Homeopatía: ¿Deja su estatus de placebo?

Una homeópata suiza mezclando un medicamento. Keystone

La ciudadanía suiza dirá en las urnas su opinión sobre la homeopatía y otros métodos curativos alternativos. Se discute sobre si son tratamientos pesudocientíficos peligrosos o son eficaces.

Un científico explica porqué apoya la decisión gubernamental que elimina estos tratamientos de la oferta de las polizas de seguro médico obligatorias en Suiza.

Matthias Egger de la Universidad de Berna participó en el mayor estudio que hasta ahora se ha realizado sobre la eficacia de la homeopatía, publicado en 2005.

Tras una fase quinquenal de prueba, el Ministerio del Interior decidió el año pasado eliminar cinco formas de terapia alternativas del catálogo de base de los seguros médicos obligatorios.

La decisión se basó en el argumento de que este tipo de tratamientos, incluido el homeopático, no permiten demostrar de forma suficiente su eficacia, conveniencia y rentabilidad.

Toca decidir a la voz ciudadana

Los representantes de la homeopatía lanzaron una iniciativa en contra de la decisión de las autoridades federales. Buscan que la medicina complementaria se incluya definitivamente en el seguro médico básico. La ciudadanía deberá decidir al respecto a más tardar a finales de 2009.

De acuerdo a datos de la Asociación de Médicos Homeópatas, que cuenta con alrededor de 400 miembros, «alrededor de 20% de la población se trata regularmente con la homeopatía». Algunos estudios incluso indican que un 80% de la población suiza ya ha acudido a este tipo de tratamiento.

Placebo

Pese a que la homeopatía puede demostrar eficacia con tratamiento curativo, la medicina clásica argumenta que esos efectos no son comprobables.

La homeopatía no es mejor que cualquier otro placebo, asegura un estudio elaborado por el Instituto de Medicina Social y Preventiva de la Universidad de Berna, publicado en la revista médica Lancet.

«No decimos que la homeopatía no funciona», explica Matthias Egger, partícipe en la investigación. «Sólo decimos que los efectos que la gente parece sentir, tal vez no se deben a las pastillitas blancas.»

El efecto placebo de un medicamento sin agente activo es un fenómeno suficientemente investigado. Un medicamento funciona porque el paciente lo cree así.

De esta forma, los científicos han comprobado, por ejemplo, que se reducen los dolores dentales postoperatorios cuando el médico acerca el aparato de ultrasonido hacia la cabeza del paciente, ya sea que la máquina se encuentre prendida o no. Otro ejemplo: las pastillas de azucar verdes parecen tener mayores efectos que las rojas cuando se les da a las personas que padecen de temores.

«Algunas personas se encuentran sencillamente más abiertas al concepto (homeopático)», dice Egger. «Valoran la conversación con alguien, en lugar de los cinco minutos de visita médica para recibir una receta. Buscan la interacción.»

Ética

Debido a que los placebos pueden lograr efectos terapéuticos, hay buenas razones para prescribirlos. No obstante, muchos médicos vacilan en dar ese paso por diversas razones.

La ética médica ordena que la relación entre el doctor y el paciente debe basarse en la honestidad, el respeto y la confianza. Un médico que prescribe un placebo debe mentir a su paciente, sino el medicamento no tendría efecto.

En segundo lugar, la prescripción de placebos podría llevar a contrarrestar los síntomas, en lugar del padecimiento. El dolor de cabeza puede ser un síntoma del estrés, pero también es señal de un tumor. Los métodos de tratamiento necesarios son en ambos casos muy distintos.

Peligros

El peligro principal de la medicina alternativa no es de forma directa el placebo sino cuando el paciente, por recibir este tratamiento, no recibe la atención adecuada.

«Tuve el caso de un niño con pulmonía, quien durante semanas fue tratado con homeopatía; finalmente tuvo que ser intervenido para succionarle pus de los pulmones», indica Egger. «Esta intervención pudo haberse evitado si el niño hubiese sido tratado a tiempo con antibiótico.»

El propio Egger votará por el ‘no’ en las urnas. «Pero si la mayoría del voto ciudadano quiere esa oferta en los tipos de tratamiento, lo aceptaremos con gusto.»

swissinfo, Thomas Stephens
(Traducido por P. Islas Züttel)

Contexto

1999: El Ministerio del Interior decidió que cinco métodos de curación alternativos – Homeopatía, fitoterapia, terapia neural, medicina tradicional china y medicina antroposófica- se incluyeran por un periodo de cinco años en el seguro médico obligatorio.

Septiembre de 2004: Los impulsores de esta medicina complementaria lanzaron una iniciativa para asegurar que los costos de estos métodos de tratamiento alternativos fueran absorbidos por el seguro médico de base.

Junio de 2005: El Ministerio del Interior decidió que las cinco terapias alternativas no cubrían de forma suficiente los criterios de eficacia, conveniencia y rentabilidad y por ello ordenó que salieran del catálogo del seguro médico básico.

Septiembre de 2005: La iniciativa en contra de esta decisión fue respaldada por 140.000 firmas ciudadanas.

Agosto 2006: El gobierno aconseja que la iniciativa no sea apoyada por el voto ciudadano. El Parlamento Federal aún no ha estudiado la iniciativa, que debe ser votada en las urnas antes de finales del 2009.

Datos clave

Los costos del sistema de salud suizo alcanzaron en 2004 los 51.700 millones de francos.

Esto significa el 11,5% del PIB.

Sólo EEUU Supera los costos de salud, equivalentes al 15% de su PIB.

Homeopatía

El tratamiento homeopático consiste la mayoría de las veces en la prescripción de pequeñas dosis de grageas que el mismo médico prepara en su consultorio. La consulta es, a diferencia de las acostumbradas en la medicina tradicional, más prolongada, acentuando la interacción entre el paciente y el homeópata.

El efecto terapéutico del medicamento se amplia, indican los homeópatas, diluyendo y agitando las sustancias empleadas para darles un estado «dinámico», denominado potenciación.

Diluir una sustancia al 30C significa que una gota de la sustancia activa se mezclará con cien gotas de agua. Después, una de esas gotas se volverá a mezclar con otras cien gotas de agua hasta que este proceso ocurra treinta veces.