FMI: reformas estructurales, el pendiente suizo
El organismo financiero concluye su visita anual a Berna. Su diagnóstico: urge reducir el gasto público, la reglamentación cantonal, las barreras comerciales, los subsidios al agro y prepararse para el envejecimiento poblacional.
En contrapartida, confirma que Suiza reinició el crecimiento y alaba los acuerdos logrados con la Unión Europea.
Suiza transita el camino correcto, pero si no «echa toda la carne al asador» pronto, enfrentará problemas.
Y aunque éstas no fueron las palabras textuales que utilizó el Fondo Monetario Internacional (FMI) para describir la situación económica que atraviesa la Confederación Helvética en 2005, son fieles al diagnóstico que realizó.
Como cada marzo, un grupo de especialistas del Fondo, encabezados por el Economista en Jefe para Suiza, Bob Traa, visitó durante una semana la capital helvética para evaluar minuciosamente el estado del país, misión que técnicamente se conoce como cumplimiento del Artículo IV del Acuerdo del Fondo Monetario Internacional.
La conclusión general del gemelo de Bretton Woods –compañero inseparable de Banco Mundial- fue: «Suiza regresó a la senda del crecimiento, pero debe acelerar las reformas estructurales para estimular la economía».
Reformas pendientes
A juicio de Bob Traa, quien sostuvo encuentros con autoridades gubernamentales, funcionarios del banco central, banqueros y empresarios helvéticos-, «ni la política monetaria, ni la política fiscal son capaces de sustituir el efecto que tendría sobre la aplicación de reformas estructurales.
¿Qué debemos entender por «reformas estructurales»?
Por ejemplo, sanear las finanzas del gobierno, que en el 2004 gastó 1.700 millones de francos suizos que no tenía en el bolsillo; asimismo, reducir las barreras proteccionistas que hay en el comercio (que inhiben la competencia entre empresas y provocan precios elevados).
Otro tema fundamental es el creciente envejecimiento que registra la población. Existe una presión financiera importante sobre el sistema de pensiones debido a que la población vive cada vez más.
Suiza debe replantearse la forma en la que habrá de redistribuir la responsabilidad financiera de vivir más años, de lo contrario, están en riesgo las pensiones de las generaciones actuales y, sobre todo, de las generaciones futuras.
Por otra parte se requiere eliminar los subsidios al campo (que el FMI considera un sector de baja rentabilidad); simplificar y armonizar la reglamentación de los cantones (para reducir las burocracias y conseguir ahorros), y disminuir el presupuesto destinado al sector salud.
Y cita como ejemplo que una legislación laboral más flexible permitiría a las empresas contratar trabajadores en jornadas parciales o para periodos específicos, lo que daría más dinamismo al mercado.
Sin las citadas reformas, opina el FMI, Suiza no podrá mantener su estatus de país con elevado ingreso por habitante, crecimiento medio, estabilidad política y baja inflación.
Avances y pronósticos macro
En materia de logros, el FMI, actualmente encabezado por el español Rodrigo Rato, reconoció los progresos logrados por Suiza en temas como la relación con la Unión Europea (UE), que avanzó de forma importante en 2004 con los Acuerdos Bilaterales Bis.
Por ejemplo, permitir la libre circulación de personas –desde junio del 2004- da mayor movilidad al mercado laboral e incentiva la productividad de los trabajadores, cita el Fondo Monetario Internacional.
Destacó también la férrea lucha que sostiene el sistema financiero para evitar el lavado de dinero.
Y al entrar en materia macro, los economistas del Fondo auguran para Suiza un crecimiento de entre 1,8 y 2% en 2005, inflación inferior al 1%, y una tasa de desempleo que cederá ligeramente con respecto al presente (4%) para afectar sólo a entre 3,0 y 3,2% de la población activa hacia el cierre del año.
Un cuadro que pocos países pueden presumir y que le coloca en un lugar privilegiado en esta coyuntura económica mundial.
El poder del FMI
Las visitas del FMI son rutinarias y se desarrollan al menos una vez al año en cada uno de sus 184 países miembros para comprobar que todo marcha correctamente y, sobre todo, que la nación evaluada no pone en riesgo la estabilidad monetaria y cambiaria del mundo.
Cuando un país está en crisis, el FMI se mantiene en contacto permanente con él y los encuentros son mucho más frecuentes.
Esencialmente, el FMI emite recomendaciones. No tiene capacidad coercitiva directa sobre los gobiernos.
Si muchos países siguen a pie juntillas sus «recetas» es porque tienen préstamos con el Fondo y no atender a sus evaluaciones implicaría cortar la llave del crédito.
No es el caso de Suiza, quien no le debe ni un franco a este organismo financiero internacional. Es, por el contrario, uno de los principales donadores de fondos para los países en desarrollo.
Sin embargo, toda nación adherida a las filas del Fondo Monetario y del Banco Mundial comparte de antemano su visión y se compromete a seguir las reglas del juego. De ahí la importancia de que Suiza no eche en saco roto las observaciones de Bob Traa y su equipo.
Tras la visita, ya en Washington, los expertos involucrados en la misión se encargarán de procesar toda la información obtenida durante esta semana de trabajo, para luego elaborar un documento que será presentado oficialmente en junio próximo.
Mientras tanto, las observaciones vertidas volverán a despertar temas controvertidos que merecerán el análisis de los suizos, el gobierno y los legisladores.
swissinfo/Andrea Ornelas
·Suiza es uno de los 184 países miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI)
·La economía helvética crecerá entre 1,8 y 2% en 2005
·La inflación será inferior a 1%
·La tasa de desempleo será de entre 3,0 y 3,2%
·El FMI y el Banco Mundial fueron creados en 1944 para garantizar la estabilidad de los sistemas monetarios de las economías más importantes de la posguerra.
·Suiza se integró al FMI en 1992. Actualmente forma parte activa de tres grupos de trabajo: Comité de Desarrollo, Grupo de los 10 (G-10) y Comité Monetario Financiero Internacional.
·En la misión 2005 realizada por este gemelo de Bretton Woods, recomendó a Suiza instrumentar reformas estructurales como la simplificación de la reglamentación entre cantones o la reducción del gasto en salud, así como la eliminación de barreras para el comercio.
·Aunque no tengan carácter obligatorio, todos los países miembros del FMI están comprometidos a tomar en cuenta en sus políticas las recomendaciones del organismo basado en Washington.
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