Berna propone un compromiso climático

Keystone

Para reducir las emisiones de CO2, el gobierno pretende introducir un impuesto a los combustibles y el pago de un céntimo climático por los carburantes.

Ese compromiso no entusiasma a los sectores económicos, ni a los ecologistas como tampoco a los partidos políticos.

En el marco del Protocolo de Kyoto, Suiza se comprometió a reducir, de aquí al 2010, sus emisiones de gas carbónico en 10% con respecto al nivel de 1990.

Ese objetivo, retomado en la Ley sobre el CO2, no puede alcanzarse con medidas voluntarias, subrayó este miércoles (23.03.), ante la prensa, el ministro del Medio Ambiente, Moritz Leuenberger. De ahí que el Estado tenga que intervenir.

Para ello, se plantean cuatro variantes que van de la introducción de una tasa sobre el CO2 a los combustibles y los carburantes, a la mera instauración de un programa para el pago voluntario de un «céntimo climático», propuesto por la Unión Petrolera Suiza.

El gobierno optó por la combinación de esas dos medidas.

Una oportunidad para la economía

Desde el 2006, los combustibles tendrán una imposición de 35 francos por cada tonelada de CO2, es decir, 9 céntimos por litro del combustible para la calefacción.

Para los carburantes, en cambio, el gobierno opta por el céntimo climático. Si el sector económico no participa en la estrategia o si la medida del céntimo climático no obtiene resultados suficientes de aquí a finales del 2007, la tasa para el CO2 será ampliada a la gasolina, con posibilidad de exentarla al diesel, advirtió Moritz Leuenberger.

El ministro del Medio Ambiente no oculta que, de manera personal, desearía imponer igualmente a los carburantes una tasa sobre el CO2. Sin embargo, admite que es justo ofrecer a los promotores del céntimo climático la posibilidad de asumir esa responsabilidad.

Redistribución de los ingresos

Toda vez que el céntimo climático es una medida adoptada libremente, la Confederación carece de influencia con respecto al nivel de mejoramiento de los precios de los carburantes o sobre el empleo de los ingresos, estimados en 700 millones de francos por año, precisó Moritz Leuenberger.

De cualquier forma, la mayor parte del capital tendrá que destinarse al apoyo de medidas de reducción de las emisiones de gas con efecto invernadero en el extranjero.

En cuanto a los ingresos por la tasa del CO2, serán redistribuidos a la población, a través del seguro médico, en una proporción de 46 francos por año y por habitante.

swissinfo y agencias

Contexto

Para cumplir los compromisos de Kyoto, Suiza adoptó la ley CO2 en 1999.

Contempla la reducción global de emisiones de CO2 de carburantes fósiles en un 10% con relación a los niveles de 1990.

Las de dióxido de carbono representan el 80% de las emisiones que produce Suiza.

Suiza produjo 7,3 toneladas de CO2 per capita en el 2002, frente al 19,8% de Estados Unidos y el 9,6% de Gran Bretaña.