‘Mea culpa’ del UBS ante el Senado de EEUU
"Nos disculpamos y haremos lo necesario para que no se repita", afirma el banco suizo, ante el ya innegable escándalo de fraude fiscal en el que el UBS encubrió a una larga lista de acaudalados clientes.
El líder de la banca helvética suministrará información al fisco estadounidense, pese a lo cual conservará intacto el secreto bancario.
El escenario que enfrenta hoy el UBS en Estados Unidos no es sencillo: tiene registradas alrededor de 19.000 cuentas de clientes de aquel país, con un valor aproximado de 18.800 millones de francos suizos, cuya existencia jamás fue notificada al fisco.
El problema es, pues, que jamás han pagado los impuestos que les correspondían por la riqueza financiera generada, concluyó este jueves (17.07) el Subcomité de Investigaciones del Senado de Estados Unidos, presidido por Carl Levin.
El UBS y su homólogo de Liechtenstein, LGT, son protagonistas en el caso, porque fueron las entidades encargadas de promover inversiones en paraísos fiscales en el extranjero y las que omitieron enviar información al respecto al fisco estadounidense.
Un escándalo de fraude fiscal que estalló hace cuatro semanas (16.06) y que este jueves se tradujo en un encuentro entre el UBS y el Subcomité de Investigaciones del Senado que arrojó sorpresivas acciones:
1) El ‘mea culpa’ del UBS, que en voz de Mark Branson, director financiero de la Unidad de Banca Privada, se «disculpó y comprometió a tomar las medidas necesarias para que la situación no se repita».
2) La cancelación de todas operaciones ‘off shore’ (servicio de banca y mercados desde el extranjero) para clientes estadounidenses.
Sin embargo, y aunque el UBS luciría como el perdedor natural de la primera batalla contra el fisco estadounidense, el gigante suizo consiguió preservar intacto su secreto bancario.
Dos tipos de clientes
De cara al expediente de impago multimillonario de impuestos, el UBS busca a toda costa preservar la confidencialidad de su clientela.
Para ello, decidió tomar ‘el toro por los cuernos’ y dividir a sus clientes estadounidenses en dos grupos.
«Estamos trabajando junto con el gobierno de Estados Unidos en la identificación de clientes que podrían haber cometido fraude fiscal, para separarlos de aquellos que operan y tributan normalmente», afirmó Mark Branson al comparecer ante el Senado de EEUU.
Todo cliente que haya defraudado al fisco pierde automáticamente el derecho a la privacidad de sus coordenadas bancarias, ya que se trata de un delito que también es perseguido en Suiza.
En consecuencia, revelar información a las autoridades, lejos de ser considerado como violación del secreto bancario, forma parte del proceso natural de colaboración con la justicia.
«La identidad de nuestra clientela está protegida bajo leyes suizas, pero esa protección de la privacidad no es aplicable a clientes sujetos a investigación por fraude fiscal, en cuyo caso el UBS respalda y colabora con los procesos de investigación», precisó Branson en su discurso inicial.
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Secreto bancario
Minucioso informe
El Subcomité de Investigaciones del Senado de EEUU no hilvana en el aire.
Antes de lanzar la artillería contra el UBS y LGT realizó investigaciones durante más de seis meses, que se tradujeron en un informe de 104 páginas presentado ayer (17.07) en el Senado.
La responsabilidad del UBS consistió esencialmente en proponer a sus clientes inversiones vía fundaciones en paraísos fiscales que gozaban de un tratamiento tributario preferencial y que encubrían el nombre de los propietarios de los fondos, con lo que los contribuyentes americanos eludían sus compromisos con el fisco de su patria.
«La hacienda estadounidense podría haber perdido unos 100.000 millones de dólares anuales como resultado de dichas prácticas», señala el informe.
Ante esta evidencia Mark Branson aceptó que una investigación interna revelara que efectivamente se presentó un «mal comportamiento que es absolutamente inaceptable dentro del banco».
Junto con Branson también fue citado a declarar Martin Liechti, responsable de gestión de fortunas en EEUU, uno de los principales implicados en el asunto.
El UBS ha manifestado su intención de colaborar y el demócrata Carl Levin, en su calidad de presidente de la Subcomisión de Investigaciones, agradeció dicha posición, completamente contraria, por cierto, a la de LGT.
Colaboración del gobierno
Hasta ahora, el caso y la demanda de información sobre este asunto se había mantenido exclusivamente entre el gobierno de EEUU (fisco y Senado) y el banco suizo. Pero también fue este jueves la fecha que involucró a la Confederación Helvética en el proceso.
Concretamente, el Ministerio suizo de Finanzas recibió una solicitud formal de colaboración administrativa del ‘Internal Revenue Service’ (IRS), la hacienda estadounidense.
Ello implica una participación mucho más directa del gobierno, que en su momento tendría que pronunciarse (con sus acciones y la información que provean a EEUU) a favor o contra el UBS.
«Suiza va a dar seguimiento a dicha solicitud y va a analizarla, pero no tiene posición al respecto por el momento», afirmó el Ministerio de Finanzas a título institucional.
El tema es prioritario, por ello hace una semana (11.07), el secretario de Estado de para Asuntos Exteriores, Michael Ambühl, viajó a Washington para pedir prudencia en el manejo de este caso.
swissinfo, Andrea Ornelas
El fisco estadounidense y el Departamento de Justicia iniciaron en 2007 una investigación por presunto fraude fiscal por parte de clientes del UBS.
En junio de 2008, Bradley Birkenfeld, ex ejecutivo del UBS, confesó que el UBS consintió y promovió entre su clientela acaudalada de EEUU inversiones en paraísos fiscales, lo que encubría defraudación al fisco.
El UBS emplea a 80.000 personas en el mundo, de las cuales 32.000 en EEUU.
Suiza cuenta con 395 bancos, nacionales y extranjeros. Todos respetan el secreto bancario o confidencialidad de sus clientes.
Tras el golpe que asestó la crisis de los ‘subprime’ a los dos principales bancos de Suiza, UBS y Credit Suisse, el tercer caído en la lista podría ser Swiss Re.
La reaseguradora suiza, líder mundial en su mercado, aceptó esta semana (16.07) que su balance cuenta con una riesgosa cantidad de títulos de deuda emitidos por Fannie Mae y Freddie Mac.
Ambas agencias estadounidenses de garantías hipotecarias atraviesan serios problemas financieros y fueron recientemente apuntaladas por el Tesoro de EEUU.
Swiss Re registra un exposición por 9.700 millones de francos suizos, divididos a razón de 40% Fannie Mae y 60% de Freddie Mac.
Los mercados tomaron con desconfianza la noticia de un posible descalabro financiero para Swiss Re, con lo que sus acciones cayeron en bolsa esta semana.
El grupo tecnológico suizo ABB nombró (15.07) a Joseph Hogan como nuevo consejero delegado de la empresa a partir del 1 de septiembre.
Hogan sustituye a Michael Demaré, director financiero de ABB y consejero delegado interino desde febrero pasado.
Esta semana ABB anunció también (16.07) la adquisición de Kuhlman Electric a la sociedad de inversión estadounidense Carlyle Group, una compañía bien posicionada en Kentucky y con 800 empleados.
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