Galardonada profesora busca nacionalidad
Nieta de colonos suizos en Concepción, Chile, y de una condesa rusa, Regina Mussar Schazmann espera a sus 81 años recuperar su nacionalidad suiza.
Para ello aguarda con ansiedad la nueva ley sobre la nacionalidad suiza y sigue de cerca el proceso previo a la votación del próximo 26 de septiembre.
Galardonada profesora de música e idiomas, Regina es invitada permanentemente a las reuniones sociales no sólo de la colectividad suiza en Concepción, Chile, sino también de la francesa, de la cual es miembro honorario.
De gran memoria, a sus 81 años, la alegría de vivir y la coquetería son parte de la identidad de Regina Mussar Schazmann. Cuando en Concepción se le nombra, ella es sinónimo de alegría, juventud y recuerdos.
Estos son sólo algunos de los ingredientes de su fuerte carácter y sensibilidad que la hacen ser una mujer querida y permanentemente premiada por su labor en la música y la enseñanza de idiomas.
Esta mujer tiene sus ancestros suizos en los cantones de Argovia y Ginebra. Sus abuelos por parte materna llegaron como colonos a fines de siglo pasado, en 1888, y volvieron a Suiza para contraer matrimonio en una ceremonia familiar, retornando después a su nueva patria, Chile.
Su padre nace en Bienne y obtiene el título de ingeniero agrónomo, pero se desempeña como traductor entre los años 1914 al 1918. El dominio del ingles, francés, ruso y alemán le permiten esa actividad.
Espíritu suizo
Regina recuerda detalles y costumbres de sus ancestros suizos, pese a vivir sola en una casa donde su única compañía está en las paredes: fotografías enmarcadas en blanco y negro que mantienen la presencia de abuelos y padres.
«Ellos me enseñaron que una mujer debe ser luchadora, buscar su destino y conservar las dotes de sus antepasados. Por ejemplo, el amor por la música heredado me permitió vivir como instructora de piano y violín además de canto lírico», cuenta a swissinfo.
La nacionalidad suiza se lleva en la sangre
Domina el francés y el ingles, es por ello que entre sus viejos libros hay textos en esos dos idiomas. Además de banderas chilenas y suizas, que a su juicio confirman que «la nacionalidad es importante mantenerla, jamás se pierde…»
Frase que sus abuelos le entregaron a su madre y que ella recuerda con tristeza por no contar con la nacionalidad suiza, luego de perderla en el momento de casarse con un chileno y no dar aviso correspondiente a la embajada.
«Pese a ese error me siento suiza y chilena a la vez. Así es como se me reconoce en la zona, aunque lo importante es cómo uno se siente con la nacionalidad, no como lo confirmen los papeles», dice.
Herencia suiza
De su abuelo suizo recibe una herencia que recuerda con especial afecto y cariño. «Invité a mi hermana a París, porque sabía que era más barato que Suiza. Pero desde allí viajamos a Ginebra para retirar el dinero del banco», relata.
Y se lo trajeron escondido en los zapatos. «Nos habían indicado que debíamos pagar altos impuestos al momento de sacar el dinero de Suiza, y era lo que queríamos evitar. Eso fue el 1 de junio del año 1948, fue la primera vez que fui hasta mi patria», cuenta entre risas.
«Tengo los más bellos recuerdos de los familiares de mi abuelo suizo, que nos atendieron y llevaron a conocer lugares que hasta el día de hoy recuerdo de Ginebra y Berna, Valais, Lausana».
Reina en Ginebra
La familia de su abuelo, de apellido Shazmannn, era conocida y respetada en la zona. Él fue ministro de Suiza en París. «Imagínese yo interpretando en piano a Bach y Beethoven en plena ciudad de Ginebra, en ese momento yo fui una reina».
De aquellos momentos de alegría aún conserva una vieja caja de madera traída en aquel viaje, donde permanecen unas postales amarillentas que ella misma envió.
Regina trabajó en Chile en la Alianza Francesa y el Instituto Chileno Norteamericano, entidades que aún la invitan a diferentes celebraciones.
Es que tiene una memoria que les permite a los participantes de eventos sociales llegar a conocer con detalles situaciones ocurridas en el pasado al interior de su colonia.
«Por todo lo que me ha pasado y por lo que la gente me quiere, es que me siento una mujer feliz. Este 1 de agosto, la directiva de la colectividad me ha destacado con premios y regalos por ser una de las más antiguas», afirma con una expresión de alegría de sus profundos ojos azules y su voz pausada con modulado acento francés.
Una condesa rusa por abuela
Por sus venas también corre “sangre azul”. Su estatura, sus modales, su elegancia la hacen ser una mujer notable. Y tiene motivos: su abuela fue una descendiente de los zares en Rusia, fue una condesa con nombre y apellido, era de lo que su padre, Albert Nicolás Mussard Tschoulepnikobb, le contaba con orgullo.
Ella es feliz conversando con la gente. En esta ocasión siente orgullo de ser descendiente de suizos y muestra a swissinfo una galería de fotos que cubren una pared completa de toda su familia suiza y chilena y una colección de chapas entregadas en cada aniversario del 1 de agosto.
Y finalmente se despide, con una sonrisa que no demuestra su edad y menos que ha vivido los últimos 40 años de su vida sola.
swissinfo, Nelson Muñoz, Concepción
Regina Mussard es una de muchos helvetas del extranjero que no pierden la esperanza de recobrar la nacionalidad suiza.
Sus abuelos por parte materna llegaron como colonos a fines de siglo pasado, en 1888, y volvieron a Suiza para contraer matrimonio en una ceremonia familiar, retornando después a su nueva patria, Chile.
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