Dos gigantes suizos crean los aromas del mundo
Dos empresas helvéticas concentran entre el 30 y 40% del mercado global y se erigen como las principales creadoras de olores y sabores del orbe. ¿Por qué Givaudan y Firmenich son tan exitosas?
Están presentes en prácticamente en todos los sitios. Son el origen de muchos de los sabores de los alimentos que consumimos, de los perfumes que utilizamos y de los productos de limpieza que utilizamos en la vida diaria. Ambas compañías son suizas y se fundaron en 1895. Givaudan en Zúrich y Firmenich en Ginebra.
Pero las similitudes terminan aquí. Givaudan es una empresa pública que cotiza en el mercado de valores suizo y que ha crecido tras una serie de adquisiciones de otras compañías. Firmenich, en cambio, se ha expandido a través del crecimiento interno y se ha mantenido como una empresa privada de estatus familiar.
El año pasado, ambas firmas recibieron un golpe con la apreciación del franco, pese a lo cual Givaudan registró ventas por 3.900 millones de franco suizos (4.140 millones de dólares) y Firmenich facturó 2.780 millones de francos.
“Y ambas consagraron una parte importante de sus ingresos a la inversión”, afirma Marc Roesti, experimentado consultor de Mont Blanc Beauty Concept, basada en Winterthur. A su juicio, se trata de empresas que “emplean a ganadores de premio Nobel en su plantilla y basan su trabajo en investigaciones del más alto nivel. Todo esto se llama swissness –son muy buenas en lo que hacen y tienen ventajas competitivas”.
Peter Wullschleger, jefe de relación con los inversores de Givaudan, lo explica de forma aún más contundente: “Todo el mundo come, bebe, limpia su casa y se asea, y éste es el 80% de nuestro negocio. La única parte de la operación que responde a periodos cíclicos corresponde a la perfumería de lujo. Por ello, los malos tiempos económicos para nosotros no constituyen un problema mayor”.
Investigación
El año pasado, Givaudan invirtió el 7,5% de sus ventas (294 millones de francos suizos) en investigación y desarrollo (I+D). Firmenich destinó el 10% de sus ventas, aunque no reveló una cifra exacta. Ambos grupos desarrollan una labor de investigación de fragancias a gran escala en Suiza: Givaudan desde Dübendorf (en las afueras de Zúrich) y Firmenich, en Ginebra.
Una de las claves para la creación de perfumes innovadores y para mantener la ventaja frente a la competencia reside en que ambas empresas, a menudo en colaboración con instituciones académicas como la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETHZ), enfocan sus esfuerzos en la elucidación estructural y la síntesis de moléculas destinadas a la creación de nuevas fragancias.
Alberto Morillas, perfumero responsable de fragancias superventas como ck1 o Flower de Kenzo, señala a swissinfo.ch que “la calidad de los ingredientes es esencial, sin importar si son extractos naturales de altísima calidad o moléculas sintéticas innovadoras”; algunas, por cierto, destinadas exclusivamente a los creadores de perfumes de Firmenich.
Con respecto a las moléculas sintéticas precisa que en torno a ellas existe una actividad dual. Se desarrollan como ingredientes para vender a cualquier otra empresa interesada, o se elaboran como productos hechos a medida que solicita algún cliente específico. Una actividad de la cual Givaudan y Firmenich han hecho todo un arte.
Marc Roesti cita como ejemplo a hedione, un aroma químico desarrollado por Firmenich para reforzar la nota de frescor de un perfume. Un ingrediente que fue utilizado en el ck1 y que fue fabricado por solicitud expresa de Coty Inc.
“Por sí mismo, hedione no tiene ningún olor, pero cuando se mezcla con aromas cítricos, se obtiene un resultado más fresco, que ha sido usado en muchas fragancias. ck1 ha aprovechado bien esta sustancia y como la patente es de Firmenich, se ha hecho un maravilloso negocio alrededor de la misma”, subraya Roesti.
El consultor sugiere que ambas compañías pierden oportunidades de negocio al tener divididas sus actividades de fragancias y sabores.
“No hay comunicación entre estas dos divisiones, a pesar de que existe un campo de intersección en el que, de poner a trabajar a los perfumistas con los expertos en creación de sabores, observaríamos resultados hasta ahora desconocidos. Algo que no vemos en el presente”, precisa. “Pero tal vez el negocio de los cosméticos naturales sería demasiado grande para considerarlo como un nicho adicional para estos grandes jugadores”.
Multinacionales unidas
Aunque importante, la I+D es solo una parte de la ecuación y las dos compañías se han enfocado en convertirse en jugadores globales también por otras vías, como la expansión geográfica. Givaudan tiene subsidiarias en 45 países y Firmenich presencia en 64 países.
“Esta industria funciona de tal forma que las dos compañías son competidoras, pero también cada una es cliente de la otra. Esto se debe a que cada grupo tiene sus propias especialidades y es un sector muy unido”, explica Roesti.
“No puedes atender las necesidades de Procter & Gamble, Unilever, Nestlé o Danone si no eres un jugador global en términos operativos. En cada gran mercado hay centros de desarrollo, producción, ventas y marketing”, añade.
Wullschleger describe a Givaudan como “muy conectada” con sus clientes, con quienes ha ampliado su red multinacional a través de sociedades conjuntas (joint ventures), especialmente en los mercados emergentes.
“Hemos construido nuestro sistema multinacional junto con clientes nuestros que atienden a los mercados emergentes. Por ejemplo, Nestlé, que tenía interés por ampliar su operación en China; o Procter & Gamble, que estaba interesado en Latinoamérica. Decidimos ir con ellos porque las preferencias, en términos de sabores y aromas, son muy locales. No puedes hacer un té verde instantáneo para los consumidores chinos fuera de China. Esto tienes que hacerlo en China”, puntualiza.
Franco y fragancias
Roesti sugiere que los elevados costos asociados a la apreciación del franco suizo en tiempos recientes fue la razón por la cual el año pasado Givaudan desplazó una de sus fábricas de Zúrich a Hungría. Wullschleger opina que fue, más bien, la decisión estratégica de reubicar una vieja planta en un nuevo mercado cercano a Europa del Este.
No obstante, Wullschleger reconoce que construir una nueva planta en Suiza en el presente habría sido “muy caro y un error en términos de ubicación geográfica, ya que se trata de una planta destinada a la producción… y ésta puede realizarse en cualquier sitio”.
“No quiero desestimar el problema del franco suizo. Pues cuando consolidamos las cifras en francos suizos hemos perdido mucho dinero, pero es solo un problema de conversión (de una divisa a otra) y no un problema de operación, porque producimos muy poco en Suiza”, precisa Wullschleger.
“La producción está distribuida alrededor del mundo, por lo que los costos e ingresos son competitivos. No hay impacto real sobre los márgenes… (el franco) no nos resta competitividad”.
Givaudan
Fundada en 1895 en Zúrich Ventas totales (2011): 3.900 millones de francos
Facturación de fragancias (2011) 1.830 millones de francos
Facturación de sabores: 2.080 millones de francos
Ventas por región:
Europa, África, Oriente Medio, representan el 40%; Asia Pacífico el 26%; Norteamérica el 22%; Latinoamérica el 12%.
Plantilla: 8.913 empleados (el 17% en Suiza; el 29% en Europa, África y Oriente Medio; el 21% en Norteamérica y el 12% en Latinoamérica).
Subsidiarias en 45 países; 27 centros de creación de fragancias; 36 centros de creación de sabores, 33 sitios de producción.
Firmenich
Fundada en 1895 en Ginebra
Ventas totales (junio 2011): 2.780 millones de francos suizos
Porcentaje del mercado global: 14%
Empleados: más de 6.000 y presencia en 64 países
45 centros de producción en el mundo: 26 plantas manufactureras
3 centros de I+D (Ginebra, Princeton y Shanghái).
Patentes en vigor: más de 1.850
Facturación en 2011
Givaudan, Suiza: 3.900 millones de francos
Firmenich, Suiza: 2.780 millones de francos
IFF, EEUU: 2.690 millones de francos
Symrise, Alemania: 1.900 millones de francos
Takasago, Japón: 1.390 millones de francos
Mane SA, Francia, 684,6 millones de francos
Sensient Flavours, EEUU, 600,2 millones de francos
T. Hasegawa, Japón, 542,3 millones de francos
Frutarom, EEUU, 502 millones de francos
Robertet SA, 448,35 millones de francos
(Fuente: Leffingwell & Asssociates)
(Traducción: Andrea Ornelas)
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