una oligarquía muy fuerte, concluyó Gerber. «México puede llegar a una verdadera democracia o virar hacia la represión y la violencia. Es un hito difícil de su historia».

swissinfo, Rosa Amelia Fierro, Berna

Pan para el Prójimo participa en la iniciativa suiza ‘ProPaz’, creada para responder al llamado del obispo de San Cristóbal de la Casas, Samuel Ruiz.

El primer paso de esta iniciativa fue el viaje a Chiapas, en 1994, de observadores y una delegación parlamentaria suiza para fomentar el diálogo entre las partes en conflicto.

Más tarde, ‘ProPaz’ apoyó programas de solución de conflictos dentro de comunidades y aldeas, e iniciativas de mediación a escala nacional.

A la iniciativa de ‘ProPaz’ se suma el trabajo del Departamento de Derechos Humanos del Ministerio suizo de Asuntos Exteriores.

Desde 1961, Pan para el Prójimo apoya alrededor de 400 programas de desarrollo en todo el mundo. Sus principios son el respeto de los derechos humanos y el desarrollo sostenible de los países del sur.

Peace Watch Switzerland es una ONG que trabaja por la paz y la solución pacífica de conflictos.

Actualmente está presente en Palestina e Israel, México y Guatemala, donde acompaña a los testigos en los procesos contra los responsables de las masacres de los años 80.

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