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Todas las miradas puestas en mí

Una mujer frente a la pantalla de un PC
swissinfo.ch / Michele Andina & Helen James

En la primera entrega de nuestra nueva serie de ciencia ficción, un equipo de investigadores que durante la pandemia de la COVID-19 indaga a fondo vídeos falsos [deepfake] se reúne a espaldas de su nueva jefa y descubre sobre ella algo aterrador que pondrá en peligro la operación y a las personas involucradas.    

Esta es la primera entrega de una serie de historias de ciencia ficción que tratan de imaginar cómo las tecnologías que se investigan en Suiza podrían transformar nuestras vidas.

Reggie tiene problemas para dormir y busca su teléfono. Son las 7:52.

Trabajar desde casa no es su sueño, pero poder hacerlo desde la cama significa que consigue estar lista en tan solo ocho minutos. Ducharse es opcional.

Con un café recién hecho en su mano, Reggie se conecta a distintos sistemas online y echa un vistazo a las instrucciones del día en el Slack. Annabel le ha enviado una lista enorme de tareas, que termina con un “¡No me falles!”.    

Reggie mueve sus ojos con impaciencia. Parece que quiere impresionar. Lleva dos meses y apenas ha hecho un Zoom, pero Annabel es un modelo fantástico a seguir: domina siete idiomas, tiene un currículum impresionante en inteligencia y análisis y –con apenas 30 años– dirige un equipo de desinformación multinacional.     

¿Utopía o distopía? ¿Sueño o realidad? La revolución tecnológica contemporánea nos enfrenta a cuestiones fundamentales sobre el futuro de la humanidad. ¿Las nuevas tecnologías serán aliados nuestros o enemigos? ¿Cómo harán que nuestro papel en la sociedad cambie? ¿Estamos destinados a evolucionar hacia una especie sobrenatural o a ser superados por el poder de las máquinas?  

“Utopías y distopías del mañana” es una serie original de relatos de ciencia ficción creada por SWI swissinfo.ch para intentar responder a estas preguntas de una manera innovadora y visionaria. Gracias a la creatividad de un grupo de escritores de ficción y a la colaboración de investigadores y profesionales que trabajan en Suiza en las áreas tratadas en los relatos, intentaremos imaginar y entender cómo la tecnología podría cambiar nuestras vidas. Cada historia de ciencia ficción irá acompañada de un artículo objetivo, escrito en colaboración con destacados científicos suizos, para así dar a conocer lo que está ocurriendo en algunas de las áreas de investigación más punteras y despertar su imaginación.    

Lo primero en la lista es un presunto discurso que circula por la red de Orban. Tiene buena pinta, pero ¿cuándo un político autoritario ha hecho una invitación a los refugiados? Unos cuantos clics y todo parece apuntar a un conocido grupo de hackers rusos, aunque la verdadera cuestión no es quién sino por qué. ¿Qué podría ganar Rusia con una Hungría más liberal o con un Orban cabreado?   

Reggie enciende su ordenador personal y se conecta a la internet oscura (darkweb). En una sala de chat bien protegida escribe:

Orban liberal/proinmigración en un vídeo falso. ¿Quién gana?

Todavía es demasiado pronto para esperar respuestas, a menos que sus amigos de Asia oriental se hayan interesado de repente por Hungría. Así que es hora de seguir con la lista de Annabel: la batalla contra las #noticiasfalsas (fake news) es interminable.     

Para la hora de comer, Reggie ya ha destapado media docena de vídeos al parecer de políticos de segunda fila que piden una mayor desintegración de la Unión Europea (UE) y ha medio olvidado la pregunta que había lanzado en el chat. No así sus amigos frikis y raritos: el foro de la internet oscura peelthis.onion bulle con la opinión de los hackers detectives.

Desmienten las “huellas rusas” en el discurso de Orban, y los hackers más experimentados que ella alardean sobre quién va más allá. Pero no hay consenso sobre el porqué, y Reggie todavía tiene por delante toda una larga lista de vídeos virales que investigar.

Su conexión a través de Zoom con Annabel sigue dando problemas, así que, tras varios intentos fallidos, vuelve a utilizar el Slack. Reggie nunca entenderá cómo una responsable de tecnología puede arreglárselas para vivir en un piso con un wifi tan espantoso, a pesar de las fantásticas vistas sobre el lago de Zúrich. Pero, a juzgar por el aumento de su carga de trabajo, la jefa parece contenta con el trabajo de Reggie.

Aparece una notificación en su pantalla. ¿Puedes hablar? Es Simon, el que sería su compañero de mesa si no hubieran sido contratados a mitad de la pandemia. Por teléfono, quiero decir.

El teléfono suena antes de que le dé tiempo a responder. “Simon, ¿qué pasa?”.

“¿Sigues trabajando en esas investigaciones que te ha enviado Annabel?”.

“¡Sí! Creo que no voy a terminar nunca”.

“¿Puedes dejarlas por un segundo y hacer el seguimiento de un vídeo que te estoy enviando?”.

“Claro. ¿Qué tengo que buscar?”.

“Eso no quiero decírtelo. Quiero saber si tú ves lo mismo que yo. Simplemente ejecuta tus algoritmos de detección habituales y llámame cuando hayas terminado, ¿vale? Y, por favor, para esto utiliza Telegram”.

*          *          *

Reggie se sienta con la boca abierta y busca su teléfono. “Simon. Es Annabel, ¿verdad? Ella…”.

“¿No es real? Eso es lo que me parece a mí”.

“El código fuente. Es un galimatías. ¿Qué esconde?”.

“Eso es lo que tenemos que averiguar”.

“¿Nosotros? Somos novatos”.

“¿O de un nivel demasiado bajo para que alguien se preocupe? Esto no va a la oficina de ninguna manera”.

Reggie se ríe. “¿Qué oficina? ¿Mi dormitorio?”. Frente a su ventana, las nubes sobre las montañas del sureste amenazan tormenta.

“Esto es serio, Reg. No sabemos a qué nos enfrentamos”.

“Así que vuelta a empezar. ¿Qué sabemos de Annabel? ¿La empresa? Vamos a analizar lo que sabemos y trabajamos a partir de ahí. Se supone que somos analistas, así que analicemos”.

*          *          *

Interfono
Michele Andina – swissinfo.ch

Reggie se pasea por su balcón y lucha desesperadamente por no bajar a la tienda a comprar un paquete de tabaco. Después de tres días procesando y analizando datos las 24 horas del día, Simon y ella han avanzado poco con relación a Annabel. Es evidente que su jefa no existe, pero no llegan a  averiguar quién la ha creado ni por qué.  

Lo que sí saben es que es un juego que viene de muy atrás: “Annabel” tiene una huella online de más de una década. Por eso Reggie ha decidido contactar con la artillería pesada, tanto si Simon está con ella como si no.

Cuando suena el timbre de casa, Reggie sigue a lo suyo. Pero su cerebro registra en la llamada un patrón de código morse, un SOS que la lleva hasta el portero automático. La pantalla muestra a un hombre con gafas de sol y mascarilla quirúrgica. La pandemia hace que no pueda identificarlo.

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“¿Hola?”.     

“Sra. Neubauer, soy del Servicio de Inteligencia. ¿Me podría atender un momento?”.

“¿El Servicio de Inteligencia?”

“Se trata de su foro. ¿Me deja subir?”

*          *          *

Cuando el fantasma sale de su casa Reggie cierra la puerta y, por primera vez desde que se ha mudado a este piso, echa los tres cerrojos. Aunque esto no hace que se sienta más segura.

El Sr. Brunner –si es que ese es su verdadero nombre– antes de exponer su punto de vista, ha divagado sobre la neutralidad suiza. Reggie todavía no sabe si realmente los suizos son neutrales o es que están molestos por no formar parte de la banda de los Cinco Ojos. Lo único que sabe es que ha tocado un tema duro.  

un hombre con gafas y mascarilla en una pantalla
Michele Andina – swissinfo.ch

“Sus actividades en internet han llamado mi atención a raíz de un posible solapamiento con una de mis áreas de interés. Usted analiza los vídeos falsos, deepfake, ¿es así?”, le ha dicho.

“Sí, así es”.

“Y sus actividades en la internet oscura, ¿no están sancionadas por su empresa?”

“¿Internet oscura?”

“No crea que soy tonto. Usted ha estado haciendo preguntas, ¿verdad?”. El Sr. Brunner la mira con sus ojos azul claro y le dice: “Le recomiendo que lo deje”.

Vuelve a escuchar la conversación mentalmente y busca en el chat pistas sobre las teorías de la conspiración que había descartado anteriormente. Sigue los rumores que los Q-Anon [una de las principales teorías de la conspiración de la extrema derecha estadounidense, que habla de una supuesta trama secreta contra Donald Trump] hacen con vehemencia, su equipo recopila informes de investigación. Incluso la propia empresa de Reggie está financiada por empresas fantasmas que operan en mercados offshore favorecidos por las agencias de inteligencia angloamericanas. Y escribe:

¿Sabemos algo sobre los deepfakes que el Servicio de Inteligencia no quiere que sepamos?

Las respuestas llegan volando, pero solo una llama su atención.

BrunBear [El oso Brun]: Veo que no tiene por costumbre seguir consejos. Le dije que desistiera…

Por detrás, escucha gritos y golpes que le dicen que lo deje.


Kate Walker es una periodista británica freelance que ha cubierto deportes de motor para medios como The Financial Times, The New York Times y ESPN. Tiene como hobby escribir ficción.

¿Cómo de real es la historia que acaba de leer? Dos de los principales expertos en deepfake de Suiza explican por qué cada vez es más fácil engañar al ojo humano y difundir desinformación a través de vídeos falsos:

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Traducción del inglés: Lupe Calvo

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