«Cine y fútbol, mis dos grandes pasiones»
Dos horas después que comenzara la venta electrónica de los billetes para su próximo estreno, las entradas ya se habían agotado. 'Sueños de campeón' de Norbert Wiedmer y Enrique Ros, se anticipa, antes de nacer, como un éxito de la cinematografía documental nacional.
“Tal vez ese fenómeno se deba a que para mucha gente, como para mí mismo, el fútbol y el cine constituyen dos pasiones muy profundas, que hacen vibrar y conmueven”, señala Enrique Ros iniciando la entrevista con swissinfo.ch.
Ros, realizador suizo-hispánico, profesor universitario de lengua española, transita en esta realización su tercer trabajo cinematográfico, luego de “La Mallorquina”, su primogénita, y de su colaboración en la laureada “Sounds & Silence” (El sonido del silencio), presentada el año pasado en el Festival de Locarno.
“Fue justamente a partir de ese film que inicié una colaboración profesional con Norbert Wiedmer, un grande de la cinematografía nacional”, con quien ahora, en dúo, realiza “El sueño de ser campeón”.
Que es muy simplemente la historia, “vista y filmada desde dentro” de la última campaña de Young Boys (YB), popular club capitalino que luego de 24 años arañó el campeonato en la temporada 2009-2010 que concluyó en mayo pasado.
Habiéndolo perdido en la última fecha, en la finalísima con su gran rival el Fútbol Club Basilea, luego de haber mantenido la punta de la clasificación, casi sin rivales, durante más de medio año.
“Justo el tiempo que seguimos la vida cotidiana de YB, documentando con la cámara todo lo que se vive en el club. Desde los jugadores, técnicos y dirigentes, hasta el personal del “Estadio de Suiza Wankdorf”, pasando por múltiples estados de ánimo durante una temporada en la que el triunfo estuvo al alcance de la mano”, explica Ros.
“No pienso que la derrota final conspirara con nuestro film. A nivel cinematográfico, muchas veces, el perdedor es el más interesante”, reflexiona.
Génesis de un “hijo de la casualidad”
“Nuestro film es el hijo de las circunstancias, de lo imprevisto, casi un producto secundario de otro proyecto previo”, explica el realizador.
Quien recuerda que junto con Wiedmer impulsaban un proyecto a largo plazo de un documental sobre “los nuevos estadios en Suiza, donde se mezcla deporte, ocio, negocios, vidrieras… reflejo sociológico de una sociedad posmoderna que parece no conocer fronteras”.
Pero todo derivó rápidamente, casi espontáneamente. Y llegó la propuesta de los directivos de YB, de hacer un film sobre el club capitalino que estaba ya viviendo un muy buen momento deportivo. Y movilizaba activamente los sueños de miles de espectadores, recuerda.
“Pensamos entonces en realizar algo simple, un DVD. Recuperar la inversión de tiempo y recursos que habíamos hecho, elaborando un producto de difusión mediana”, acota.
Sin embargo, lo fortuito, muchas veces, va mucho más allá que cualquier proyecto rígido, pre-programado. “Y aún antes que estuviera concluida la primera copia, un gran festival de cine al aire libre de Berna propuso proyectarlo en una primera mundial en la capital. Una verdadera excepción ya que la prioridad de ese *Open* son las ficciones internacionales exitosas y no documentales en producción”, subraya.
Todo se aceleró desde entonces, con nuevas exigencias técnicas y financieras “a las que tratamos de responder sobre la marcha, producto de las circunstancias”, explica Ros.
Quien no esconde su sorpresa al constatar el interés del público –que agotó la preventa para el estreno de agosto- y de la prensa, que sin siquiera una campaña de comunicación planificada dedica ya importantes espacios a “El sueño de ser campeón”.
El alma humana a través del deporte
El film empieza entonces a existir como una “producción para nada ortodoxa, en cuanto a su génesis, su proyecto, el financiamiento que no contaba con recursos públicos, medios técnicos empleados…
Pareciera que la expectativa de la gente desborda nuestro propio proyecto inicial”, enfatiza Ros que no disimula el “peso de esta nueva realidad, y el desafío que representa no decepcionar totalmente dichas expectativas”.
Lo que buscamos, insiste, es una mirada documental, con cierta distancia, pero cercana a los protagonistas, auténtica y directa, sin pretender jugar con las emociones, sin convertirla en una película sobre los hinchas.
“Tampoco pretendemos hacer explotar bombas informativas, ni acudir al sensacionalismo… Buscamos presentar lo que se ve y se vive dentro de un club de fútbol con ambiciones. Apelamos a la perspectiva desde el banquillo. Nuestro campo visual comienza allí y se mueve entre la cancha y el vestuario como eje toral.
Con poco despliegue técnico, con modestia, pero con la pretensión de hacer algo técnicamente bueno, también a nivel de sonido. Nos sentíamos pequeñitos en la finalísima con nuestra cámara al lado de una logística impresionante de la televisión para cubrir ese evento” recuerda Ros entre sonrisas. Sin duda “la fuerza de la nuestra película debía estar en otra parte y no en los recursos técnicos”.
Así, a través de los más de 95 minutos de proyección, desfilarán todos los aspectos del alma humana en movimiento, de ese crisol multinacional de razas, religiones y lenguas, llegadas de Europa, América Latina y África que se entremezclan en el vestuario.
Y también la complejidad propia de estructurar un equipo cuando existen una veintena de proyectos personales y la competencia lógica de dos o tres jugadores por puesto.
La cotidianeidad, desde adentro y con respeto, de un proyecto futbolístico atravesado por la convivencia humana salpicada de la unidad en la diversidad, concluye Ros.
Este tercer fin de semana de julio se abrirán de nuevo los estadios de Suiza. El fútbol volverá a imponerse en los terrenos helvéticos luego de la pausa mundialista estival. Y enseguida, se levantará el telón de la gran escena capitalina al aire libre.
Y se estrenará “El sueño de ser campeones”, una hija de la casualidad, un “producto” no-ortodoxo, el deporte vivido desde adentro hecho imagen. Con el banquillo y el vestuario como punto de perspectiva. Con la cámara recorriendo lugares “prohibidos” para el gran público. La clave, tal vez, del éxito ya anunciado.
Sergio Ferrari, swissinfo.ch
Enrique Ros nació en 1955 en Berna, hijo de inmigrantes catalanes.
Realizó estudios superiores en Berna, Zaragoza y La Sorbona (París).
Obtuvo su doctorado en la universidad de la capital suiza.
Docente de Lengua, Cultura y Literatura Ibérica.
Realizó una formación complementaria en el 2005-2006 en la ECAM (Escuela de Cinematografía y Audiovisual de Madrid) y en el Instituto del Cine de Madrid.
Su primer documental, “La Mallorquina” (52 minutos) fue presentada en diferentes festivales nacionales y extranjeros entre ellos el de Monterrey (México) y Cádiz (España).
Norbert Wiedmer, nació en 1953 en Berna.
Realizó estudios de Cine y Televisión en París y Múnich.
Desde 1982 trabaja como autor, realizador y productor cinematográfico independiente.
Ese mismo año fundó “Biograph Film” una firma productora.
Ha realizado o coproducido una docena de películas. Muchas de ellas obtuvieron premios nacionales o internacionales. Colaboró profesionalmente con grandes nombres del cine helvético y mundial.
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