Suiza presente en la Cumbre Mundial del Clima
La Conferencia Mundial sobre el Clima se inaugura en Buenos Aires bajo buenos aupicios: dentro de tres meses, el protocolo de Kioto podrá entrar en vigor.
En la capital argentina, Suiza sostendrá las nuevas medidas de lucha contra los cambios climáticos. Pero, ¿cuál es la situación en casa?
Del 6 al 17 de diciembre, la ciudad de Buenos Aires es huésped de la décima Conferencia Mundial sobre el Clima. Una cumbre que cobra una importancia particular, ya que el Protocolo de Kioto sobre los cambios climáticos entrará en vigor el 16 de febrero del 2005.
Siete años después de su adopción, el texto reunió en efecto a varios países industrializados para adquirir fuerza de ley. Esto gracias a la ratificación por Rusia, que compensa la gran ausencia de los Estados Unidos.
Los Estados que aceptaron jugar el juego de Kioto se comprometen en reducir, entre 2008 y 2012, sus emisiones de gas a efecto de invernadero del 5,2 % con relación al nivel de 1990.
Suiza y la Unión Europea incluso prometieron alcanzar una reducción del 8 %.
Bush hace banda aparte
Durante el gobierno del presidente Clinton, Washington había firmado el texto, pero sin ratificarlo. En 2001, su sucesor Jorge W. Bush retiró la firma estadounidense.
Patrick Hofstetter, miembro de la delegación suiza en Buenos Aires, teme ahora que el segundo mandato del presidente Bush sea marcado por una actitud todavía más negativa de su país en el campo del medio ambiente.
Por eso prefiere no hablar de romper las negociaciones. Para Patrick Hofstetter, éstas deben proseguirse «hasta que los estadounidenses estén dispuestos a sentarse a una mesa con otros países y las ONG para buscar soluciones constructivas».
Espera que a la larga «un movimiento nacerá de las empresas multinacionales, que acabará por forzar a los Estados Unidos para que acepten reglas que habrán sido negociadas sin ellos».
Suiza se afana
La delegación suiza en Buenos Aires es conducida por el ministro del medio ambiente Moritz Leuenberger. Encontrará allí a sus pares y hasta animará una mesa redonda sobre las nuevas tecnologías al servicio de la lucha contra los cambios climáticos.
Para alcanzar los objetivos de Kioto, el gobierno helvético puso en consulta parlamentaria cuatro variantes en el marco de la ley sobre el CO2.
Los numerosos expertos en climatología consideran que Suiza podría alcanzar estos objetivos, pero al precio de grandes esfuerzos. Los helvéticos van a tener que cambiar algunas de sus costumbres.
Cabe recordar que la tendencia desde hace cinco años es la compra de coches con más cilindradas, cada vez más pesados y cada vez más consumidores de carburante. Y hasta ahora nada indica que la población esté dispuesta a cambiar este hábito.
Pensar a largo plazo
A Patrick Hofstetter le gustaría ver a la Confederación comprometerse más. A su juicio, Suiza tiene todavía muy pocas ideas sobre la manera de reducir a largo plazo sus emisiones de gas a efecto de invernadero.
Contrariamente a otros países, todavía no tiene planes en este campo, estima.»Suiza todavía no fijó sus objetivos para el año 2050. Y menos los medios que va a desplegar para alcanzarlos”, juzga Patrick Hofstetter
El Protocolo de Kioto es sólo un principio
Sea lo que sea, el Protocolo de Kioto no bastará para preservar la Tierra de los cambios climáticos. La Conferencia de Buenos Aires deberá pues, contemplar las medidas que deberán ser tomadas más allá del horizonte 2012.
Patrick Hofstetter cuenta con que la reunión sirva para dar a los países participantes «un mandato oficial para empezar desde 2005 las negociaciones para el período 2012-2020».
En esta perspectiva, habrá que tomar en consideración el papel de los países en vías de desarrollo. En aproximadamente diez años, serán ya responsables, en efecto, de la mitad de la producción mundial de gas a efecto de invernadero.
swissinfo, Esteban Strebel
(Traducción: Alberto Dufey)
El verano del 2003 fue probablemente el más caluroso que conociera Europa desde hace 1500 años.
Según un estudio del Instituto Meteorológico alemán, la influencia de la actividad humana aumenta la probabilidad de conocer de nuevo un verano como el del 2003 en los próximos años.
Según las estimaciones de los científicos, las temperaturas medias registradas en la Tierra deberían aumentar entre 1,4 y 5,8 grados de aquí a finales del siglo.
En Suiza, las consecuencias serán particularmente sensibles debido a la fragilidad del ecosistema alpino.
Desde principios del siglo XX, la temperatura media aumentó 0,6 grados en el mundo, y 1,4 grados en Suiza.
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