Banca, el rentable negocio de la discreción
El sistema bancario helvético nació en el siglo XIX. Hoy, es la actividad económica más importante del país
Con 396 instituciones de crédito moviliza más de 3 billones de francos suizos al año. Su “secreto bancario” le vale clientes de todo el mundo y la crítica de los vecinos de Europa y EU.
Los caballeros templarios de la Edad Media, la legendaria familia Medici de Florencia, y los orfebres ingleses del siglo XVII, tenían todos algo en común: descubrieron la fórmula de resguardar oro -u otros bienes de valor-, garantizarlos y luego otorgar préstamos a terceros a partir de dichos patrimonios.
Habían creado pues el ahorro y el crédito, ejes de la banca moderna en la que los primeros exponentes bien estructurados de Europa fueron el Riksbank sueco (1656) y el Banco de Inglaterra (1694).
En Suiza, los inicio del sistema financiero tuvieron lugar a principios del siglo XIX, cuando instituciones como Ehinger (1810) o Mirabaud (1857) iniciaron operaciones a partir de depósitos y préstamos simples.
Banca estilo 2004
Actualmente, el sector bancario es la actividad más importante y rentable de la economía Suiza.
Es, de hecho, el pilar del sector terciario o de los servicios (que representa el 62% de la riqueza nacional; otro 34% se debe a la industria y menos del 4% a la agricultura).
El sistema financiero suizo –en el que se incluyen también aseguradoras, arrendadoras, afianzadoras, factoraje, etcétera- emplea a más de 220.000 personas este año.
De este total, 120.000 se desempeñan exclusivamente dentro de los 396 bancos registrados en la Confederación Helvética (unas 150 firmas extranjeras y el resto, entidades nacionales).
Cada año, la llamada “plaza financiera suiza” moviliza más de 3 billones de francos suizos y su prestigio a escala mundial se ha construido a partir de dos características fundamentales:
1)El servicio y la especialización.
2)El siempre controvertido “secreto bancario” que garantiza la confidencialidad de sus clientes a toda costa (salvo en caso de mediar algún proceso judicial).
Colores y sabores
El sistema crediticio suizo se basa en la llamada banca universal, esquema diferente al que opera en Estados Unidos, por ejemplo.
Esto es, cada institución propone un conjunto de prestaciones a sus clientes, intenta ofrecerle paquetes de “todo en uno” en el que podrán satisfacer la totalidad de sus necesidades financieras. Por ejemplo, una cuenta remunerada, acceso a la bolsa de valores, derecho a uno o más créditos, etcétera.
Luego, la banca se divide en categorías, según sus características.
Dentro de los “grandes bancos” se hallan dos instituciones: el Credit Suisse y el UBS, que poseen entre ambos, más del 50% del mercado nacional del crédito. Tienen presencia también en los cinco continentes.
Están después los bancos cantonales (hay 24), como el Aargauische Kantonalbank, por ejemplo. En ellos, los particulares y los gobiernos comparten los riesgos y el capital, su objetivo fundamental es promover el desarrollo de las economías cantonales y semicantonales.
Los bancos regionales (como RBA) y las cajas de ahorros, se ubican en zonas específicas en las que tienen arraigo. Por ejemplo, las Cajas Raiffeisen.
Y finalmente, la banca extranjera, unas 150 instituciones, de las cuales 50% viene de la Unión Europea, 20% de Japón y el resto de Estados Unidos o de otros países del mundo, por ejemplo, Citibank, Banco Santander Central Hispano o el Credit Agricole.
“Secreto de confesión”
El secreto bancario ha sido sujeto de amplios debates en el ámbito mundial. ¿Debe guardarse la identidad de un acreditado y del gran inversionista?
Suiza considera que sí.
La Asociación Suiza de Banqueros explica a swissinfo que la citada confidencialidad está basada en el Artículo 47 de la Ley Federal de la Banca y las Cajas de Ahorro, vigente desde el 8 de noviembre de 1934.
Ningún empleado, liquidador, comisario de banco, tiene derecho a revelar el nombre de sus clientes, ni los montos de sus depósitos.
“Pero la obligación de ser discretos no es absoluta” precisa la ASB, “no hay protección alguna para criminales”.
El tema ha sido especialmente delicado porque, entre otras cosas, complicó durante décadas la recuperación de depósitos de origen judío que llegaron a la banca suiza durante el nazismo.
Fondos que permanecieron “dormidos” durante 60 años porque era imposible rastrear a sus poseedores originales.
Luego de una larga controversia, la Banca Suiza estableció el compromiso de hacer públicas las cuentas retenidas por los nazis hace 60 años, que son unas 3.000 y que involucran aproximadamente 1.500 millones de francos suizos, aunque el proceso será complejo y se conducirá con todo cuidado.
La Unión Europea está en contra del “secreto bancario” porque considera que facilita el encubrimiento de depósitos producto de negocios ilícitos (como el lavado de dinero). Sin embargo, no ha logrado que Suiza ceda en este ámbito.
Sin embargo, y más allá de opiniones favorables y desfavorables, la importancia de la banca suiza mantiene su presencia y prestigio en los cinco continentes.
swissinfo, Andrea Ornelas
La banca suiza es la actividad más rentable del sector servicios helvético.
Hay 396 bancos en Suiza. 150 son extranjeros.
Genera 120.000 empleos y mueve más de 3 billones de francos anuales.
Los usuarios de la banca suiza cuentan con un Ombudsman o defensor en caso de desacuerdos o abusos por parte de sus instituciones financieras. Es una institución independiente y mediadora.
El secreto bancario es una de las fortalezas del sector, característica que ha defendido al gobierno pese a que la Unión Europea no está de acuerdo.
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