‘Manual sobre la Pobreza en Suiza’ (II Parte)
"En una Suiza que es tan rica, la pobreza es un escándalo social". La aseveración, el reproche, es el punto de partida del estudio que Caritas recién publicó en torno a ese fenómeno.
Christin Kehrli y Carlo Knöpfel, autores del texto, añaden que, sin embargo, «existen suficientes recursos disponibles en este país para garantizar buenas condiciones de vida para todos».
Difundido a principios de este mes en francés, el Manual sobre la Pobreza en Suiza busca colmar los amplios espacios que las investigaciones precedentes habían dejado pendientes pese a que, según las estimaciones, se trata de un flagelo que mortifica a uno de cada siete habitantes del país.
Para definir el tema en estudio, los colaboradores de Caritas optaron por el concepto ampliamente utilizado en las regiones suizas de habla alemana y que remonta a una resolución del Consejo de la Unión Europea (1984):
«Personas, familias y grupos son pobres cuando disponen de medios (materiales, culturales y sociales) tan escasos que quedan excluidos del modo de vida que, en su sociedad, es el mínimo aceptable».
Pobreza relativa
Dicho de otro modo, en Suiza hay una pobreza «relativa», que obliga a los que la sufren a llevar una vida caracterizada por las restricciones, pero no existe la pobreza «absoluta», triste peculiaridad de los que no tienen manera de satisfacer sus requerimientos vitales físicos, es decir, de aquellos que sufren hambre.
El Manuel alude a la carencia de un umbral oficial de la pobreza en el país, en vista de lo cual las normas de la Confederación Suiza de Instituciones Financieras de Acción Social (CSIAS), son utilizadas como referencia generalizada.
«El mínimo vital según las normas de la CSIAS debe, por una parte, garantizar la existencia material y, por otra, promover la integración social y profesional. Los requerimientos materiales de primera necesidad comprenden un monto mínimo para cubrir las necesidades básicas, gastos del alquiler (incluidos los gastos accesorios) y cuidados médicos de base (seguro médico -en Suiza obligatorio-, franquicias y cuotas)».
No hay cifras
El segundo capítulo del Manual sobre la Pobreza en Suiza está consagrado a los hechos y las cifras, y parte de una amarga constatación:
«La pobreza constituye un grave problema social y sin embargo no sabemos cuántos pobres viven en Suiza. En el Anuario Estadístico se puede consultar cuántas agachadizas (aves zancudas) fueron abatidas en un año, pero el número de personas que viven en la pobreza no se encuentra en ninguna parte».
Conforme a las estimaciones sobre el rubro, el estudio asienta que, en el 2003, uno de cada seis niños (de 0 a 18 años) se encontraba en situación precaria; uno de cada ocho adultos (de 19 a 64 años) y una de cada seis personas mayores de 65 años.
Con base en las estadísticas del 2006, el Manual indica que 220.000 personas reciben el apoyo de la Ayuda Social, lo que corresponde a 3% de la población.
Candidatos a la pobreza
Pero si no hay un acuerdo sobre el momento en que la pobreza se instala en la casa, sí se ha podido determinar qué hogares son los anfitriones más proclives o cuáles corren el riesgo de devenirlo. En este último caso se encuentra un 30% de la población y en ambos: las jóvenes familias con varios hijos, las familias monoparentales y los jóvenes con dificultades para acceder al mundo del trabajo.
«El costo de los hijos es enorme: En principio, el costo directo: alimentación, parte de la formación, primas del seguro médico, una casa más grande… Pero lo más pesado son los gastos indirectos, es decir, el hecho de que una persona, la esposa o el marido, no pueda trabajar porque tiene que ocuparse de los hijos, o si finalmente deciden trabajar los dos, los costos del cuidado de los niños que son muy altos en Suiza, sobre todo para las personas de bajos ingresos», precisa Christin Kehrli.
Ese es un desafío también para las familias monoparentales, con mayor frecuencia las madres que por regla general obtienen el cuidado de los hijos, mientras que los divorciados deben cubrir las facturas del hogar que quedó atrás y aquellas de su nueva morada.
Pobres y extranjeros
En entrevista con swissinfo, Christin Kehrli destaca que otro de los sectores de la población claramente identificados entre los menos afortunados es el de las personas que vienen de otros países.
«Entre los extranjeros, la pobreza es frecuentemente un problema de formación más baja o de formación no reconocida en Suiza, lo que hace que trabajen en sectores menos remunerados e incluso precarios, lo que afecta también la salud.. Se produce un círculo vicioso».
Las causas de la pobreza en Suiza son múltiples: divorcios, desempleo, enfermedades, endeudamiento, individualismo creciente, ruptura del tejido familiar, de los lazos solidarios…
«Son sobre todo los lazos familiares los que se rompen porque la movilidad es tal que hay muchos hijos que dejan la familia, que se van lejos, y también muchas personas que no tienen hijos. En la historia era siempre la familia la que llevaba esa solidaridad y ahora hay que buscar una alternativa».
A escala institucional, la especialista se refiere como ejemplo a la existencia en Berna de la ‘Burgergemeinde’, lazo solidario entre los habitantes locales. «Pero si las personas salen de Berna, la estructura ya no puede garantizar ese apoyo, esa solidaridad».
Y, sin embargo
Pero cualquiera que sea su origen, Christin Kherli destaca un hecho contundente…
«En nuestro país la pobreza es sobre todo un problema de repartición de la riqueza. Hay una distancia muy grande entre los ricos y los pobres y hay una riqueza que podría permitir a todo el mundo una vida muy agradable si se repartiera mejor».
… y un argumento que invita a reflexionar:
«Los estudios de movilidad han demostrado que en el paso de una clase social a otra superior, la clave es casi siempre la educación. Entonces, hay que asegurar una buena educación a todo el mundo y también una educación continua».
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Montos establecidos por la CSIAS para cubrir las necesidades de base:
960 francos por una persona
1.489 francos por dos personas
1.786 francos por tres personas
2.054 francos por cuatro personas
2.323 francos por cinco personas
2.592 francos por seis personas
2.861 francos por siete personas
La Red Caritas (Caritas Suiza y Caritas regionales) realiza cerca de 150 proyectos y actividades en favor de unas 13.000 personas pobres y desamparadas.
Los beneficiarios de ayuda social figuran entre los principales grupos asistidos, seguidos por los desempleados, los inmigrantes, los ‘woorking poor’ (trabajadores pobres), las personas que se ocupan solas de sus hijos y las familias pobres.
Entre las estrategias de Caritas en pro de las personas precarizadas se encuentran las Tiendas de Comestibles a precios reducidos, el proyecto ‘Conmigo’ que busca padrinos para niños de familias pobres, y el ‘Kulturlegi’ que proporciona acceso a actividades culturales, deportivas y de formación a precios bajos.
En el ámbito de la migración, Caritas propone, entre otros, cursos de formación y talleres de reciclado.
En el 2006, los servicios regionales de consulta social de la Red Caritas trataron alrededor de 8.000 expedientes de personas en situación de desamparo.
Más o menos el mismo número de hombres que de mujeres (53%), principalmente personas de entre 25 y 65 años (85%).
Los extranjeros en Suiza representan un 20.5% de la población total del país y cerca de la mitad de los solicitantes de los servicios de la red de Caritas.
Las familias monoparentales representan el 15% de las consultas.
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