‘Bésame’ también muestra una realidad social
La obra nos transporte a dos épocas distintas que se entrelazan entre sí, para marcar el ayer y el ahora de la migración en Suiza.
En las escenas de la Suiza actual, se muestran los prejuicios de algunos contra la comunidad inmigrante.
La historia se sitúa en el poblado de Müntschemier en 1872, poco antes de que el protagonista principal, ‘Fred’, decida partir a Estados Unidos.
La situación se desarrolla en exteriores, en los campos de cultivo, afectados por las constantes inundaciones del río Aare y que hundían a la región del ‘Mitteland’ bernés en la miseria, hace más de 130 años.
Hoy, una tierra próspera
En contraposición aparece el Müntschemier de hoy, un pueblo bernés de tierra próspera y en la que la agricultura juega un papel destacado, en la región conocida como la de los tres lagos, los de Murten, Neuchâtel y Biel.
Un pueblo con unos 1.200 habitantes, de los que unos 300 son extranjeros, nos comenta Jaime Richard, un joven español de veinte años de edad, quien vive desde los 5 años de edad en Müntschemier y quien participa en la obra de teatro.
Juega sendos papeles en la parte del pasado y del presente de la obra. Es un marino, también español, en el barco que cruza el Atlántico, con decenas de emigrantes que buscan en las nuevas tierras una vida mejor.
Una escena, tal vez la más emotiva de toda la obra, en el que el vestuario, la iluminación, la música, las voces, los cantos y el olor al aceite que queman las lamparillas, nos transporta a ese prolongado viaje de más de diez semanas para alcanzar la «tierra prometida».
«Aunque escondido, el racismo existe»
En la parte de la Suiza actual, Richard actúa como miembro de la mano de obra extranjera que trabaja en los campos de Müntschemier, como lo hacen muchos inmigrantes de la Suiza de hoy, y como lo hicieron sus abuelos cuando llegaron a este país en busca de trabajo.
En la obra, «para mí es verdaderamente importante que las personas vean que hay la inmigración, que también existe en nuestros días y que vean que también, aunque escondido, el racismo también existe», dice a swissinfo.
En escena, un grupo de cabezas rapadas en Müntschemier, verdaderos enemigos de la población inmigrante, incendian una casa y golpean al joven español.
Una escena, que admite Richard, no se produciría en la realidad en su pueblo. «En Müntschemier nunca ha habido un incendio provocado por racistas, pero, por ejemplo, cuando yo fui a la escuela yo he tenido bastantes situaciones en las que las personas verdaderamente me han demostrado que no soy suizo y que no estoy en el grupo de los suizos. Y eso es algo muy duro para unos niños y esa experiencia muy dolorosa se me ha quedado para toda la vida», testimonia.
Una experiencia dolorosa que sólo con apertura y conocimiento del pasado, como indica el director de la asociación de teatro de Müntschemier, se puede evitar y en la que contribuciones culturales y sociales como la realización de ‘Bésame’ sirven de motor de integración para los propios suizos y la comunidad extranjera.
swissinfo, Patricia Islas Züttel
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