El LSD, la droga psicodélica cumple 60 años
La sustancia alucinógena fue descubierta en los laboratorios de Basilea por el químico suizo Albert Hofmann.
Su aparición originó el nacimiento del movimiento sicodélico en la década de los años 60.
El 16 de abril de 1943, en Basilea, el químico suizo Albert Hofmann descubrió los efectos alucinógenos de la droga que tendría gran influencia en el llamado «movimiento hippie» o «poder de las flores» en el mundo entero.
Como en los grandes hallazgos, Albert Hofmann descubrió esas propiedades de la sustancia por mera casualidad. En efecto, mientras estudiaba en los laboratorios farmacéuticos de Sandoz los alcaloides del cornezuelo del centeno, descubrió el compuesto N° 25: dietilamida del ácido lisérgico, (LSD).
Los ensayos sobre animales no habían dado hasta entonces ningún resultado. Médicos y farmacólogos abandonaron la sustancia, pero Albert Hofmann seguía convencido de que el LSD podía tener propiedades interesantes.
El primer viaje ácido
El 16 de abril de 1943, el químico suizo realizó su primer viaje ácido. Mientras se encontraba manipulando el LSD, una gota del producto le cayó en la mano. De inmediato comenzó a sentir asombrosas sensaciones que le invadieron el cuerpo entero.
El químico suizo, nacido en Baden en 1906, comenzó a sentir angustias, vértigos, visiones sobrenaturales, felicidad absoluta, y se encontró en un estado de gracia nunca antes experimentado.
Tres días después decide de volver a ensayar el LSD. Los mismos efectos volvieron a repetirse. Pero en ese tiempo Albert Hofmann no imaginó que su descubrimiento sería glorificado años más tarde por millones de personas, como el mismo escribió en su libro «LSD: mi hijo terrible».
En efecto, tras descubrir los efectos alucinógenos de la droga, el químico orientó su utilización en el campo de la neurología y la ensayó en psiquiatría. Sandoz produjo y comercializó para los médicos, entre 1947 y 1966, el LSD 25 en cápsulas y en ampollas.
Eficaz para desentoxicar alcohólicos
La Universidad de Zúrich efectuó la primera experiencia humana y publicó en 1947 un completo informe sobre sus efectos terapéuticos. El LSD fue ensayado esencialmente en los tratamientos de desintoxicación para alcohólicos. También fue utilizado por personas afectadas de cáncer terminal, donde la droga provoca cambios de actitud frente a la muerte.
Los medios de comunicación no tardaron en interesarse en esta sustancia. Entre 1950 y 1960, el LSD pasó a ser la principal droga consumida en Estados Unidos y en Europa. El ejército estadounidense la probó con los soldados.
Veladas psicodélicas de los artistas
Los artistas y músicos no tardaron en probar el LSD. Descubrieron un mundo nuevo e interior que permitió a muchos realizar interesantes experiencias creadoras. Así nació el arte psicodélico. La droga fue bautizada en ese medio como «Jesucristo del siglo XX en su forma química».
Músicos como Grateful Dead, Jefferson Airplane, Quicksilver, Messenger Service, Santana y Timothy Leary, le rindieron culto y la utilizaron en su producción artística. Este último se convirtió en un verdadero apóstol del LSD, considerado un «Gurú de la generación hippie», mistificó el ácido hasta concederle efectos afrodisíacos.
Patente vencida en 1963
Desde 1963 la producción ilegal del LSD es posible en razón de que la patente de fabricación venció. Pero la sustancia fue inscrita en la lista de estupefacientes prohibidos en Estados Unidos en 1966, año en que Sandoz dejó de fabricarla.
Pero el consumo no médico no ha cesado nunca. Cierto es que frente a otras drogas más poderosas, su existencia y consumo es marginal.
Efectos impredecibles
Los efectos de la LSD son impredecibles. Dependen de la cantidad ingerida; la personalidad, el estado de ánimo y las expectativas del usuario; y el medio ambiente en que se use la droga. Por lo general, el usuario siente los primeros efectos de la droga de 30 a 90 minutos después de tomarla.
Los efectos físicos incluyen dilatación de las pupilas, aumento de la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, sudor, inapetencia, insomnio, sequedad en la boca y temblores.
Las sensaciones y los sentimientos cambian mucho más drásticamente que los signos físicos. Es posible que el usuario sienta distintas emociones a la vez o pase rápido de una emoción a otra. Si se toman dosis altas, la droga produce delirio y alucinaciones visuales. El sentido del tiempo y de sí mismo cambia en el usuario. Las sensaciones parecen «cruzarse» y dan al usuario la idea de oír los colores y ver los sonidos. Estos cambios pueden ser atemorizantes y causar pánico.
Los usuarios dan el nombre de «viaje» a su experiencia con la LSD y de «mal viaje» a las reacciones adversas agudas. Estas experiencias son prolongadas; por lo general, comienzan a desaparecer al cabo de unas 12 horas.
En cuanto a su utilidad terapéutica, el LSD fue reemplazado por otras sustancias consideradas más eficientes, según el médico Dieter Ladewig, miembro de la Academia Suiza de Ciencias Médicas (ASSM).
En Suiza, con ocasión del Congreso Mundial de Ciencias Médicas de Lugano, en 1993, un grupo de terapeutas había solicitado a la Confederación de modificar la ley que prohíbe su consumo, pero la demanda no tuvo éxito.
Hoy, a 60 años de su descubrimiento, el LSD evoca en las generaciones hippies y del movimiento del poder de las flores, más nostalgia que deseo de volverla a consumir. Los años no pasan en vano.
swissinfo, Alberto Dufey y agencias
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