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Suiza apuesta fuerte por las tecnologías limpias

Keystone

El denominado sector ‘cleantech’ es el que previsiblemente más crecerá en los próximos años a escala mundial. Suiza se sitúa actualmente entre los países más avanzados en este campo, a pesar de que algunos círculos empresariales se oponen a su desarrollo.

“Un edificio es como un cuerpo humano. Hay sensores que captan las señales, circuitos que transmiten los impulsos y, sobre todo, un cerebro que elabora información e imparte órdenes. Por medio del cerebro, o miniordenadores, podemos regular en todo momento la temperatura de las habitaciones, la tasa de humedad, la iluminación, la electricidad”, explica Felix Gassmann, consejero delegado de Sauter.

La empresa de Basilea figura entre los líderes mundiales en el campo de la automatización de edificios y la gestión energética. Sus instalaciones para regular la calefacción, la climatización y la corriente eléctrica se fabrican en Suiza y se utilizan en viviendas, oficinas y fábricas de los cinco continentes.

“La gestión técnica de los edificios no solo sirve para garantizar el confort. El objetivo es, ante todo, mejorar la eficiencia energética. Gracias a estos aparatos podemos reducir un 30% el consumo energético de los edificios en Suiza, lo que representa un ahorro global del 12%”.

El término se refiere a las tecnologías que fomentan una gestión respetuosa de los recursos naturales con un máximo de eficiencia energética.

Esta definición se aplica al proceso de fabricación y a los productos industriales, pero también a los servicios, la agricultura y la investigación.

Entre las principales ramas cleantech figuran las energías renovables, el ahorro energético, la gestión y reciclado de desechos, la gestión del agua y la movilidad sostenible.

En Suiza, el sector emplea al 4,5% de la población activa y representa el 3,5% del Producto Interno Bruto.

Apuesta por las tecnologías limpias

Sauter es una de las empresas suizas especializadas en tecnologías limpias, es decir, tecnologías destinadas a disminuir el despilfarro de recursos naturales y favorecer el desarrollo sostenible. Se trata de un sector en plena expansión que actualmente representa el 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, es difícil cuantificar el número exacto de empresas que lo conforman, ya que muchas de ellas –por razones de imagen- adoptan un perfil verde.

“El término cleantech está de moda, pero indudablemente el fenómeno al que se refiere tiene futuro. Varios de los grandes problemas que preocupan al mundo –como el cambio climático, los riesgos nucleares, el aumento demográfico y la urbanización– aumentarán la presión para que se adopten tecnologías y fuentes energéticas limpias”, señala Rolf Wüstenhagen, docente en el Instituto de Economía y Ecología de la Universidad de San Gall.

Según la ONU y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es el sector económico que más crecerá en las próximas décadas. Se estima que de aquí a 2020 este mercado facturará más de 3 billones de francos suizos a escala mundial. Y varios países se han subido a este tren.

Competencia asiática

“Desde hace diez o quince años observamos que la riqueza se desplaza de Occidente a Oriente. China y otros países asiáticos disponen hoy de grandes reservas financieras que destinan a posicionarse estratégicamente en los sectores industriales del futuro. Lo refleja también la venta de las empresas suizas Oerlikon Solar y Landis+Gyr, que han pasado a manos japonesas, o de compañías alemanas del sector cleantech que han comprado firmas chinas, coreanas e indias”, explica Rolf Wüstenhagen.

No obstante, el país alpino dispone de bazas para hacer frente a la creciente competencia, según el economista. “En primer lugar, un excelente nivel de formación e investigación científica. Y también capital para invertir en las empresas cleantech, mientras otros países, como España o Italia, tienen que resolver primero sus problemas económicos. Finalmente, la población está muy sensibilizada sobre los problemas medioambientales respecto a países como Estados Unidos o China y respalda el desarrollo de las tecnologías limpias”.

En 2010, el Gobierno lanza un Masterplan Cleantech para fomentar el desarrollo de las tecnologías limpias y contribuir así a que Suiza se perfile como pionera en este sector a escala internacional. El plan no contemplaba medidas concretas.

Con la nueva Estrategia Energética, presentada en 2012, el Gobierno quiere promover ahora las empresas de esta índole –especialmente en materia de energías renovables y ahorro energético– para cumplir la meta del abandono nuclear y reducir a la mitad el consumo energético de aquí a 2050.

En 2012, el Partido Socialista presentó la Iniciativa Cleantech, que pide utilizar fuentes renovables para cubrir al menos el 50% de las necesidades energéticas de aquí a 2030. Según sus promotores, así se generarían 100.000 puesto de trabajo.

Falta de mano de obra…

Con la nueva Estrategia Energética 2050 presentada el año pasado, el Gobierno suizo ha tomado una posición inequívoca a favor de las tecnologías limpias. Paradójicamente, son sobre todo los círculos económicos los que intentan frenar el gran giro energético (abandono nuclear) y la promoción de las energías renovables. Entre ellos figura no solo el lobby de la energía nuclear, sino también asociaciones como la patronal economiesuisse.

“Su resistencia es incomprensible si pensamos que cada año gastamos cerca de 10.000 millones de francos para adquirir petróleo en el extranjero. Además, producir pompas de calor, instalaciones solares y otras mejoras energéticas para los edificios beneficia a muchas empresas suizas y genera empleo”, afirma Nick Beglinger, presidente de la asociación Swisscleantech.

Un obstáculo adicional al desarrollo de las tecnologías limpias es la falta de mano de obra cualificada: solo pocas escuelas superiores ofrecen formación en este campo. “Hasta ahora no existe una carrera propiamente dicha en el ámbito de la automatización de edificios. No nos queda más remedio que organizar cursos de formación con el apoyo de nuestras empresas y asociaciones”, señala Felix Gassmann.

… y de transparencia

Otro de los problemas que enfrentan las compañías del sector es la falta de transparencia. Es difícil determinar cuáles utilizan efectivamente tecnologías limpias. “Estamos reflexionando sobre la posibilidad de introducir un sello de calidad”, agrega Nick Beglinger.

“Una ardua tarea, ya que hay que tener en cuenta no solo la utilización de los recursos en la producción, sino también la eficiencia energética de los productos y del nivel que han alcanzado otras empresas del sector. Además, casi todas las compañías pueden atribuirse, de un modo u otro, la etiqueta cleantech, una panadería, una carnicería o un banco”.

(Traducción: Belén Couceiro)

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