Caen las ganancias de los bancos extranjeros en Suiza
La inestabilidad de la plaza financiera helvética provocó un retroceso superior al 30% en las utilidades de 2008. La Asociación de Bancos Extranjeros en Suiza asume que el 2009 será igualmente complejo y apunta que salir de la 'lista gris' de la OCDE sería muy positivo.
Este gremio, que agrupa a instituciones como J.P. Morgan, Deutsche Bank o Santander, apoya la decisión del gobierno de abrir el secreto bancario en caso de evasión.
La banca extranjera basada en Suiza también ha tenido una tajada de la crisis.
La Asociación de Bancos Extranjeros en Suiza (ABES) presentó el pasado miércoles (27.05) su Informe Financiero 2008, un documento en el que ofrece una fotografía poco halagüeña de su pasado inmediato y del presente.
«Durante el segundo semestre de 2008, la crisis financiera comenzó a perturbar gravemente la actividad de la banca extranjera (en Suiza), especialmente para las instituciones dedicadas a la banca privada», reconoce. Y ofrece cuentas poco optimistas.
Los activos administrados por los bancos extranjeros se redujeron un 20%, para ubicarse al cierre del año en 920.000 millones de francos suizos.
Por su parte, la entrada de recursos frescos se contrajo un 27% durante 2008, y como los gastos administrativos y la nómina de personal crecieron un 2,2%, las utilidades netas de las instituciones cayeron un promedio de un 32,5% en 2008.
Por ello, en voz de su presidente, Alfred Gysi, la Asociación pide a las autoridades gubernamentales suizas que trabajen al máximo para conseguir que Suiza salga pronto de la ‘lista gris’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), porque esto ayudaría a recuperar confianza y buena perspectiva.
Un deterioro previsible
La ABES, conformada por 154 instituciones, el grueso de ellas filiales de grandes instituciones financieras de otros países, administra actualmente una sexta parte del patrimonio gestionado por la plaza financiera suiza.
Su informe sobre 2008 asegura que el panorama que se vive actualmente era previsible desde hace un año.
El mercado bursátil se deterioró, generando un gran escepticismo con respecto al potencial de 2008; pero hoy sabemos que las dudas estaban fundadas.
La caída de las bolsas anticipaba un año lleno de eventos complejos, como una crisis de liquidez, escasez de crédito, estatización de bancos, e insolvencia al interior de las instituciones bancarias más prestigiadas del mundo, cita.
Y las turbulencias, como es de imaginarse, no mantuvieron intactos a los bancos extranjeros que operan en territorio suizo.
Por otra parte, la banca se enfrentó a un cambio en las reglas del juego –producto de la crisis misma-, un evento sobre el que los bancos extranjeros también expresan su opinión.
Secreto bancario
La banca internacional entró en periodo de crisis, y tras la experiencia de los subprime y el debilitamiento de las instituciones, los clientes comenzaron a reclamar una mayor transparencia y una reglamentación más estricta, y los gobiernos y autoridades financieras también.
Suiza ha reaccionado positivamente y se ha declarado dispuesta a flexibilizar su secreto bancario, una decisión que la ABES avala.
La presión internacional que recibió para apegarse a los principios de la OCDE, que defienden el intercambio de información fiscal y bancaria entre gobiernos cuando se presume evasión de impuestos, tocó el corazón mismo del secreto bancario, opinan los banqueros extranjeros.
Sin embargo, Suiza ha sabido dar respuesta y ser flexible, pero preservando la esfera privada de sus clientes, lo que resulta muy positivo.
Lo que debe cuidar en especial ahora, subraya, es no aceptar que el intercambio de información entre gobiernos sea automática.
La ASEB hace referencia a una práctica común en Estados Unidos y en la mayoría de los países de la Unión Europea (UE), pero a la que Suiza se ha negado de forma tajante, porque vulneraría la confianza de la clientela de sus bancos, acostumbrados a su discreción.
Protección y 2009
La ABES asume que el 2009 no será un año sencillo.
«Confiamos en que las olas de la crisis comiencen a menguar paulatinamente, pero las economías de los principales países del mundo revelan signos de recesión y presentan desafíos múltiples», señala.
Reconoce que Suiza ya no es más ese ‘puerto de paz’ que solía ser y que hasta ahora la banca suiza había sido sinónimo de estabilidad a prueba de todo.
Pero considera que la percepción forzosamente se modificó después de que el UBS experimentara problemas de liquidez –a principios de 2008- para luego ser apuntalado financieramente por el gobierno y el banco central suizos en octubre pasado.
«Lo impensable sucedió: la estabilidad de la plaza financiera suiza se puso en riesgo», reflexiona la ABES.
Pese a ello, Alfred Gysi estima que Suiza conserva su atractivo en materia financiera, razón que explica que ningún banco foráneo haya decidido hasta ahora dejar de operar en este mercado por razones de imagen.
Y cita que, en todo caso, podría producirse el efecto contrario, es decir, salida de bancos extranjeros de Suiza, pero forzados por problemas de imagen que han experimentado sus casas matrices.
Finalmente, el titular de la ABES agrega que el grupo de instituciones que representa está listo para enfrentar el futuro inmediato con solidez y claridad en el manejo de los negocios.
Andrea Ornelas, swissinfo.ch
La banca extranjera que opera en Suiza posee:
48% de los establecimientos bancarios físicos que hay en el país;
15% de los empleados del sector
17% de los ingresos generados por la plaza financiera helvética
Entre los principales figuran:
J.P. Morgan, Deutsche Bank, Banco Santander, BNP Paribas, HSBC Bank, RBS Coutts Bank, LGT Bank, Falcon Private Bank, Crédit Agricole, Banca Popolare di Sondrio, Banque Sal. Oppenheim Jr & Cie., Merril Lynch Capital Markets, Banque Sarasin & Cie.
Los bancos extranjeros que operan en Suiza son entidades independientes organizadas según el derecho suizo y sometidas a la supervisión de las autoridades financieras helvéticas.
La Asociación de Bancos Extranjeros en Suiza (ABES) fue fundada en 1972 y agrupa a los bancos cuya matriz se halla fuera de Suiza, negociantes de valores mobiliarios que están en manos de extranjeros y representantes de fondos de inversión diversos.
La ABES estima positivo que la protección de los depósitos de los ahorradores haya sido triplicada en Suiza (de 30.000 a 100.000 francos suizos).
Sin embargo, estima que para los bancos extranjeros medianos o pequeños implica creación de reservas y una reestructura de balances muy importante.
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