Volar de Zúrich a Barcelona con la fuerza del sol
El avión solar 'Sunseeker II' se prepara para su viaje más largo. Desde 2008 ha realizado distintos vuelos de prueba en Suiza para afrontar ahora el desafío de sobrevolar ocho países europeos en un par de meses.
Su creador es el estadounidense de origen suizo, Eric Raymond, que además es el piloto de la única nave tripulada que funciona gracias a la radiación solar.
El recorrido de ‘Sunseeker II’ abarca Alemania, Suiza, Austria, Hungría, Eslovenia, Italia, Francia y finalmente España.
«Durante 2008 la invención fue probada en Suiza, donde se realizaron muchos vuelos. En Zúrich se perfeccionaron los sistemas y se efectuaron multitud de ensayos», explica a swissinfo el portavoz del proyecto, Eric Lentz-Gauthier.
Ya en 2009, hace sólo un mes, Raymond cruzó la Confederación atravesando los Alpes hasta llegar a Turín en algo más de cinco horas. Después continuó desde allí un extenso vuelo sobre Italia que acabó en la isla de Sicilia.
«A primeros de mayo llegó a Sicilia tras unas dos semanas de viaje después de haber partido desde el aeropuerto de Buttwil, cerca de Zúrich», señala Lentz-Gauthier.
En una segunda etapa está previsto volar hacia el este, a través de Los Dolomitas en su parte austriaca y de Hungría, en dirección a Eslovenia, para después regresar a territorio helvético.
Récord vía Barcelona
El último viaje de este periodo es el programado desde Zúrich a Barcelona, sin escalas. De realizarse con éxito, se trataría del vuelo más largo jamás efectuado por un aeroplano solar tripulado. Se prevé que a mediados de junio ponga rumbo a España.
De todas formas, el itinerario exacto se desconoce por el momento, «ya que todo depende de las condiciones climáticas que se vayan produciendo», según explica Lentz-Gauthier. Se estima que la travesía puede durar entre 8 y 10 horas. «Podemos aterrizar en un gran aeropuerto comercial, pero sería algo muy complicado. Vamos a hacerlo en algún aeródromo más pequeño, cercano a la ciudad española», anticipa el portavoz.
Tampoco se descarta que el ‘Sunseeker II’ siga después el viaje hasta Cádiz, en el extremo sur de España. «Ya hemos hablando con algún aeropuerto de la zona de Andalucía para preguntar por la disponibilidad. Es factible que podamos llegar allí desde Barcelona», asegura Lentz-Gauthier. De lo que se trata además es de volar plácidamente, sin prisas para disfrutar de la experiencia.
Posibilidades que brinda el sol
Aunque no está pensado para vuelos funcionales, «el objetivo del proyecto es del mostrar las posibilidades que brinda la energía solar en el mundo del transporte», explica a swissinfo el portavoz de ‘Sunseeker II’. «También queremos demostrar la utilidad de esta tecnología, aunque no tiene tantas aplicaciones como en el caso de los coches impulsados por el sol».
Con un peso de 150 kilogramos, el avión puede llegar a superar una velocidad de crucero de 65 km/h, aunque ésta puede aumentar si se usan las baterías de las que dispone. El vuelo del ‘Sunseeker’ es lento y silencioso, confirma Lentz-Gauthier.
Es un concepto de avión híbrido, que necesita de baterías para despegar y subir, aunque luego es capaz de mantener su nivel usando energía solar. Además puede volar como un aeroplano. Después de una hora y media de planeo, las baterías de la nave se recargan completamente con la energía solar. Una vez cargadas se puede volver a ascender.
Ya en 1990
El ‘Sunseeker II’ es una versión perfeccionada del ‘Sunseeker’ original que también hizo un vuelo histórico. Así, en 1990 el Sunseeker I atravesó los Estados Unidos con un total de 21 vuelos, lo que supuso más de 120 horas de permanencia en el aire. Un viaje que hasta la fecha sigue siendo el más largo realizado por un avión solar.
Respecto al primer proyecto, el ‘Sunseeker II’ ha visto su rendimiento esencialmente mejorado, para lo que se realizaron importantes modificaciones en las alas, se agrandó el espacio de células solares, además de contar con un motor más potente.
De hecho, «la segunda generación del proyecto lleva paneles solares más eficientes, el doble, baterías más resistentes y sistemas electrónicos y de navegación mejorados. El motor tiene una potencia que duplica el del anterior. Las baterías de litio son nuevas y ofrecen varias opciones para utilizar la energía: usar la que le llega del sol de forma directa, o bien almacenarla y desplazarse con la ayuda de las corrientes de aire», indica Lentz-Gauthier.
Las citadas baterías son claves a la hora del despegue y la toma de altura. Cuando se alcanza una cierta altura, comienza a utilizarse únicamente la energía fotovoltaica. Con todas las mejoras, el ‘Sunseeker II’ ha permanecido en el aire mucho más tiempo que cualquier otro avión solar tripulado, como aseguran sus creadores.
Iván Turmo, swissinfo.ch
El ‘Sunseeker II’ fue presentado a principios de abril en el marco de la feria Aero 2009, en Alemania.
Es capaz de alcanzar alturas de hasta 4.500 metros y velocidades de 65 kilómetros por hora, que puede aumentar en caso de utilizar la energía almacenada en las baterías o utilizar el viento como empuje adicional.
El ‘Sunseeker’ es la primera y única avioneta solar con cabina de tripulación, y será el mismo Raymond quien pilotee en el viaje por Europa.
Según sus promotores, toda esta tecnología no tiene cabida en aviones comerciales.
Existen dos formas principales de utilizar la energía solar, una como fuente de calor para sistemas solares térmicos, la otra como fuente de electricidad para sistemas solares fotovoltaicos.
En principio la forma en la que se captura la luz del sol para convertirla en electricidad se hace a través de paneles solares o fotovoltaicos.
Estos paneles están formados por grupos de las llamadas células o celdas solares que son las responsables de transformar la energía luminosa (fotones) en energía eléctrica (electrones).
Estas células se conectan entre sí como un circuito en serie para así aumentar la tensión de salida de la electricidad.
Al mismo tiempo varias redes de circuito paralelo se conectan para aumentar la capacidad de producción eléctrica que podrá proporcionar el panel.
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