Los tesoros del casco antiguo de Sion
En un recorrido por el centro histórico de Sion, con sus calles angostas y empedradas, se descubren las obras de arte que esta ciudad alberga.
Arquitectura renacentista, trabajos de ebanistería fabulosos, tesoros arqueológicos y delicias gastronómicas -entre otros muchos atractivos-, seducen al curioso. La Oficina de Turismo de Sion ofrece visitas guiadas en español.
Dirigirse a Sion, ya sea en automóvil o en tren, resulta un fascinante recorrido que se abre en un valle custodiado por maravillosos paisajes alpinos.
En las verdes laderas emergen las famosas viñas del cantón del Valais, el mayor productor de vino de Suiza, irrigadas por las aguas que descienden de los glaciares y, tierra abajo, decoradas con el cauce del río Ródano.
A tan solo unos 160 kilómetros de Berna, Sion es un punto turístico del Valais poco visitado en comparación con el interés que despierta, por ejemplo, el famoso Monte Cervino (Mattherhorn) u otros picos alpinos, convertidos en las mayores atracciones del paisaje valesano.
No obstante, vale la pena hacer un alto en Sion y conocer el encanto de su casco viejo, los restos del Castillo de Tourbillon y la Iglesia-Fortaleza de Valére, denominada en 1987 como Basílica por el Papa Juan Pablo II.
Murallas sucesivas
La Oficina de Turismo de Sion -que se encuentra en la Plaza de la Planta (a diez minutos a pie de la estación de tren)- ofrece visitas guiadas en español, que deben reservarse con antelación.
swissinfo inició el recorrido justo allí, en compañía de la guía, Isabel von Roten:
«La Plaza de la Planta siempre fue una plaza importante que estuvo fuera de la ciudad, fuera de sus murallas» -introduce- y es que Sion «vivió detrás de sus muros durante una época muy larga».
«Tuvo tres murallas sucesivas. La última de ellas fue construida en el siglo XII y destruida a partir de 1830 por cuestiones sanitarias. No había mucha higiene y se dice que había olores pestilenciales.»
Torre de los Brujos
A finales del siglo XVIII, «Johann Wolfgang von Ghoete decía que cuando se acercaba a Sion por el valle veía esas dos colinas imponentes con sus castillos. Pero cuando se aproximaba, el olor era tan espantoso que el encanto desaparecía de inmediato».
Von Roten, antes de abandonar la Plaza de la Planta señala el suelo con el dedo: «Ve la diferencia de colores en el pavimento, es para marcar una torre de guardia de la última muralla de Sion, que atravesaba aquí.»
Uno de los pocos vestigios de la otrora ciudad amurallada es la Torre de los Hechiceros, en donde, dice Von Roten, los métodos de tortura hacían «confesar» a aquellos reprobados por la mano de la Iglesia.
La peculiar belleza de la catedral
De estilo gótico tardío es la Catedral, situada ya dentro del asentamiento fortificado.
«Estamos frente a la catedral dedicada a la virgen Nôtre-Dame du Glarier; ‘glarier’ (en francés) quiere decir, los pequeños sedimentos que vienen de los ríos que bajan de las montañas y que se acumulaban acá en la ciudad.
«Todas las poblaciones estaban edificadas sobre los conos de aluviones de los distintos ríos, porque no hay que olvidarse que en las épocas antiguas toda la llanura era un pantano, hasta el siglo XIX. Todas las poblaciones se localizaban sobre los conos de aluviones. Aquí se encuentra el cono del aluvión de la Sionne», describe Von Roten.
La edificación que hoy apreciamos de Nôtre Dame du Glarier es calificada por algunos como la «mas joven» de las catedrales medievales de Suiza.
Se encuentra sobre la base de la iglesia romana anterior, aunque existieron aquí templos mucho más antiguos.
El campanario del siglo XII
De la construcción del siglo XII aún permanece el magnífico campanario.
Destruida a causa de los combates que allí tuvieron lugar, fue vuelta a edificar a finales de la Edad Media por el obispo Walter Supersaxo (1457-1482), quien ha quedado en la historia del Valais por haber logrado retomar de los Saboya un territorio del Valais occidental, considerado patrimonio antiguo de la Iglesia de Sion (1475).
Sobre la torre, Von Roten agrega: «Como usted puede ver tiene almenas y es como una torre fortificada, pero todo lo demás es de estilo gótico, pero no es un gótico que usted ve en Ginebra, París o Lausana, sino un gótico adaptado a condiciones climáticas muy rudas, o sea que es algo muy macizo y mucho más bajo.»
Su interior es imponente, con su sillería de 1622 y el tríptico central cuyas figuras de alto relieve en la parte media datan de finales del siglo XV. El tesoro de la catedral, que se conserva en el Museo Episcopal, también invita a hacer un espacio al visitante para admirarlo.
La residencia Supersaxo
La siguiente parada: «Estamos en la casa de Supersaxo, construida por George Supersaxo entre 1503 y 1505, cuando él era el hombre político importante en Sion y en el Valais.»
«George Supersaxo era el hijo de Walter Supersaxo, el que echó a los franceses. En la época, los curas tenían hijos, se casaban. pero una vez que eran obispos no podían tener mujer», inicia la descripción de Von Roten.
Nuestra mirada se fija en el techo de una de las habitaciones, pues en ella se encuentra una obra maestra de la ebanistería suiza de la época barroca. La guía contextualiza:
«Goerge Supersaxo era un gran admirador de los artistas, de la gente de letras y cuando quiere construir su casa quiere que sea la más bella de toda Sion. Hace venir a un artista italiano de Como, un tallista muy conocido en la época, que ha firmado su obra».
«Este cielo raso se presenta como un rosetón central en medio de un campo cuadrado, cada esquina de éste está ocupada por un rosetón más pequeño. A ambos lados están estas dos bandas rectangulares, cada una dividida en artesones, ocupados por rosetones. Si usted se fija bien, todos son distintos.
La escena de la Natividad
«En el rosetón central se encuentra la escena de la Natividad, trabajada en relieve y policromada, que aparece en Italia en el siglo XV. (…) Alrededor de la Natividad como haciendo una guardia se ven los bustos de los Reyes Magos, de los apóstoles y algunos profetas del Antiguo Testamento, como Moisés con los dos cuernos.»
Von Roten advierte que estamos en un edificio civil, aunque el tema religioso está siempre muy presente.
«Todo lo largo del cielo raso se ve una inscripción en capitales romanas y doradas que es una abreviación cronológica de la historia del mundo.»
Empieza mencionando la creación de Adán, el diluvio, el nacimiento de Abraham, el Reino de David, la cautividad de los judíos, hasta llegar al nacimiento de la Virgen María y el de Jesús, para concluir con estas palabras:
«El santo nacimiento de esta casa, 1505, construida por George Supersaxo bajo el reino de Matteo, quien era Matthieu Schiner, el obispo de la época», lee al detalle Von Roten.
Se trata, agrega, de «las dos grandes personalidades que marcaron la época del Renacimiento en el Valais: George Supersaxo, el hombre político de la época, y Matthieu Schiner, el obispo, el hombre eclesiástico».
Continúa en MAS SOBRE EL TEMA: ‘Sion, «la ciudad más antigua de Suiza»
swissinfo, Patricia Islas Züttel
De julio a septiembre, los martes y los jueves recorridos en un trenecito con guía en francés. Adultos: 8 francos, niños 4.
Los sábados, visitas a pie, también en francés, con tarifa única de 7 francos.
Y con previa reservación se puede solicitar el servicio de guías en español.
Para grupos hay visitas organizadas en francés, alemán, inglés, italiano, holandés, japonés, ruso y español.
– Una hora de visita guiada para grupos menores de 25 personas cuesta 90 francos.
– 90 minutos: 110 francos;
– 2 horas: 130 francos;
– 2 horas y media: 150 francos;
– 3 horas: 170 francos, y
-la jornada completa: 300 francos.
Información y reservaciones:
Oficina de Turismo de Sion
Place de la Planta, 1950 Sion
Tel: 00 41 27 3 27 77 27
(llamando desde el interior de Suiza: 027 3 27 77 27)
info@sionturism.ch
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