La mujer es el futuro del campo

La agricultura biológica es para estas mujeres un medio de lucha política. swissinfo.ch

Antes de iniciarse el Foro Social Mundial, la delegación suiza que viajó a Porto Alegre dedicó tres días a conocer la realidad de los grupos sociales brasileños.

Visitaron al Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC), defensor de una agricultura bio, respetuosa del medio ambiente y ajena a los OGMs.

«En un sistema que es tan capitalista como machista, nosotras resultamos oprimidas por partida doble: como mujeres y como trabajadoras”, afirma Luciana Passinato Piovesan, miembro de la Dirección Nacional del Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC, por sus siglas en portugués), quien no le teme a las palabras.

Al igual que sus camaradas, esta joven madre de dos niños está convencida de que, por naturaleza, la mujer «se preocupa más por cuestiones de orden esencial, como el mantenimiento de la vida o la protección de la naturaleza».

Feministas, campesinas y ecologistas, es como se definen las mujeres pertenecientes a estos grupos, que actualmente tienen presencia en 15 de los 27 estados de la federación brasileña, y se encuentran otros en formación.

En 10 años, el MMC –nacido como resultado de la Teología de la Liberación, como prácticamente todos los movimientos sociales de América Latina- ya puede reivindicar algunos triunfos, como el seguro de maternidad o el derecho a jubilación para las mujeres.

¿Y sus maridos?, ¿aprecian ellos este compromiso? Dentro del autobús que transporta a la delegación suiza, la pregunta detona la hilaridad de las integrantes del MMC que acompañan la visita.

“Ellos están totalmente de acuerdo”, lanza una de ellas. “Están encantados”, confirma una segunda voz. “Es más, se hacen cargo de la cocina y cuidan a los niños durante el tiempo en el que nosotras realizamos nuestras reuniones”, tercia una última.

Las “pequeñas hechiceras”

A 200 kilómetros al Norte de Puerto Alegre –capital del estado de Río Grande do Sul-, se encuentra la región de Três Cachoeiras, delimitada al Este por una laguna que se funde con el Atlántico, y al Oeste, por una cadena de pequeñas colinas de densa vegetación que le hacen parecer un sitio que el cielo bendijo.

En los 10 pueblos cercanos, el MMC tiene 30 grupos de mujeres que se ocupan de la agricultura, pero también de asuntos como la valorización de la tierra, la educación o la salud. Una noción que aquí pasa por las plantas medicinales.

Recogidas en las colinas o las huertas, dichas plantas son maceradas en cachaza (alcohol de caña de azúcar), para luego obtener tinturas y ungüentos. Y el grupo de “pequeñas hechiceras”, como ellas mismas se llaman, está muy orgulloso de sus secretos de elaboración, que se transmiten sólo de forma oral.

En virtud de los principios comunitarios de este movimiento, estos remedios no son vendidos, se distruyen exclusivamente a quienes tienen necesidad de ellos.

“Nada de OGMs en nuestras tierras”

Como en todas las luchas políticas o sociales, el debate sobre la conveniencia de los organismos genéticamente modificados (OGMs) es intenso en Brasil. A tal grado que este año será el tema central de los carros alegóricos que desfilarán durante el Carnaval de Río de Janeiro.

El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva ha decidido autorizar temporalmente la cultura de la soja transgénica. De hecho, ésta se produce desde hace más de seis años en Porto Alegre a partir de simientes argentinas que ingresaron de forma clandestina.

Es mucho lo que está en juego: la soja es cada vez más demandada como producto para alimentar al ganado. Tanto que hoy representa 13% de las exportaciones de Brasil, y genera 8.000 millones de dólares al año (unos 10.700 millones de francos suizos).

Y se estima que una cuarta parte de la producción nacional (de la cual 80% viene de Rio Grande do Sul) está genéticamente modificada.

A esto se debe que haya numerosos inconformes, como los Verdes y organizaciones que los apoyan o el Partido de los Trabajadores -que respaldó a Lula-, quienes abogan por eliminar los OGMs.

Para las mujeres que acogen a la delegación suiza, las cosas son más claras que el agua: les OGMs no pasarán por sus tierras.

Una lucha universal

En sus tierras muestran orgullosamente sus plantaciones 100% biológicas, y distribuyen generosamente pequeñas bananas con un sabor verdaderamente natural.

Su ejemplo impresiona profundamente al diputado verde Fernand Cuche. “Me satisface muchísimo ver que han hecho exactamente eso que defendemos nosotros en Suiza en materia de ecología”, constata el también agricultor y sindicalista campesino de Neuchatel.

“Es típicamente una manera de pensar de forma global y actuar de manera local”, agrega Rosemarie Bär, de la Comunicad de Trabajo de Obras de Ayuda Mútua de Suiza.

Intercambio

Corinne Dobler está totalmente convencida. Involucrada desde su más temprana juventud en la militancia de organizaciones de corte solidario, esta joven zuriquesa de 33 años fue periodista del servicio de comunicación de la Cruz Roja helvética antes de convertirse en la primera voluntaria de la asociación E-Changer, y ahora del MMC.

Y es que desde octubre pasado inició una misión de tres años que consistirá en dotar a los grupos de la región de Três Cachoeiras de “voz” a través de una agrupación de comunicación y difusión digna de este nombre.

swissinfo, Marc-André Miserez à Três Cachoeiras
(Traducción Andrea Ornelas)

Datos clave

·El Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC) lucha por el progreso social y por la igualdad, así como por mejores condiciones de trabajo y producción.

·Su eslogan es: “Continuemos en la lucha y defendamos la vida”.

Contexto

. El MMC está presente en 15 de los 27 estados brasileños y están en formación tres grupos más.

·Desde octubre del 2004, el MMC acogió en la región de Três Cachoeiras, al norte de Puerto Alegre, a su primera voluntaria suiza enviada por la asociación E-Changer.