Yihadistas secuestraron a al menos 51 menores en Mozambique en el último año
Maputo, 9 jun (EFE).- Al menos 51 menores, la mayoría niñas, fueron secuestrados durante los últimos doce meses en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, asolada por la violencia yihadista desde 2017, aunque la cifra real podría ser mucho mayor, advirtió hoy Save the Children.
«La situación en Cabo Delgado se está intensificando, el número de familias que llegan desde las zonas norteñas buscando refugio en los distritos del sur está creciendo y estamos conociendo violaciones graves contra los niños, que incluyen decapitaciones, asesinatos y abuso sexual», lamentó en un comunicado este miércoles Nourshan Hannan, responsable de programa de la organización en la zona.
Según Save the Children, que ha analizado los datos recogidos por el Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED), «el secuestro de menores se ha convertido en una nueva y alarmante táctica regular para los grupos armados implicados en el conflicto».
Durante el último año, menores de la zona han sido raptados en el transcurso de diferentes ataques durante los cuales han presenciado además todo tipo de atrocidades.
El 9 de junio de 2020, por ejemplo, diez niñas fueron secuestradas cuando sacaban agua de un pozo, mientras el pasado 7 de enero 21 personas fueron raptadas en grupo, incluyendo a seis menores, según Save the Children.
«Los niños y niñas han sido secuestrados solos o en grandes grupos, se los han llevado mientras estaban en el exterior o en sus casas, muchas de las cuales fueron quemadas después», señala la organización.
Entre las personas atendidas por Save the Children se encuentran Nura, de 42 años, y su marido Sebastien, de 51 (ambos nombres falsos, para proteger su identidad), que se vieron desplazados por tercera vez tras el brutal ataque yihadista perpetrado el pasado 24 de marzo contra la ciudad costera de Palma, a la que habían huido en agosto de 2020 cuando Mocímboa da Praia, la primera urbe donde buscaron refugio desde su aldea pesquera, fue atacada.
En su huida de Palma, la pareja con sus cuatro hijos emprendió un viaje en barca hacia Pemba, en el sur de la provincia, pero hombres armados los secuestraron cuando se detuvieron en una isla para buscar agua y comida.
Los supuestos terroristas encerraron a los dos niños con su padre y a las niñas con la madre y, aunque más tarde lograron huir y alcanzar Pemba, solo cinco de los seis miembros de la familia lo consiguieron: su hija mayor, Clementina, de 14 años, se encuentra aún desaparecida.
«Cuando mi mujer llegó, solo tenía a una de nuestras hijas. Cuando le pregunté donde estaba nuestra hija, dijo que se la habían llevado los hombres armados. Mi mujer y yo empezamos a llorar», explicó Sebastien en el comunicado.
Tras los ataques perpetrados por el grupo yihadista Al Shabab el 24 de marzo en Palma, que causaron decenas de muertos, al menos 67.848 personas se han visto forzadas a dejar sus casas -un 43 % de ellas son menores- a fecha de 4 de junio, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sumándose a las cerca de 700.000 que ya habían sido desplazadas por el conflicto.
Al Shabab, que no guarda relación con la organización yihadista homónima de Somalia, aterroriza el norte de Mozambique desde 2017 y ha causado hasta la fecha más de 2.830 muertos, entre ellos más de 1.400 civiles, según las últimas cifras del ACLED. EFE
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